La selección Aargentina será una de las cabezas de serie en el sorteo del Mundial 2026, que tendrá lugar este viernes en Washington, en una ceremonia que tendrá un condimento especial: Lionel Scaloni deberá entregar la Copa del Mundo conquistada en Qatar 2022.
El entrenador albiceleste será el encargado de ingresar al evento con el trofeo, un privilegio que la FIFA reserva al técnico campeón vigente y que, en la última edición, había recaído en Didier Deschamps.
Tras la consagración en Medio Oriente, la delegación argentina regresó al país con una réplica oficial de la copa. Esa pieza, bañada en oro y con los mismos detalles que la auténtica, guarda una diferencia clave: en su base solo figura grabado el país campeón de esa edición. La versión original, diseñada por el italiano Silvio Gazzaniga para Alemania 1974, está fabricada en oro macizo y su valor ronda los 20 millones de dólares. Por esa razón permanece celosamente resguardada en la sede de la FIFA, en Zúrich.
El trofeo real solo abandona Suiza en tres ocasiones: durante la gira previa que realiza por los países participantes de cada Mundial, en su presencia permanente en el país anfitrión durante el torneo y en su exhibición anual en el Congreso de la FIFA.
La coexistencia de ambas copas permitió una escena imborrable en el Estadio Lusail, donde los jugadores argentinos celebraron con las dos versiones tras la victoria frente a Francia. Sin embargo, la original apenas llegó al vestuario antes de regresar inmediatamente bajo custodia de la casa madre del fútbol.
La empresa italiana Bertoni GDE es la responsable de fabricar las réplicas que reciben los campeones en cada Mundial: piezas de 38 centímetros de altura, 6,2 kilos de peso y una base de 13 centímetros de diámetro adornada con dos bandas de malaquita verde.

























