El pitazo final de Yael Falcón Pérez activó las lágrimas de Lucas Zelarayán. El “Chino” apoyó sus manos en sus rodillas y se quebró. El capitán no consoló a nadie. Todos lo consolaron a él. Lloró. Lo sintió. El 1-2 le lastimó el alma. Fue el momento en el que a Belgrano se le apagó todo. El fin del sueño de llegar a la final de la Copa Argentina. La gente sacó su decepción cantándose a sí misma y aplaudiendo a los jugadores. No hubo reproches. Hubo entendimiento. Hubo aceptación. Lo decían entre ellas y ellos: “Nos ganaron bien, no pateamos al arco. Fue solo ese tiro de Zelarayán en el gol”.
Y sí, pura verdad. Ese bombazo del “Chino” fue un éxtasis. Fue una locura. Fue uno de esos momentos que llenan el alma. La emoción de la gente de Belgrano generó un sismo en Rosario. El Gigante de Arroyito era el Gigante de Alberdi. Y esa sensación de estar haciendo historia se diluyó y se transformó en la historia de cómo Belgrano convocó multitudes y esas multitudes no “pudieron hacer” que el equipo hiciera lo que tenía que hacer. Otra vez, la hinchada de Belgrano se fue con esa idea de “nos ganó un equipo con un puñado de hinchas”.
Y sí. Pero no. No ganan las hinchadas. Es la obviedad más evidente. Y de tan grande a veces se pierde de vista. Es la montaña rusa de emociones. Es un sentir cordobés, por cierto. Le pasó a Talleres cuando perdió la final de la Copa Argentina con Patronato. 30 mil albiazules contra un puñado de paranaenses. Y sí. Y no. Es como una suerte de karma que persigue a las hinchadas cordobesas... y anoche en Rosario se sintió otra vez.
Maltrato policial
Y con la eliminación empezaron a aflorar los otros temas de la noche. Uno de ellos, el maltrato policial a hinchas en la previa. Según pudo averiguar La Voz con los testimonios de hinchas, sucedió que hubo un conflicto entre barras de Central y de Belgrano por los puestos de ventas ambulantes en las afueras del Gigante. Y eso provocó corridas y “palos” de la policía al público. Incluso reproches de hinchas de Belgrano a sus propios colegas por haber “armado” esa discusión en ese momento.
“En Rosario siempre pasa lo mismo...”, se quejaron y reinstalaron la idea de que la policía rosarina tiene un particular encono con el público cordobés. Y esa bronca se sumó a la derrota del equipo. Y cuando la gente iba saliendo del estadio rebotando ese bajón deportivo y ese fastidio por la represalia policial, se le instaló otro tema: el del arbitraje.
Polémica arbitral

En el palco de los dirigentes de Belgrano estaban todos viendo la repetición del penal de Gerónimo Heredia. “No es penal, con VAR... no lo cobraba”, decían esos directivos. Y a metros de donde estaban ellos se daba la conferencia de prensa. Ahí estaba Ricardo Zielinski. El DT explotó. “¡¿Hasta cuándo me van a cagar?!”, fue su único exabrupto, pero no el único reclamo.
Criticó al árbitro y lamentó que no haya VAR. Admitió que el equipo no jugó bien pero reiteró que le dio “bronca” haber “perdido por un penal que no fue penal, que fue una vergüenza”. “El Ruso” se fue en llamas de ese salón. Antes dejó un mensaje a la gente de Belgrano: “Siempre la tratan mal acá en Rosario. ¿Qué les puedo decir? Perdón y gracias”.
En esos momentos calientes post-partido no se lo vio a Luis Fabián Artime, presidente de Belgrano, en la zona de atención a la prensa. Seguramente le recomendaron no hacer declaraciones para no aumentar la onda expansiva de lo que había dicho Zielinski.
Mientras, Thiago Cardozo admitía que se “habían sentido perjudicados”. Pero advirtió que el equipo no había hecho un buen partido. Y después apareció Lucas Zelarayán. Con los ojos rojos, afectados por esa derrota que lo destruyó. “Pedimos disculpas a la gente. No estuvimos a la altura. Hay que ser autocríticos”, le dijo a La Voz. Le preguntaron si sabía lo de que había sufrido la gente en la previa: “Me enteré por lo que me dijeron...”. Admitió y se solidarizó.
Cuando le preguntaron por el arbitraje de Yael Falcón Pérez no quiso meterse en esa dinámica. “Puede ser... pero hay que también decir que no tuvimos un buen partido”. Y ya está. Con lo que dijo y no dijo, Zelarayán dijo todo: Belgrano fue superado pero perdió por un penal polémico. Duele igual. Por eso sus lágrimas, por eso su llanto. Por eso a Belgrano le seguirá doliendo un tiempo esta Copa Argentina 2025.
























