Martes 27 de mayo, a las 16, en el predio de Villa Esquiú. El termo, tapado en stickers, tiene el agua caliente. El mate, con el escudo de Belgrano, reposa en la mano derecha de Luis Fabián Artime. Un buzo negro “de Belgrano”.
Una remera celeste “de Belgrano”. Una pulserita de goma “de Belgrano”. Todo lo “de Belgrano” arma la escena para Mundo Pirata, el pódcast de La Voz sobre (sí) Belgrano. Serán 25 minutos de preguntas y respuestas sobre tema de agenda y fuera de ella.
–¿Lo de Artime 24/7 por Belgrano es una exageración?
–24/7 a necesidad de Belgrano. Si tengo que estará acá en el predio, estoy. Desde la mañana o ahora a la tarde por la nota. Si tengo que viajar a Buenos Aires por cuestiones de la política del club, viajo. Si tengo que viajar a donde sea por el club, estoy a disposición. Por eso digo que esto es 24 por 7. Vivo y respiro para Belgrano.
–¿Cómo gestionás lo personal? Vi que tenés más de 99 mensajes de WhatsApp sin responder.
–Me pasa que me contacta gente para algo de marketing, algo de comercial o para pedirme una prueba para algún niñito. Incluso me encuentro en la calle a algún vecino que me dice “tengo un hijo que juega…”. Y tengo que pasar el teléfono de los reclutadores. Y, bueno, eso es vivir para Belgrano. Yo delego mucho. Porque las otras áreas del club se manejan con independencia pura. Tengo noción y decisión yo. Pero si hay algo que he hecho es que todas las áreas democráticamente tengan su decisión. Traccionan a un Belgrano para que sea cada vez más grande. Hay gente idónea que hace las cosas bien. Hay un dirigente a cargo de ese sector siempre idóneo y ese es el Belgrano que la gente aprobó en la asamblea por unanimidad y, así, vamos a ir por más. Mientras el presidente tenga mandato, me quedan dos años. Y mientras tenga salud, yo siempre voy al frente. Siempre que jugaba, me tiraba de cabeza por una pelota al banderín del córner. Y yo la corría y la agarraba hasta que se fuera. Ahora es igual en mi gestión. Es una gestión que lleva cuatro y vamos a ir por todo. Con mi comisión, mientras se pueda.
–Dijiste, fuera de cámara, que Belgrano te sacó la vesícula…
–Tengo 59 años. Y sí, estoy bien. Belgrano me sacó una vesícula, ja. Espero que Belgrano no me lleve más nada puesto, ja, ja.
–El futuro de Artime. Por estatuto, no podés seguir como presidente un mandato más. ¿Entonces?
–No se puede seguir. Yo sí… estar acompañando lo que hace cuatro años soñamos… que era poner a Belgrano en Primera. Estar en la comisión para colaborar, así como han colaborado conmigo. Como han colaborado conmigo como presidente, acompañaré desde donde me toque estar al grupo de personas con los que hace cuatro años fundamos esto. Creo que le dimos una vuelta de tuerca a lo que pensamos. Siempre poniendo a Belgrano primero, fuera de las personalidades y los egos.
–¿Cómo evaluás al rol de ser dirigente deportivo?
–Ser dirigente de fútbol es lo más difícil de llevar. Porque nosotros gestionamos pasión. Y gestionar la pasión de la gente es dificilísimo. Es el humor de la gente. Es el domingo después del partido. Si el domingo gana, el lunes sos Gardel. Si el equipo pierde, no salgo a la calle. Lo he hecho como jugador y hoy lo hago como presidente. A esto lo digo con orgullo. Hoy me da vergüenza salir a la calle y me da vergüenza cruzarme con un hincha de Belgrano que está triste porque el equipo perdió. Y ya no pateo más la pelota. Y no es que en el minuto 90 me erré un gol abajo del arco. Pero me siento culpable. Lo he sentido siempre. Lo he vivido siempre. Lo he cargado siempre. Belgrano ha sido mi vida y mi pasión. Alguna vez dije que me iba a morir dentro de una cancha y creo que el fútbol me va a matar, ja. Cuando me vaya, espero estar abrazado a una pelota. Hoy no practico fútbol. Te digo, exactamente cuatro años que no juego más ni con amigos. En su momento, jugué partidos con “el Guille” (por Farré, exjugador y ex-DT). Esa fue la última vez. Ahora le dije al “Ruso” que tenemos que hacer un picadito, comer un churrasco y charlar de fútbol.
