El presidente de Estados Unidos bailó al ritmo de los Village People, Wayne Gretzky luchó por pronunciar los nombres de algunas naciones menos conocidas de Europa y el Caribe, y el jefe de la FIFA presentó a su organismo como el proveedor oficial de felicidad para la humanidad.
Y sí, los equipos fueron divididos en grupos para la Copa del Mundo del próximo año. Ese era, después de todo, el propósito del evento.
El sorteo comenzó después de una ceremonia que duró alrededor de 90 minutos, la misma duración que un partido de fútbol reglamentario. Para entonces, los aficionados casuales que sintonizaron por curiosidad habían comprobado que la FIFA no escatima recursos, al menos no para un evento de esta magnitud.
Trump, protagonista absoluto
El presidente Donald Trump dominó el evento, como se esperaba, al recibir un premio de la paz por parte de la FIFA que parecía creado específicamente para él. Además, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, definió al organismo como “el proveedor oficial de felicidad para la humanidad”, una forma peculiar de describir a una institución que ha estado en medio de numerosas acusaciones de corrupción a lo largo de los años.
Junto a Trump, participaron en la ceremonia la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y el primer ministro de Canadá, Mark Carney, quienes sortearon a sus países en grupos predeterminados antes de completar el resto de los lugares en los 12 grupos de cuatro equipos. Las festividades del viernes incluyeron muchos nombres importantes.
El comediante Kevin Hart copresentó la transmisión junto a la modelo Heidi Klum. Gretzky, Tom Brady, Shaquille O’Neal y Aaron Judge fueron los encargados de sacar las bolas con los nombres de los países. Y los cantantes Robbie Williams, Nicole Scherzinger y Lauryn Hill actuaron en el escenario.
Una producción a lo grande
Cuando Estados Unidos fue anfitrión por última vez de la Copa del Mundo masculina en 1994, el entonces presidente Bill Clinton ni siquiera asistió al sorteo. Trump, en cambio, se aseguró de ser la estrella del evento, con el respaldo de la FIFA.
Primero, el sorteo se realizó en el Kennedy Center, la institución artística en Washington cuya dirección fue reemplazada a principios de este año por personas afines al presidente. Trump ha llamado en broma al lugar el “Trump-Kennedy Center”.
Luego, el mandatario recibió el premio inaugural de paz de la FIFA. Infantino le entregó la medalla de oro del galardón, que Trump lució orgulloso durante la ceremonia.
El sorteo comenzó y terminó con algunas de las canciones favoritas del presidente. La leyenda de la ópera Andrea Bocelli abrió el evento con una interpretación de “Nessun Dorma” de Puccini. Cerca del final, los Village People subieron al escenario para interpretar “YMCA”, tema habitual en los mítines de campaña de Trump. Desde su asiento en el Kennedy Center, el presidente se levantó y realizó su característico baile.
Música, comedia y deporte
La FIFA buscó elevar la ceremonia con comedia, música y estrellas. La organización llenó el evento con comediantes, artistas, leyendas del deporte, entrevistas itinerantes y comerciales con actores populares como Matthew McConaughey y Salma Hayek.
Algunos momentos deslumbraron, otros se desvanecieron, pero en conjunto reflejaron el creciente esfuerzo de la FIFA por convertir el sorteo en un espectáculo.
Williams y Scherzinger recibieron una ovación de pie con una enérgica interpretación del himno oficial de la FIFA, “Desire”. Hill siguió con versiones completas de “Lost Ones” y “Doo Wop (That Thing)”, haciendo una pausa para reconocer la conexión de Bob Marley con el fútbol antes de presentar a su nieto, YG Marley, para una colaboración de reggae-soul.
Klum y Hart presentaron una rotación de leyendas del deporte como parte de la transmisión extendida. Hart dio la bienvenida a Gretzky y Judge. Klum presentó a O’Neal, cuya estatura de 2,16 metros generó un contraste visual instantáneo con Hart, antes de completar la secuencia con Brady.
Campo expandido y complejidad
Gretzky tropezó con las pronunciaciones de Macedonia del Norte y Curazao, dos equipos que buscan su clasificación en el playoff gracias a la ampliación de la Copa del Mundo de 32 a 48 equipos. Eso elevó el número de grupos de ocho a 12.
También hizo que el sorteo fuera más complejo. Seis de los 48 equipos aún se desconocen porque los playoffs se disputarán en marzo, lo que obligó a usar marcadores de posición.
A esto se sumó la política de la FIFA de no ubicar múltiples equipos de la misma confederación continental en el mismo grupo, salvo en Europa. Para un fanático informado, el proceso no era difícil de seguir. Para los novatos, probablemente resultó confuso.
Aspectos básicos y cruces destacados
El campo expandido redujo las posibilidades de que varias potencias quedaran en el mismo grupo. Aun así, Francia tendrá que enfrentarse al goleador Erling Haaland y a Noruega en el Grupo I. Senegal también está en ese grupo. En 2002, Senegal venció a Francia mientras los franceses se desmoronaban intentando defender el título que habían ganado cuatro años antes.
Escocia nunca ha superado la fase de grupos, y no será fácil este año. El Grupo C incluye a Brasil, la quinta vez en sus últimas siete apariciones que Escocia comparte grupo con la selección sudamericana, y a Marruecos, que ocupa el puesto número 11 en el ranking de la FIFA.


























