Historia clínica. Nombre: Talleres de Carlos Tevez; ensayo: 7; jugadores probados: 25 en siete partidos; último resultado: 0-1 con Riestra; situación: en desempate con Aldosivi para no descender a nueve fechas del final, cinco juegos sin ganar y 461 minutos sin goles. Inédita para el paciente; signos vitales: creó más situaciones que el rival, reaparecieron Rubén Botta y Ulises Ortegoza, debutó José Palomino, un líder.
El primer equipo albiazul es ese paciente que ya tuvo varios médicos, que no consigue repuntar en valores clave como su capacidad para convertir y tiene pendiente los triunfos que deben llegar para poder levantarse de la cama. Literalmente.
Como dice el resumen, está complicado, pero, mientras tenga signos vitales, habrá esperanzas.
Entre los atenuantes del último traspié, se pueden encontrar algunas mejoras que ha tenido de la mano de Carlos Tevez en el tiempo que lleva y tras haber asumido con tres prácticas por delante para el debut ante San Lorenzo.
Su producción de situaciones de gol está acorde a la posición (genera entre cuatro y cinco por partido, como pasó ante Riestra, la noche aciaga de Atlético Tucumán y el 0-0 con San Martín de San Juan) que demuestran la tabla del Clausura y la anual.
Los errores defensivos se limitaron un poco (quedan algunos, de acuerdo a la forma con la que le ganó “el Malevo” con un tiro de Jonathan Goitía desde la puerta del área) y, en líneas más adelante, Talleres recuperó un valor clave como Ortegoza para disponer de la posesión de la pelota, y a otro como Botta para la conducción (le sumó un tiempo más a cada jugada, cuando debía ser más directo).
¿Más? Sumó a José Luis Palomino. Al fin, pudo debutar un tipo que llegó para ser uno esos líderes que Talleres necesita para una lucha a la que no está acostumbrado, en la que no hay tiempos para lamentarse, sino para mejorar y superarse. En una cancha que podía jugarle una mala pasada por la gran cantidad de lluvia caída y por el roce que imponía Riestra, “Palo” ganó de arriba y de abajo y se manejó muy bien en el sistema de línea de tres que “el Apache” rescató para este partido.
El juvenil Ignacio Alastra ha dispuesto de minutos valiosos sin que el momento lo intimide o lo condicione. Santiago Fernández también tuvo que tallar cuando lo puso en escena Alexander Medina. Y sigue ahí, aprovechando cada chance.
Además, el propio entrenador le tuvo más paciencia a su último ensayo. Frente a Lanús, la línea de tres duró poco más de un tiempo hasta que salió Matías Catalán; el domingo pasado, lo mantuvo hasta el final, ya que las modificaciones fueron en los volantes y en los delanteros. Nada se va a comparar con los goles y triunfos que faltan, pero la reacción debe comenzar por algunas voluntades.
Sin embargo, Talleres necesita más para salvarse y los plazos son los de una urgencia.