Hay regresos que se explican solos. Por historia, por piel, por presente. Y hay nombres que, cuando se pronuncian en Nueva Italia, activan algo más que recuerdos. Generan una especie de esperanza ancestral, un “ahora sí” que se cuela entre los tablones del Miguel Sancho y rebota fuerte en las redes sociales.
Hernán Medina vuelve a ser el director técnico de Racing. Otra vez la camiseta celeste y blanca lo espera, como si el tiempo no hubiera pasado. Como si la épica del doble ascenso todavía latiera en la memoria del hincha. Y es que, para muchos, “La Tota” nunca se fue del todo.
El DT cordobés asumirá este lunes y estará acompañado por Darío Bringas como ayudante de campo. Diego Kofler continuará como preparador físico principal, mientras que Mariano Gamboa y Marcelo Zampetti seguirán como segundo PF y entrenador de arqueros, respectivamente. Una estructura con continuidad, pero con Medina otra vez al mando.
La decisión de la dirigencia fue más terrenal que romántica. Se barajaron nombres como Juan Manuel Sara y Mario Sciacqua, pero sus pedidos (no sólo salariales, también logísticos: cuerpos técnicos grandes, varios departamentos para alquilar) terminaron por inclinar la balanza.
Medina, además de conocer el club, llegaba con un número más “amigable” en un contexto económico apretado. Y sí, eso también pesa.
Los referentes del plantel ya hablaron con él. Le dieron el visto bueno. Y los hinchas, en redes, lo recibieron como se recibe a los que dejaron cosas. No sólo resultados: 44 partidos dirigidos, 29 victorias, 11 empates, 4 derrotas. 86 por ciento de efectividad. 74 goles a favor, 23 en contra. Valla invicta en 26 partidos. Cifras de campeón. Cifras de alguien que entiende qué significa Racing.
Después de su paso por Motagua de Honduras, donde dirigió hasta fines de 2024, Medina vuelve al club con el que ascendió desde el Regional Amateur hasta la Primera Nacional.
Su segundo ciclo comenzará este domingo, cuando Racing visite a Alvarado de Mar del Plata a las 15.30. Primer partido, primera medida.
Lo de “La Tota” no es sólo una elección deportiva. Es también un guiño a la identidad. Racing, que busca salir de un año irregular, apuesta a lo que conoce. A lo que funcionó. Y en eso, el barrio se ilusiona. Porque a veces, para volver a creer, alcanza con mirar un poco para atrás.