–¿No te dan ganas de jugar?
–No me dan ganas de jugar al fútbol. No tengo tiempo. No tengo tiempo ni para entrenar. Te digo la verdad. No tengo tiempo para nada. A veces me digo que me voy a enganchar una semana para entrenar y… me sale algo. Tengo días de reuniones y terminás agotado.
–Hablemos de las asambleas. ¿Por qué decís que fue un día histórico?
–Porque hace 120 años esos terrenos no eran nuestros. Llegué en el año ’92 y entrenábamos en un piso de tierra debajo de la Preferencial. Yo vi años tristísimos del club. La quiebra. El levantamiento de la quiebra. La compra del predio del Villa Esquiú, que lo hizo un dirigente que fue muy importante en la institución (por Armando Pérez). Nosotros después llegamos. Revitalizamos el predio. Hicimos cosas en la cancha. Hicimos muchas obras. Hubo una dirigencia antes que nosotros que hizo la Cuellar, que no la terminó pero la inició. Nosotros tuvimos la suerte de terminarla. Y tenemos la suerte de hacer estas obras y de comprar esos terrenos que nunca nadie había comprado. Desde el ’92, que llegué, que la casa de Doña Rosa la iban a comprar y no la compró nadie. La compró nuestra conducción. Yo entrené en la Isla de los Patos. Y hoy tengo la suerte de que el plantel entrene en un predio maravilloso, uno de los mejores del interior del país. O de los mejores de Argentina. Yo jugué en Alberdi en una cancha que tenía una Hualfin que era así de chiquita. Hoy tiene una Cuellar inmensa, con dos bandejas. Yo vi a los periodistas cagarse de frío. Hoy tienen palcos. Hay espacio para visitantes, con palcos. Hay una Súper Celeste que sólo podés ver en el fútbol inglés. Sin alambrado. Entonces me siento orgulloso de conducir un club que después de la quiebra creció a pasos agigantados. Siempre lo digo: no nos dimos cuenta y hemos despertado a un león. Todo el mundo pide más. Y si el presidente puede, vamos por más. Y si nos tenemos que ir dentro de dos años, el que venga tendrá que seguir haciendo cosas. Pusimos a Belgrano en lugar de avance continuo. Vamos a paso a paso.
–Lo de la nueva tribuna no es algo que vaya a suceder en el corto plazo…
–Quién te dice… En este mandato compramos esos lotes. En el próximo mandato, buscaremos la ingeniería económica para hacer la tribuna. Esa es la realidad. Siempre dije que soy un soñador. Es soñar, proyectar y hacerlo. Yo soñé que íbamos a salir campeón. Yo lo soñé. Lo proyectamos y seguimos soñando. Soy un eterno soñador. Siempre en mi vida fui por más. Pero ir “por más” porque en la vida yo no quiero pasar de largo. Siempre busqué. Quise ser jugador de fútbol. Soy hijo de uno de los más grandes goleadores del fútbol argentino Y tuve la suerte de ser un 10% de lo que él fue. Y que me alcance para que hoy me reconozcan. Si hoy, el club de mi vida, el club que me dio todo, el amor de mi vida, me da esta chance de ser presidente, voy a tratar de poner todo para hacer un Belgrano primero.
–En las asambleas se metió el tema del juicio de Pablo Vegetti contra Belgrano por una deuda. ¿Cómo es eso?
