En Arenales y Río Cuarto los días ya no se viven igual. El murmullo de los entrenamientos, las caras nuevas que se van sumando y el eco de una ilusión vieja pero siempre latente empiezan a darle forma a un sueño que todo hincha de Juniors conoce de memoria: volver a codearse con el Federal A.
En ese contexto, un nombre empieza a sonar con fuerza en los pasillos del club: Jorge Méndez. Tiene 57 años, es cordobés y carga con un currículum que lo convierte en mucho más que un simple buscador de refuerzos.
Representó futbolistas como Paulo Dybala, Silvio Romero y Andrés Ríos, organizó giras y eventos deportivos, asesoró a instituciones como Estudiantes de San Luis y hasta ejerció como abogado especializado en derecho deportivo. Hoy su misión es clara: darle a Juniors la jerarquía que necesita para intentar el ascenso.
“La idea es armar un equipo con ambición de subir. El club ya tiene una buena base compitiendo en la Liga Cordobesa, pero necesitamos reforzarlo con ocho o diez jugadores de experiencia”, explicó Méndez en diálogo con La Voz.
Y dejó en claro que el objetivo no es imponer, sino consensuar: “Queremos trabajar junto a la dirigencia y el cuerpo técnico. Los refuerzos deben servirle más al club que a un DT en particular”.
La comparación con lo que hizo Federico Bessone en Instituto aparece casi de inmediato en las charlas de café. El trabajo de scouting, el ojo clínico para detectar jerarquía y la capacidad de abrir puertas en el mercado son las cartas que ilusionan al hincha poeta.
En las últimas semanas ya hubo movimientos concretos. Mateo Bustos, volante de 31 años nacido en Malagueño, llegó como uno de los nombres fuertes. Con pasado en Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia e Indonesia, hoy busca ponerse a punto en lo físico para convertirse en conductor. “Es un jugador con mucha calidad, tiene otra jerarquía. Va a llegar bien”, lo definió Méndez.
Antes habían estampado su firma dos futbolistas con proyección: Agustín Gribaudo, defensor central de 25 años que regresa tras su paso por Sportivo San Lorenzo de Paraguay, y Benjamín González, volante riojano de 22 años con paso por Deportivo Atalaya y Defensores de La Boca.
También volvió el arquero Santiago Medina, quien hizo todas sus inferiores en el Poeta, club del cual es hincha. Hoy con 38 años y una larga trayectoria en el fútbol, regresa y vestirá la camiseta de GPJ de cara a lo que se viene.
En la lista de los que se esperan para la semana próxima está Maximiliano Perussato, delantero conocido por la gente de Juniors y que viene de jugar en Crucero del Norte.
Sueños de ascenso
La ambición no se queda ahí. Méndez sabe que el Regional Amateur también se gana con nombres que ilusionen. “Juniors es el equipo más grande del torneo. Es una vidriera para cualquiera. Queremos futbolistas con hambre de gloria, con compromiso de ganar algo y quedar en la historia del club”, sostuvo.
Y dejó trascender gestiones que encienden a la hinchada: habló con el entorno de Matías Suárez para explorar si había chances de sumarlo. “Me encantaría, pero sabemos que no es simple. ‘Mati’ seguramente esté buscando opciones afuera. Por ahora es un sueño lejano”, confesó. También deslizó su anhelo en poder sumar a jugadores como Silvio Romero o Maximiliano Correa, aunque más como un deseo que una certeza.
Porque más allá de esos “carteludos” que podrían hacer ruido, el mensaje es claro: se apuntará fundamentalmente a futbolistas que bajen del Federal A cuando sus equipos queden afuera, y que lleguen con rodaje.
La prioridad es tener un plantel largo, competitivo y con variantes. “Son todas finales”, repiten en los entrenamientos, conscientes de que en este torneo corto no hay margen para especular.
Mientras tanto, el presidente Dante Felauto garantiza el orden institucional, otro de los puntos que Méndez destacó: “Eso también tienta a los jugadores. Juniors hoy es un club serio y organizado, y eso pesa a la hora de elegir dónde jugar”.
Faltan poco más de cinco semanas para el arranque del Regional Amateur. El barrio ya empieza a palpitarlo. Los socios vuelven a ilusionarse, los hinchas hablan de posibles refuerzos y en cada entrenamiento en Arenales y Río Cuarto la pelota pica con un ruido distinto. Porque detrás de cada pase, de cada pique corto, late la certeza de que Juniors vuelve a jugar por algo grande.
El Poeta, otra vez, se prepara para escribir un capítulo más de su historia. Y en la voz de Jorge Méndez se escucha ese eco que tanto entusiasma: la promesa de un plantel competitivo, con hambre y con la ambición de devolver al club al lugar que merece.