La forma y la derrota por 2 a 1 en el superclásico ante River Plate terminaron por interrumpir el ciclo de Fernando Gago como DT de Boca. El presidente Juan Román Riquelme decidió el relevo de su excompañero que se fue sin títulos y al cabo de 30 partidos -17 triunfos, 6 empates y 7 derrotas-.
Haber sido eliminado de Copa Libertadores (“el objetivo”, para la directiva) en el repechaje ante un modesto Alianza Lima condicionó el ciclo de “Pintita” para el despiadado Consejo de Fútbol integrado por Mauricio Serna, Marcelo Delgado y Alfredo Cascini, que empezó a cuestionarlo. No bastó el hecho de que Boca fuera primero en Zona A del Apertura de la Liga y ya hubiera clasificado a octavos de final.
Desde este martes, el equipo de la Ribera estará bajo la dirección de Mariano Herrón hasta que Riquelme y compañía definan a su reemplazante. Cristian González, otro invitado a irse, en este caso por Unión, es quien suena, entre otros, para tomar el lugar dejado por Gago, al igual que el desocupado Gerardo Martino.
Como se ve, las referencias se repiten para una profesión que se ha vuelto fugaz. En las 15 fechas que tiene este torneo ya se fueron 14 entrenadores. Sí, casi uno por fecha. Gago fue el último, pero pocos días antes se había ido Ariel Broggi (Banfield estaba último en Zona A), “el Kily” (77 partidos, con 25 victorias, 25 empates y 27 derrotas en Unión) y Pedro Troglio (Instituto).
“Firmé el contrato y la renuncia”
Cuando Jorge Ghiso asumió su primera gestión en Instituto, allá por 1996, metió una frase tan elocuente como cierta. “Firmé el contrato y la renuncia. Es así. Para liberar a la directiva y evitar pleitos”, dijo “Vitrola”, cuando arregló para hacerse cargo de un primer equipo que llevó a las finales por el ascenso con Unión de Santa Fe. Le dio la chance de echarlo cuando quisiera. Instituto perdió en la ida por 3 a 1 y el 1-0 de la vuelta en Alta Córdoba no alcanzó. Días después, tuvo que irse del club, al que después volvió para una segunda gestión.
Esa práctica sigue tan vigente como nunca. En la misma plaza Córdoba se operó el cambio de entrenador desde casi el inicio mismo del torneo. Walter Erviti se fue a los cuatro partidos de Belgrano (dos derrotas y dos empates completaron el ciclo más corto de la historia); luego, ocurrió con Alexander Medina (fue campeón de la Supercopa Internacional y su 2° puesto en Liga lo clasificó a la actual Libertadores, pero la eliminación de Copa Argentina, el pésimo arranque en este torneo y el debut con derrota en el torneo Conmebol lo “despidieron”) y, finalmente, Pedro Troglio tuvo que irse de Instituto (tan sólo 13 partidos, de los cuales sólo ganó 4).
¿La lista completa? Marcelo Méndez (Gimnasia LP), Facundo Sava (Atlético Tucumán), Walter Erviti (Belgrano), Adolfo Pedernera (Godoy Cruz), Mariano Soso (Newell’s), Cristian Fabbiani (se fue Riestra a Newell’s antes de que lo echaran), Sebastián Domínguez (Vélez), Andrés Yllana (Aldosivi), Raúl Antuña (San Martín de San Juan), Alexander Medina (Talleres), Pedro Troglio (Instituto), Cristian “Kily” González (Unión), Ariel Broggi (Banfield) y Gago.
La lista es importante y seguirá creciendo. La Liga, como se ve y se lee, es campeona del mundo en cambio de entrenadores.
“Los resultados mandan”, es la frase que sigue vigente. A veces, cuando la exigencia es tremenda, ni siquiera alcanzan. Cuando asumen los propios entrenadores y quienes los contratan, ambos hablan de “proyectos”. Pero, en los hechos, pocas veces hay una relación directa. Es más; cuando más los respaldan públicamente, es el primero de los últimos días de cada ciclo.
Ni más ni menos.