“Es lo mejor que hemos producido desde que llegamos. Tuvimos chances para hacer el segundo... Vinieron a hacer tiempo... En el 1-1 hubo coberturas que no se hicieron”.
En poquitas palabras, el DT Alexander Medina sintetizó lo que había sido su Talleres ante Tigre, un rival que recién salió en la media hora final, al igual que Argentinos y Belgrano. La “T” sufrió goles ante los dos primeros y la “B” no le marcó de milagro en esa corrida de Chavarría. Eso sí: ante los tres, ya no pudo convertir en ese tramo.
De esos nueves puntos, la “T” sumó uno; Vélez se le fue a seis y Huracán se metió al medio. Esa referencia de Medina sobre el partido contra el equipo de Sebastián Domínguez pudo haber sido la misma en los partidos anteriores.
¿Por qué se hace el análisis de los tres partidos? Porque eran los que seguían a tres juegos en los que Talleres había renacido en la Liga Profesional con la llegada de Medina: 2-0 a Racing, el 1-0 a River y el 2-2 ante Rosario Central.
Sin embargo, la propuesta de Medina apenas pudo superar algunos límites conocidos en la era Ribonetto (en el plan inicial y también cuando varió). No va decir el “es lo que hay” del que hablaba “Tino”, pero en estos partidos ha quedado bastante cerca de hacerlo, si tuviera que ofrecer una opinión, después de los siete partidos que ya tiene el regreso del “Cacique”.
En varios partidos generó ventajas suficientes para definir el partido con Tigre por más de un gol. Su propia falta de efectividad lo dejó a un pase de la red como en la hora inicial contra Argentinos Juniors o en esos 90 minutos que tuvo para vulnerar a un Belgrano con 10 jugadores desde el minuto inicial, por la expulsión de Rébola.
Eso fue logrado con un plan que tiene un conductor y asociaciones que pudieron darse en algunos casos. Botta jugó los siete partidos. ¿Sus acompañantes? Ortegoza, Moyano, Galarza Fonda, Girotti y Palacios estuvieron ante Boca; se sumó Depietri por el lesionado Palacios frente a Rosario Central; aparecieron Portilla y Barticciotto, más Tarragona contra Racing; volvieron Ortegoza y Girotti ante River; regresó Portilla ante Belgrano; Matías Alejandro Galarza y “Barti” se sumaron en Argentinos y entró Tarragona por Girotti en el juego con Tigre.
Hizo lo más difícil porque logró ventajas en el marcador o en el campo, con ese plan inicial.
Sin embargo, no las acrecentó y no se mantuvieron. La mayoría de las variante de Medina fueron de mitad de cancha hacia adelante, pero menos para la contención. En estos juegos, salvo el ingreso de Matías Alejandro Galarza ante Belgrano (en los primeros 20 minutos), las modificaciones no funcionaron. Botta más Esquivel y cuatro delanteros con doble “9″ (Girotti-Tarragona) no pesaron en el clásico; salida del “10″ e ingreso del ex-Lanús, más Portilla, “Tarra”, Martínez, Ruiz Rodríguez; reemplazo de Botta por Galarza Fonda más entradas de Portilla, Palacios, Martínez y Girotti.
A cada uno le costó gravitar y las prioridades de juego se confundieron. ¿Por qué Palacios condujo cuatro de los últimos ataques de Talleres cuando había entrado Galarza Fonda para eso?
Hubo excepciones como Ortegoza que se convirtió en un segundo lanzador sin marcas, como en el 1-0 contra el equipo de Victoria o antes con ese tiro al travesaño.
Igual, Talleres llegó muy poco con planes alternativos a la conducción de Botta y, en el acto defensivo, quedó expuesto. En zona “problema”.
La cobertura del lateral izquierdo empezó a ser escasa, cuando el rival cambió su táctica y de nombres. Le pasó con Riveros y Navarro, que estuvieron expuestos al 1-2 de Argentinos y Tigre, respectivamente, que doblaron recursos en ese sector. Talleres lo sufrió a Oroz (Argentinos) como a Forclaz (Tigre) por ese sector. Ni Depietri ni Barticciotto pudieron hacer ese trabajo y Ortegoza tampoco llegó. Lo sufrió Medina como Ribonetto. ¿La vuelta de Franco Moyano podrá ser solución? ¿Quizás el pibe Gustavo Albarracín?
Hay recursos que faltan y otros que no se reemplazaron. Sin Catalán, aumentaron las pérdidas en la salida; no tener un reemplazo de Botta es un drama (el “10″ debe salir a los 60 minutos, o un poco más allá). Y un delantero con la gravitación de Ramón Sosa, ni hablar.
Talleres volverá a jugar seguido en el último tramo del año ya que con Riestra, Lanús y Godoy Cruz lo hará en un lapso de 10 días. Son nuevas chances, pero también representar el desafío de sumar un plus.
El que hace falta para hacer historia.