–La realidad es que juicios hay siempre. Y a los socios les llamó la atención que había crecido ese apartado. Y hay socios que son meticulosos con los números. Que era casi un 200% más de “judicialidad”. Y cuando preguntaron, había que decir. Es una cuestión… nos cae una demanda y se la pasamos a nuestros abogados, y está en manos de la Justicia.
–¿Cómo viene el mercado de pases?
–Largo, difícil, duro. Sabíamos que iba a ser así. Sabemos en qué direccionar. Otras veces sabíamos que había que buscar arriba, abajo, al medio. Ahora sabemos dónde. Hay que ser coherentes. No sólo nuestras falencias estuvieron en la defensa, sino que también las tuvimos arriba. Pero pasa que arriba tenemos con qué solucionarlo. Tuvimos uno que deslumbró (por “el Uvita” Fernández). Los otros no tuvieron esos meses en los que hacían goles. Nos quedamos con un solo goleador en ese alto nivel. Deberíamos tener a los tres goleadores (sumando a Franco Jara y a Lucas Passerini) para que nos den esa cuota de gol necesaria. Fallamos arriba y también abajo. Y nos vamos a abocar a eso.
–Sin Ariel Rojas, ¿es necesidad de Belgrano contratar un mánager deportivo?
–Hace siete meses, con Ariel, instalamos la profesionalizaron en todas las áreas deportivas. Tenemos gente capacitada que está viendo videos, que está filmando, que trabaja todo el tiempo en inferiores y en todo. Estamos todo el tiempo brindando mejoras para nuestros jugadores. Es algo que no existía en Belgrano. Y era necesario tener una cabeza en ese esquema. Era Ariel, y hoy nos vamos a tomar el tiempo necesario para que contratemos a alguien especializado en el tema.
–¿Qué te sorprendió de Zielinski?
–Solamente lo había enfrentado. Lo conocía de rival. Nunca lo vi como entrenador en el club porque yo no estuve en esa gestión. Sí tenía las referencias. Entiendo que es un tipo centrado, “con los pies en la tierra” y que entiende mucho de esto. La verdad es que nos entendemos muy bien. Hoy estuvimos dos horas reunidos. Es muy claro, es muy transparente y muy simple para explicar las cosas.
–¿El plantel de Belgrano está para más?
–Sigo sosteniendo que tenemos un gran plantel, el cual hay que reforzar con jugadores de jerarquía. Pero hay material para exprimir. Todavía sí. Hemos tenido mucha mala suerte. Passerini y Ulises (Sánchez) eran dos refuerzos y no pasó. No pudieron jugar. Esperemos que en esta pretemporada se puedan poner entre los 11 y darnos la posibilidad de rendir mucho más.
–¿Qué te pareció el semestre de Lucas Zelarayán?
–Y el “Chino”… con los vaivenes del equipo… no pudo solo. Además tuvo dos lesiones. Tuvo una lesión muscular y la de la mano. Seguramente nos va a dar mucho más.
–Después de las asambleas, te preguntaron por la final Platense-Huracán y si no pensabas que Belgrano puede estar ahí con este formato. Hiciste un gesto como…
–Y si hacíamos cuatro goles más… hoy estábamos en el mata-mata. Dejame que diga que lo de Platense es para sacarme el sombrero. Es un equipo que sabe qué tiene que hacer. Y es un equipo que explota esas virtudes. Y si llegaron eliminando a River, a Racing y a San Lorenzo, es porque tienen un rival de temer. Y Huracán tiene uno de los mejores planteles del fútbol argentino.
–Esto nos lleva al nivel del fútbol argentino. ¿Es malo? ¿Es bueno?
–No, no. El fútbol argentino es el más difícil de jugar. El que juega en este fútbol puede jugar en cualquier fútbol. Si hay un campeonato en Marte, lo juegan en Marte. Fijate que arrancamos con calendario apretado. Entonces… es muy difícil jugar acá.
