Alejandro “Colo” Cabrera es el símbolo inquebrantable de un Estudiantes de Río Cuarto tan histórico como él. Porque volvió al Imperio del Sur para escribir el capítulo más glorioso que fue el ascenso a Liga, después de haber escrito otros igualmente esforzados como fueron los ascensos desde la cuarta categoría de AFA (el entonces Federal B), pasando por el Federal A, Primera Nacional y ahora la máxima categoría.
Nacido en Los Cóndores, Cabrera es mucho más que un mediocampista central de quite y juego para Estudiantes de Río Cuarto. Es el símbolo de la resiliencia y el camino ascendente del club. Su trayectoria, marcada por el esfuerzo “desde abajo” y mil “piedras en el camino”, refleja la lucha por alcanzar la cima del fútbol argentino.
“Hicimos un año bárbaro, arrancamos en diciembre del año pasado, hicimos un sacrificio enorme. La verdad que se armó un grupo muy lindo. Más allá de los buenos jugadores. disfrutábamos ir a entrenar, nos juntábamos a comer, la verdad que creamos una gran relación, fuimos de menor a mayor en el campeonato y lo coronamos de la mejor manera creo que es algo so hiciste para llegar”, declaró “el Colo” a poco de darse el histórico ascenso.
“Terminé en una pierna la final de ida, pero, la verdad es que no podía perderme este partido en Madryn. Quería estar. Por ahí la semana el entrenamiento reguló un poquito, y bueno, con algunas inyecciones llegamos”, sostuvo Cabrera.
El camino de Cabrera en el fútbol no fue sencillo ni lineal. Salió del “interior del interior”, jugando inicialmente en Lautaro Roncedo, en la Liga de Río Cuarto. Antes de afianzarse, tuvo un sueño trunco: estuvo a prueba en Talleres. Entrenó con el plantel dirigido por Frank Kudelka, pero no logró quedarse. Tras ese revés, jugó en Atalaya, en la Liga Cordobesa, antes de volver a Roncedo de manera amateur.
La Era Dorada con “el León”
A partir de 2016, Cabrera dio el salto a Estudiantes de Río Cuarto. Con “el León”, logró el histórico camino ascendente desde el Federal B (la cuarta categoría de AFA) hasta la Primera Nacional. Este ascenso fue fruto de un “sacrificio enorme” y de la formación de un grupo muy unido que disfrutaba ir a entrenar. El equipo fue “de menor a mayor” en el campeonato y finalmente coronó el esfuerzo. Cabrera fue una pieza fundamental en ese trayecto.
Su rendimiento en el ascenso llamó la atención y, en 2020, fue cedido a Banfield, club donde debutó en Primera División. Banfield, de hecho, lo transformó en un jugador de Primera. Al año siguiente, en 2021, el club adquirió su pase de manera definitiva.
Las roturas y el sueño frustrado
Cuando Cabrera parecía estar consolidado en la élite, el destino le propinó golpes severos en forma de lesiones. Entre 2023 y 2024, el “Colo” sufrió dos roturas del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha.
En 2021, su carrera sufrió un parate especialmente doloroso: en medio de un acuerdo para pasar a Belgrano, se rompió los ligamentos por segunda vez, frustrando así su transferencia. Estas lesiones lo alejaron de las canchas por un año y medio.
La superación física trajo consigo una dura batalla mental. Hubo un momento, hacía casi dos años, en el que Cabrera quiso dejar el fútbol por completo. La recuperación fue eterna y compleja, y las lesiones lo hicieron perder su lugar en Banfield. Confesó que al hablar con el psicólogo, sentía que no era un jugador de fútbol. Sentía que le costaba y que no elegía que le pasaran “estas cosas”.
El renacer y la vuelta a casa
A pesar de los momentos difíciles, donde las operaciones y la eterna recuperación cruzaron por su cabeza, Cabrera encaró cada proceso con “mucha fuerza”. Su familia —su hijo, su mujer, sus viejos y sus hermanas— fue fundamental, bancándolo a muerte en los malos momentos y levantándolo cuando quiso tirar la toalla.
Sintiéndose mal por las lesiones, Cabrera sintió la necesidad de estar “cerca de mi casa, de mi familia, y sentirme importante”. Para este 2025, apareció la oportunidad de volver a Estudiantes, el club de su vida, para “renacer”. Tras su segunda recuperación, Banfield lo cedió a Estudiantes de Río Cuarto.
Esta cesión se dio para que Cabrera pudiera retomar su nivel y, sumado a sus logros previos, cumplir el capítulo del ascenso histórico a la Liga Profesional (Primera División), un logro que fue celebrado por el jugador.
“Alejandro ‘Colo’ Cabrera va a jugar en primera división con el León del Imperio”. Durante la final decisiva del ascenso, Cabrera hizo un “sacrificio enorme”, terminando el partido “en una pierna” e infiltrado.
Hoy, a sus 32 años, Cabrera busca recuperar su mejor versión en Estudiantes. Siente que ha vuelto a ser jugador. Su regreso fue marcado por un gol ante Gimnasia de Jujuy en la Primera Nacional 2025. Está muy contento por volver, disfrutando de cada segundo y de volver a casa después de cada práctica. Su objetivo es volver a ser el de antes y recuperar su nivel, soñando con regresar a jugar en Primera. Es un luchador que ha regresado al patio de su casa, donde más le gusta estar.
Cabrera subraya que la base de su recuperación es tener la “cabeza dura” y es inmensamente agradecido a su familia por ser quienes lo empujaron para seguir adelante.
“Pienso en mi hijo, en mi mujer. La verdad es que cuando la pasé mal, me bancaron a muerte. Mis viejos, mis hermanas, mi familia en general. En los momentos malos, siempre estuvieron ahí. Me levantaron y me tiraron para adelante, hubo un momento, hace casi dos años atrás, donde quise dejar el fútbol. Hoy estar viviendo este momento, es algo muy lindo y bueno. Es gracias a ellos que fueron ellos los que me empujaron”, dijo muy emocionado.
