Después de una semana que tuvo pelota, amistosos y piernas pesadas, Instituto vuelve a moverse este lunes en La Agustina con la mira puesta en lo que se viene: el Clausura, la Copa Argentina, y el deseo inevitable de dar un paso más.
El plantel de Daniel Oldrá retoma los entrenamientos con buenas sensaciones tras los primeros dos amistosos: fue 3-0 a Independiente Rivadavia en el predio, con equipo titular. Y después, un 2-0 convincente ante Belgrano en el clásico de práctica, para sacarse una pequeña espina. Porque ganar siempre sirve, aunque sea en pantalones largos y sin público.
Pero no todo fue perfecto en estos días: Fernando Alarcón, uno de los caciques del fondo, se recupera de una molestia y no pudo sumar minutos. Lo mismo el paraguayo Juan Franco y el arquero Joaquín Papaleo, que viene mostrando solidez desde el banco.
El último ensayo de pretemporada ya está pactado: será el sábado 28 ante Godoy Cruz, ese equipo que el “Gato” Oldrá conoce a fondo de pies a cabeza. Se jugará por la mañana, en La Agustina, y marcará el cierre de esta etapa de preparación.
Porque el fuego real empieza el jueves 3 de julio, con el choque ante Huracán por los 16avos de final de la Copa Argentina. Será en Rosario, en la cancha de Newell’s. Territorio neutral, pero con historia para la Gloria.
La Copa siempre tienta. Es una llave para soñar. Un torneo donde Instituto ya tuvo algún guiño, y donde esta vez quiere escribir su parte. Pero no será sencillo: el Globo, aunque tambaleante, tiene oficio. Y Rosario, aunque queda cerca, no siempre recibe con afecto.
Mientras tanto, los pibes también tienen lo suyo. En una jornada cargada de goles y transpiración ante Banfield, la 4ta cayó 3-2 (goles de Baster y Canaletich) y la 5ta por 1 a 0; la 6ta ganó 3-1 con gritos de Rafaelli, Olivera y Bujedo.
Por su parte la 7ma perdió 3 a 1 (convirtió Thiago Klimowicz), la 8va empató 2-2 con tantos de Camaño y Kevin; la 9na igualó sin goles. La cantera sigue latiendo, entre triunfos y tropiezos, como debe ser.
En Alta Córdoba ya huele a fútbol serio. Queda poco para que la Gloria salga a escena. Y este semestre, con un calendario apretado y un plantel que ya no sorprende, pero sí ilusiona, será el momento de dar el salto.
Porque ya no alcanza con competir: ahora, hay que animarse a ganar.
