El campeonato de Instituto llegó hasta La Paternal. El milagro que hizo ante Talleres en el Mario Kempes y la épica clasificación construyeron un camino que no pudo pasar los octavos de final del Torneo Apertura.
Enfrente tuvo al que es hoy el mejor equipo del fútbol argentino y se notó. Aunque le presentó una dignisima batalla que da esperanza para lo que vendrá de la mano de Daniel Oldrá.
La Gloria hizo 60 minutos muy correctos ante un rival que es una máquina. Lo aguantó y hasta tuvo chances en el 0-0, pero el Bicho, por insistencia y calidad, se quedó con todo.
Fue 3 a 1 para los locales que terminaron avanzando a los cuartos de final y confirmando que son grandes candidatos. Se medirán con San Lorenzo de Almagro el próximo fin de semana. Tomás Molina, José Herrera e Ismael Sosa anotaron para los locales, mientras que Gonzalo Requena logró el descuento.
Para Instituto fue el cierre de un campeonato que tuvo de todo. La lesión de su goleador, la salida de un cuerpo técnico, un nivel irregular, la inolvidable clasificación ante Talleres que “salvó” el semestre y esta eliminación dejando la piel ante el mejor. Hasta acá le dio al Albirrojo y fue un montón para lo que tenia. Porque la peleó hasta el final y jamas bajó los brazos.Llegará ahora el momento de reparar errores y mirar al segundo semestre con otras perspectivas.
Aguante el aguante
Los primeros 10 minutos fueron un real testimonio de todo lo que se pensaba del partido. Instituto salió con los dos cambios que se esperaban (ingresos de Requena y Lázaro) y con el sistema que usó ante Talleres.
El “doble 5” con Mac Allister y Moreyra, más la ayuda de Lodico tenía la misión de intentar controlar a un equipo local que hace del manejo de pelota su arma predilecta.
Y así fue ese comienzo de juego, donde la mentada posesión fue toda de Argentinos con un Albirrojo (de negro) abroquelado cerca de Roffo. La idea de Oldrá era esa: ser un equipo en corto, en bloque para defender y salir de contra con Lázaro, Luna y Klimowicz aguantando en ofensiva.
El local empezó poco a poco a arrimarse peligro en un estadio Diego Maradona que lucía repleto. Muy ilusionado con el presente de un equipo que es innegable, juega muy lindo. La Gloria necesitaba un partido largo donde mantuviera su valla en cero para en el peor escenario llevar las cosas a los penales. Pero no iba a ser sencillo porque Argentinos iba e iba.
Toda la primera media hora tuvo esa tónica y el partido no sería muy distinto con el Albirrojo aguantando y defendiendo con el cuchillo entre los dientes. El cotejo también ganaba en intensidad y se “picaba”, ya con esa sensación de partido decisivo, de eliminación directa como lo era.
Otra cosa de la primera fase del Torneo Apertura. Se pidió por parte de la Gloria una expulsión a Molina, goleador local, por doble amarilla que el juez Gariano ignoró. Con ese plan Instituto pudo llegar al entretiempo con el 0-0, algo que también hacía crecer la impaciencia de los locales. Pero todavía quedaban 45 minutos que iban a ser tan o más complejos.
Lo siguió manejando
Para los 10 primeros minutos del complemento Instituto mostró quizá su mejor cara. Porque aguantaba y se empezó a soltar para jugar.
Los de Oldrá tomaban algo de aire y pasaban con más gente al ataque.
Lodico tuvo una chance con un remate qué el arquero Rodríguez sacó abajo. Antes, se pidió un penal también por una salida del guardameta rival que Gariano tampoco dio.
Con ese panorama, ambos entrenadores empezaron a meter cambios. Pero Argentinos es un equipo que aprovecha el mínimo desorden de su rival y Molina, en estado de gracia, metió el 1-0 en un descuido del fondo, cuando iban 16 minutos.
La bronca de todos en la Gloria es que ese tanto llegó en un momento muy bueno de los de Oldrá. Como en el clásico, Instituto estaba otra vez ante las cuerdas. Necesitaba un gol para no quedarse afuera y forzar los penales. Pero Herrera metió en una ráfaga el 2 a 0 qué quiso noquear a un Instituto que se levantó.
Requena logró el descuento que le dio algo de vida al visitante. Oldrá metió cambios para el todo o nada, ya que no había otra que empatar o quedar afuera. Sólo restaría el tercer gol de Argentinos, de Sosa, que liquidó la historia. El pitazo final también fue el cierre del torneo de Instituto. A mirar adelante y aprender de los errores. Otra no hay.