Hay fotos que no necesitan explicación. Imágenes que se vuelven memoria colectiva.
Una de ellas es la de Daniel Willington, ídolo eterno de Talleres, ingresando al campo de juego de la mano de un niño. Fue en 1976, cuando el fútbol todavía tenía el aroma de lo cercano: tribunas sin plateas lujosas, camisetas pesadas y un ídolo que caminaba al lado de un chico que no podía creer lo que estaba viviendo.
El niño de la foto
Ese pequeño que aparece como mascota del equipo era José Hernández.Hoy no es futbolista ni dirigente. Es fotógrafo de La Voz del Interior, uno de los reporteros gráficos más reconocidos de Córdoba.
Con su cámara recorrió la provincia, el país y el mundo. Retrató alegrías, tragedias, logros deportivos, celebraciones y realidades que informaron a generaciones de cordobeses.
Aquel niño que caminó junto a Willington no se fue del fútbol… solo cambió el lugar desde donde mirarlo.

La frase que lo resume todo
En diálogo con el club, José lo recordó con emoción:
“Tuve la suerte de conocerlo cuando tenía 7 años. Era la mascota de Talleres en el año 76, y esa foto es un gran recuerdo. Adiós, Daniel querido.”

Un instante que marcó una vida
La foto, tomada hace casi 50 años, pasó de ser una anécdota familiar a parte del patrimonio emocional de Talleres y de Córdoba.
Décadas después, José Hernández sigue retratando la vida de la ciudad. Pero jamás dejó de volver a ese instante. Ahí donde se mezclan fútbol, identidad y pertenencia.

























