Tarde o temprano iba a pasar. Michael Santos y Diego Valoyes se iban a ir del club. Lo hicieron en este mercado, pero podría haber pasado en el anterior y el año pasado. Andrés Fassi, el presidente albiazul, les había prometido la salida, como había pasado con otros jugadores, como Enzo Díaz y hasta el propio Nahuel Tenaglia. El uruguayo y el colombiano lo hicieron en el mejor momento. Uno fue el goleador de la Liga Profesional, junto con Pablo Vegetti en Belgrano, y el otro fue el segundo mejor asistidor del mencionado torneo, en el que la “T” salió segundo.
Cómo sería el equipo de Javier Gandolfi en la Copa de la Liga Profesional sin ellos fue una pregunta fuerte en el Mundo Talleres. Ni hablar cuando se vio en El Bosque, ante Gimnasia LP, a un “11″ que tampoco tenía a Rodrigo Garro, Rodrigo Villagra y Matías Catalán por lesiones. Era un Talleres sin cinco de sus jugadores más gravitantes. De esos que no pueden faltar. Quedaban Ramón Sosa y su velocidad, un Nahuel Bustos que funcionaba mejor cuando entraba al final y un Guido Herrera que debería ordenar a un debutante como Kevin Mantilla, entre otros.
El cambio de plan ante tanta ausencia clave hubiera sido perfectamente entendible, pero este estreno también era una oportunidad para probar si la competencia interna podría ofrecerle la respuesta esperada. Al menos en el estreno, había que probar si la chapa de imprescindibles era tan así. Sobre todo ante un rival que hacía poco le había convertido un 0-2 en un 2-2 en el Kempes, con varios de esos top, y cuando aún le quedaban mínimas chances de apretar al líder River.
La respuesta esperada en Talleres, línea por línea
La respuesta que ofreció esa competencia interna fue la esperada. Gravitó en el 3-0 a Gimnasia LP. En todos los casos y hasta en el recambio. En las tres líneas, la “T” lució equilibrado entre el acto ofensivo y el defensivo, fue un equipo directo para convertir, administró la ventaja y la potenció, y redujo al mínimo sus limitaciones. Por eso, Javier Gandolfi no dudó en decir que se había sentido “orgulloso” por la actuación del equipo, cuando jamás había tenido tantas ausencias importantes.
Defensa, Mantilla por Catalán. El colombiano, de 20 años, cumplió una aceptable actuación. Fue el jugador con más despejes de cabeza (tres) y ganó seis de los ocho duelos que disputó. Muy bien de arriba, duro de superar por abajo y salió jugando bien. Hizo una buena dupla con Juan Gabriel Rodríguez, quien había tenido algunas molestias físicas y había estado en duda. El pibe que vino de Independiente Santa Fe pareció un veterano. El capitán Guido Herrera lo ordenó un poco y Gastón Benavídez también lo ayudó. Con Juan Carlos Portillo, nuevamente como lateral izquierdo, fueron los que más ganaron de arriba.
Mediocampo con Gómez. Un Talleres sin Villagra es difícil de imaginar, pero no imposible. Entró Matías Gómez y sin pedirle consejos al ex Rosario Central, jugó en su lugar y lo hizo bien. Se complementó con Ulises Ortegoza y distribuyó con criterio. También recuperó bastante. Gómez llegó en 2023 al club desde Estudiantes de San Luis, donde debutó en el Federal A. Jugó en reserva, debutó en Liga Profesional (Huracán) y en Copa Argentina (River). El sábado lo hizo como titular.
Ataque: Angulo, Depietri y Bustos. En las cuatro posiciones ofensivas, fue donde más variantes hubo. Luis Miguel Angulo entró directamente por Valoyes, Valentín Depietri lo hizo en lugar de Rodrigo Garro y Nahuel Bustos continuó en lugar de Santos, que no pudo jugar en el final de la Liga Profesional por un desgarro. El colombiano arrancó bien, pero luego se diluyó. Tiene 19 años y arrancó por derecha, de acuerdo con lo que pidió Gandolfi. En el caso del ex-Fortaleza. jugó por el ex-Instituto, pero le costó ser prioridad de juego. Es el mismo proceso por el que transitó Garro. Tuvo una chance para definir, pero levantó el remate.
“NB10″. Anotó a su estilo, en dos tiempos. Pero lo más importante es que sintonizó con Sosa, quien descolló. Se enojó un poco porque el paraguayo lo asistió en la primera y, luego, buscó sus goles hasta que lo logró. También se tiró atrás para hacer jugar. Fue importante que pudiera anotar como titular y porque en los últimos partidos solamente lo había hecho justamente ante Gimnasia LP, en el Kempes. Suma nueve tantos desde que volvió al club y es quien reemplaza directamente a Santos, aunque sus características son distintas.
Recambio con “Rulo” Romero
Romero. Reemplazó a Bustos, quien se lesionó en el tobillo. Fue el mejor de los recambios. Entró muy bien, a los 73 minutos de juego y con el partido aún 1 a 0. Generó la maniobra que terminó en la mano penal del 2-0 y, luego, habilitó a Ramón Sosa en el 3-0 final. También fue importante para sí mismo, ya que era uno de los jugadores cuya salida se analizó en este mercado. Después ingresaron Luis Sequeira por el mencionado Depietri y Diego Barrera por Angulo. El juvenil del club fue el más interesante.
Los que no debutaron. Ya fue presentado Marcelo Barticciotto y dijo que puede jugar en cualquiera de las cuatro posiciones de ataque, aunque destacó que se siente más cómodo como mediapunta. Tomás Molina es centrodelantero, también está entrenando, espera ser convocado y será alternativa a Bustos. El juvenil Francisco Pozzo (Vélez) también es “9″ y deberá espera su chance. Manuel Castro será una variante como extremo derecho. Irá al mano a mano con Angulo y Barrera. Mientras tanto, Mateo Seoane (Vélez) será otra opción para el doble volante central, Ramiro Enríquez (Central Norte) deberá esperar para ser opción en la zaga y Lautaro Morales arrancó su competencia con Herrera.
Refuerzos. Resta un lateral izquierdo, un volante y un extremo. Hay tiempo hasta el 31 de agosto.
