Michael Santos vive el Mundo Talleres como nunca antes. No hay un mejor momento que éste. El primer equipo gana y gusta, está cuarto, sueña con un título y el uruguayo es el goleador de la Liga Profesional con 10 tantos y los 31 que acumula en la “T” lo llevaron a igualar al paraguayo Juan Carlos Ruiz Díaz, el top artillero extranjero desde hace 30 años.
Talleres está al “Pelo”, como le dicen, desde chiquito cuando lo usaba largo. Quiere que le diga “Maicol” y no Michael, el nombre que le puso su papá que era aficionado al báquet y “fana” de Jordan. “De uno a 10, cómo estoy? De 10. Aunque vos a veces me matás con un cinco en el diario”, bromea el uruguayo, en parte de una charla que tuvo un inicio distinto, alejado del tiempo que disfruta como definidor, soñando con el llamado de Bielsa y más cercano a esos tiempos en los que empezó a construir este momento.
“El año pasado... lo que sufrí”, recordó. Tiempos de Copa Libertadores, le convirtió al Flamengo, jugó una nueva final, pero al medio las lesiones lo condicionaron mucho. Igual que no poder ver a su hijo. Encima vino la partida de su primo hermano Tatín, a quién le dedica todos sus goles, hasta que pudo hacer un click. Sobre todo con las cosas que “no hacía bien” y al conocer a su actual pareja.
Del gran definidor, a la persona que hay detrás. Por ahí empezó la charla.
-¿De qué querés que hablemos? ¿Tus goles, el Talleres cuarto o lo que hacés cuando termina cada partido? Pudiste ver a tu hijo Valentino?
-La semana pasada lo vi en Uruguay
-¿Jugaron unos tiros con el niño?
-Llegue muy justo. Solo hablamos. Se hizo de Talleres, aunque es de Nacional. Juega de extremo derecho, ja. Cuando estuve acá lo llevé a las escuelas de Talleres.
El audio de la entrevista completa, acá...
