El 29 de diciembre de 2002 Racing escribió su epopeya en Pergamino, al consagrarse campeón del Apertura del Argentino A al vencer por penales 3 a 2 a Douglas Haig.
En el tiempo reglamentario, “la Academia” cayó 1 a 0, y como en la primera final, en Córdoba, había ganado por el mismo marcador, se recurrió al tiempo extra. Allí, el marcador no se modificó y la serie se definió por penales.
El triunfo de Racing fue "epopéyico", porque logro aguantar en un campo fangoso, remontar el resultado con un jugador menos -fue expulsado Del Sotto- y con una entrega conmovedora.
Su arquero, Roberto Cabrera, fue la figura, al contener tres penales. Esa tarde fue calificado con un 10 por Javier Flores, enviado especial de La Voz.
Cabrera, un gigante
La definición del campeón del Apertura a través de los penales fue emocionante.
Racing empezó perdiendo y luego remontó la serie gracias a buenas ejecuciones y la brillante tarea de Roberto Cabrera.
La primera ejecución fue de Víctor Zapata para Douglas y convirtió con un tiro fuerte a media altura. Luego vendría Luis Darío Pérez y su remate lo desvió el arquero local.
Pero se haría cargo del asunto Cabrera, quien atajo con los pies el remate al medio del arco de Rodrigo Gortari.
En tanto, Cristian Binetti metería en el ángulo izquierdo su remate y empataría.
Luego, “el Papi” le contuvo el remate a Diego Levato, volando hacia su derecha. Leonel Martens pondría la serie 2-1 a favor de “la Academia” y las ilusiones de llegar al título estaban al alcance de la mano.
Pablo Pérez, de Douglas, y Pablo Motta, de Racing, convertirían sus remates sin inconvenientes. La cosa estaba 3-2.
Hasta que le tocó el turno al juvenil Marcos Martinez, quien lo habrá visto enorme a Cabrera. Remató débil y el arquero albiceleste se lució nuevamente arrojándose a su derecha, para contener el penal y darle a Racing tres chance de ascenso.
