Preocupación. Eso dejó en Instituto el empate sin goles ante San Martín en San Juan el pasado sábado por la tarde. La Gloria no pudo ganarle al peor del grado incluso habiendo jugado media hora con un hombre de más por la expulsión de Nicolás Watson. Y no solo eso: no logró patear un solo tiro que vaya al arco en todo el partido. El silencio del final, más que bronca, fue desconsuelo. Un empate sin remate, sin reacción, sin rebeldía y sobre todo sin fútbol.
Pero lo ocurrido en tierras cuyanas no fue una cuestión excepcional, sino la continuidad de una historia que el equipo no logra cortar. Una racha que se estira, un patrón que preocupa.
En todo el año, el Albirrojo ganó un solo partido fuera de Córdoba: el 1 a 0 ante Gimnasia en La Plata, el pasado 12 de julio, con aquel gol de Alex Luna que abrió el Clausura con ilusión. Fue, hasta ahora, la única sonrisa lejos de casa. Antes y después, solo empates y derrotas.
Dentro de ese contexto adverso, hay un matiz que sostiene algo de consuelo: en este torneo apenas hubo una caída fuera de casa, el 1-0 ante San Lorenzo. Poco, pero algo. Sin embargo, la estadística general es lapidaria. Desde el 2 de septiembre de 2024 a la fecha, el único triunfo fuera de Córdoba sigue siendo aquel en La Plata. Ni el cambio de técnico ni los retoques tácticos alcanzaron para torcer una tendencia que se volvió obstinada.
Es cierto, hubo otra victoria en condición de visitante ante Talleres, pero fue en el Kempes. En otras palabras, a Instituto le ha costado horrores sumar de a tres cada vez que cruzó el límite provincial. No se trata solo de puntos perdidos, sino de una versión que parece diluirse apenas el equipo sube al micro.
Lo que le queda a Instituto
De acá al cierre, el fixture ofrece dos chances más para romper ese maleficio lejos de Alta Córdoba. Primero deberá recibir a Atlético Tucumán el próximo domingo a las 16.45, en una tarde que se perfila como bisagra. Después llegará el turno de visitar a Riestra, que lleva un largo invicto como local y no suele conceder licencias en su reducto.
Posteriormente, la Gloria será anfitriona de Rosario Central y cerrará su recorrido visitante ante Sarmiento en Junín, antes del cierre de Clausura frente a Talleres en el Monumental.
Por lo pronto, la cabeza está puesta en el duelo ante los tucumanos, una de las últimas oportunidades de levantar cabeza y sostener la ilusión de meterse entre los ocho mejores. El margen se achica y los partidos pesan. Oldrá lo sabe. La dirigencia también. Y el plantel lo siente.
En los próximos días se sabrá si podrán volver Damián Puebla, Jeremías Lázaro y Manuel Romero. Lázaro arrastra una distensión en el isquiofemoral derecho, Romero se recupera de una lesión muscular tipo 1 en el recto femoral, y Puebla intenta superar un esguince de tobillo derecho. Tres nombres que hoy son ausencia y que el DT espera con ansiedad, en busca de aire fresco y soluciones para una ofensiva que hace rato perdió filo.
Por lo mostrado en San Juan, todo indica que el entrenador meterá mano en la formación. La tarde fue para el olvido, pero las lecciones, a veces, nacen del desencanto. Instituto necesita volver a creer fuera de Córdoba. Y para eso, más que cambiar nombres, debe reencontrarse con una idea: la de jugar y ganar, sin importar el mapa.