Lionel Andrés Messi conserva el gran mérito de hacer un culto a la ilusión. A los 36 años se sigue ilusionando y nos sigue ilusionando, con la gran virtud de mantener la llama encendida y dispuesto a seguir en la senda ganadora, que en su caso será inagotable mientras entre a una cancha.
El sábado a la noche, apenas ocho meses y un día después de haberse consagrado campeón del mundo como capitán de la selección argentina en Qatar 2022, “Leo” lacró la renovación de su compromiso competitivo y levantó un nuevo título, el número 44 de su mágica carrera, para convertirse en el futbolista con más coronas en la historia.
Lo de Messi trasciende y rompe todas las barreras y adquiere una dimensión superlativa que contagia ejemplos y orgullo en cada acción. Llegó a Miami y se puso al hombro la necesidad de Inter, su nuevo club, de encontrar el protagonismo que se propuso desde que hace cinco años comenzó su cortísima existencia. Y derramó tanto optimismo que volvió a ser determinante para que los de rosa se coronaran campeones de la Leagues Cup (primer título de su historia), venciendo de visitante a Nashville SC por penales para alegría de sus nuevos compañeros, del cuerpo técnico que dirige Gerardo Martino, de David Beckham (principal responsable de este paso en el destino del “10″), de los otros líderes de la entidad y de la impresionante nueva cantidad de hinchas que ahora tiene Inter, que gracias a Messi sumó una extraordinaria legión de simpatizantes alrededor del mundo, con raíz sólida en los corazones argentinos. Messi sigue haciendo historia, historia de la linda, de esa que conmueve.
Al margen de ser un difusor de alegría y un generador de felicidad, Lionel Messi se ha transformado en un abanderado de fomentar ilusiones, un faro por mirar, un norte por seguir.
Y cuánto valor tiene en circunstancias tan difíciles como las que atraviesa nuestro país o en horas en las cuales se homenajea a nuestras niñas y a nuestros niños, a quienes si algo debemos sembrarles es eso, ilusiones, sueños, desafíos, disfrutes.
Córdoba también se ilusiona
En el fútbol cordobés, la versión cordobesa de semejante renovación de ilusión la dieron este fin de semana, en rigor cronológico, Belgrano, Talleres, Instituto y Racing.
En el inicio de la Copa de la Liga Profesional, la “B”, la “T” y la Gloria se encargaron de recordarles a sus hinchadas que pueden creer en ellos, que están en condiciones de sembrar esperanza, que buscarán, otra vez, ser protagonistas. Los tres fueron sólidos, jugaron bien y ganaron sin dudas sus respectivos compromisos.
El jueves en Alberdi, en el juego que abrió la nueva competencia, los celestes protagonizaron uno de los mejores partidos desde que regresaron a Primera División y con un planteo ambicioso, agresivo y positivo le ganaron 2-1 a un muy buen equipo como es Estudiantes de La Plata.
Qué decir de los albiazules: el sábado a la noche dieron una nueva demostración de contundencia y ambición cuando golearon sin discusión 3-0 a Gimnasia en La Plata.
Y ayer, en Sarandí, los gloriosos ganaron 1-0 una “final” por la permanencia, un encuentro de esos que valen seis puntos y lo hicieron con autoridad y con todo para definir el pleito mucho antes de los 90 minutos frente a Arsenal.
Y el bonus lo dio Racing, cuyos hinchas necesitaban un triunfo como el de ayer en Nueva Italia para saber que esos jugadores les seguirán regalando motivos para estar orgullosos y para creer que están para más y pueden animarse a pelear por objetivos más trascendentes.
Y claro, son días de ilusión. Y si se ilusiona el gran capitán, qué nos impide que nos sumemos a la ola.
