El reciente encuentro por el Torneo Federal A entre Atenas de Río Cuarto y Estudiantes de San Luis dejó una victoria deportiva para el local (1-0).
Sin embargo, la alegría del triunfo se vio rápidamente opacada por una sorprendente revelación: el balance final del partido arrojó un saldo negativo de $3.157.928 pesos para el club Atenas.
Este inesperado déficit pone de manifiesto la ardua tarea que enfrentan muchos clubes a la hora de gestionar sus finanzas.
Según el informe publicado por el club, los ingresos generados por la venta de entradas y la cantina fueron significativamente insuficientes, llegando a ser cuatro veces menores que los gastos incurridos.
Entre los gastos se destacan 905 mil pesos en designación arbitral, 650 mil pesos de viáticos de árbitros y $2.265.428 en operativo policial.
Estos gastos incluyeron rubros esenciales para la realización del encuentro, tales como los honorarios de los árbitros, el operativo policial, la seguridad privada, el servicio de ambulancia y el aporte obligatorio a la AFA.
La transparencia de Atenas al hacer público este balance permite visibilizar una problemática común en las categorías de ascenso: la brecha entre los costos operativos de un partido y la capacidad de generar ingresos suficientes para cubrirlos.
Factores como la asistencia de público, que puede ser variable, y los gastos fijos asociados a la organización de un evento deportivo, pueden generar un desequilibrio financiero considerable.
La situación de Atenas de Río Cuarto sirve como un llamado de atención sobre la necesidad de repensar los modelos económicos en el fútbol del ascenso para asegurar su sostenibilidad a largo plazo.