–Otro tema es la gestión de Chiqui Tapia. ¿Qué pensás al respecto?
–En Europa salen campeones Barcelona, Real Madrid, en Inglaterra los de siempre… en Argentina puede salir campeón cualquiera. ¿Qué me hablás de competitividad? Me hablan de los 30 equipos. Con el funcionamiento del país que tenemos… yo digo que desde el principio estuvo mal repartida la torta porque había más equipo en Capital que en el resto del país… Y si decimos que somos federales, entonces necesitamos 30 equipos. Porque si no el 80% de las provincias no tendrían equipos en primera. Si nosotros hablamos del federalismo, estaríamos haciendo un unitarismo total. Entonces… ¿por qué 30? Si estuviéramos con el modelo de los 20 equipos, muchos jugadores del interior del país no estarían compitiendo en primera división.
–¿Los clubes de Córdoba trabajan en conjunto?
–Te la tiro así. Cuántas veces en tu vida o quien vio en su vida a tres equipos cordobeses compitiendo en Primera. A un nivel importante, como el año pasado. Este año fue malísimo para los tres. Yo vine en el ’92 y jugaban en primera uno o dos y bajaban. En el fútbol santafesino, excepto Rosario Central… el resto mal. Hoy lo que hay que tratar de mantener es lo que hicimos el año pasado. En 2024 lo hicimos. Belgrano en Sudamericana. Instituto, ahí. Racing peleando en el ascenso. El envión del fútbol cordobés sigue siendo importante. Y voy a decir esto alabando a las dirigencias de Córdoba. Se han puesto el traje. Y no lo digo porque yo sea el presidente de Belgrano. Pero tanto Talleres como Instituto y Racing, estamos con una dirigencia proactiva que trabaja para el fútbol cordobés. Tenés tres equipos en primera. Este año fuimos un desastre y les pedimos perdón porque seguro que fue un asunto de los dirigentes. Pero Racing mismo y toda la provincia está encolumnada en hacer lo mejor posible. Tarde o temprano, cuando vos metés infraestructura y trabajo… cuando vos metés dinero en tu cancha… los resultados se dan. ¿Por qué la gente que fue a la asamblea levantó la mano de manera unánime? Porque apoya a una dirigencia que es honesta con el socio, que es transparente y que hace cuatro años que no para de hacer cosas por el club.
–Te iba a preguntar por Cavagliatto y Fassi, pero ya lo dijiste…
–No vamos a andar de la mano caminando por la peatonal…
–¿Pero hay una comunicación directa?
–Yo tengo WhatsApp directo con mucho de ellos. Y te digo la verdad: esto es para reivindicar a la dirigencia de acá. Nosotros administramos pasión, que es difícil... y también hacemos. Cavagliatto está haciendo el edificio en el predio, en el centro de entrenamiento. Porque Andrés Fassi en su Talleres está haciendo el centro de entrenamiento. Nosotros estamos haciendo el estadio, mejorando el predio, comprando casas. Escuchame, en un país donde no hay obras del Estado porque no hay plata, nosotros estamos haciendo. Escuchame, acá no se le está robando nadie. Acá estamos laburando para el bien del club. Honestidad, trabajo. Lo hicimos en una asamblea pública y honorable, el dueño del club, el socio, levantó la mano para que Belgrano tenga una cancha más grande. ¿Cómo no vamos a llegar a los 100 mil socios? Vamos a llegar a los 100 mil socios. Porque la gente ve que el club necesita de los socios y le preguntamos al verdadero dueño del club qué quería hacer. Y unánimemente dijo que compremos los terrenos. Para mi conducción, para mi ego personal y todo, es un gran avance. Vine a jugar en el ’92, me puse la camiseta y no me la saqué más. Hoy tengo la camiseta y los pantalones largos. Pero siempre con algo de Belgrano. Porque yo represento a Belgrano donde voy. Ese el mandato que me dio la gente.