Los delanteros Memphis Depay, del Corinthians, y Neymar, del Santos, volvieron a levantar la voz contra el uso de césped artificial en algunos estadios de Brasil, una polémica que ya suma años y que vuelve a instalarse justo en la etapa de definiciones de la Copa do Brasil.
El neerlandés, internacional con su selección y exjugador del FC Barcelona y Atlético de Madrid, se mostró crítico tras la victoria por 1-0 de su equipo sobre Athletico Paranaense, en la ida de los cuartos de final del torneo. “El césped artificial mata el juego. Brasil ¿cuándo vas a escuchar a los jugadores?”, publicó en sus redes sociales.
Poco después, Neymar respaldó el mensaje de Depay. El máximo goleador histórico de la selección brasileña afirmó que estaba de acuerdo con la queja de su colega y excompañero de Barcelona, sumando su voz a la de los futbolistas que cuestionan la calidad de los campos de juego.
El Athletico Paranaense, bicampeón de la Copa Sudamericana y actualmente en la segunda división del Campeonato Brasileño, es uno de los clubes que decidió instalar césped sintético en su estadio, la Arena da Baixada, en Curitiba. Palmeiras y Botafogo, últimos campeones de la Liga brasileña y la Copa Libertadores, también optaron por este tipo de superficie, alegando que cumple con la certificación de la FIFA y que su uso es necesario ante la alta carga de partidos y las condiciones climáticas que deterioran rápidamente la grama natural.
Otros estadios, como el Maracaná de Río de Janeiro, utilizan un césped híbrido, que combina hierba natural con cepas artificiales, buscando equilibrar durabilidad y calidad de juego.
Esta no es la primera vez que Neymar y otras estrellas del ‘Brasileirão’ critican el césped artificial. En febrero pasado, el delantero encabezó una campaña apoyada por jugadores como Thiago Silva y Philippe Coutinho, denunciando el “preocupante rumbo” que tomaba el fútbol brasileño con este tipo de superficies. En esa ocasión, aseguraban que “es absurdo que tengamos que hablar de césped sintético en nuestros campos” y que, por la dimensión y la representatividad del fútbol en Brasil, “eso no debería ni ser una opción”.
El debate vuelve a instalarse en plena definición de torneos nacionales, mientras los grandes clubes buscan equilibrar la exigencia de calendarios cargados con la necesidad de garantizar un juego de calidad.