La NBA tiene un equipo campeón primerizo: Oklahoma City Thunder. El equipo que durante años tuvo como estrellas a Kevin Durant y a Russell Westbrock no había podido coronar, por ejemplo, en 2011 cuando jugó su primera final. Pero todo cambió en esta temporada 2024/2025. Fue el mejor equipo de la fase regular y resolvió los playoffs del Oeste con autoridad. Así se topó ante el equipo más guerrero de la liga: Indiana Pacers. Y la gran definición de la NBA se terminó en siete partidos. Al último acto lo gano OKC por 103-91.
Se trata del primer anillo en Oklahoma para los Thunder, aunque esta franquicia ganó el título en 1979 cuando jugaban como los Supersonics en Seattle.
Fue una noche mágica en esta ciudad que anhelaba ese título.
El mejor de los campeones fue Shai Gilgeous-Alexander, con 29 puntos, 12 asistencias y 5 rebotes. Lo siguió Jalen Williams, con 20 tantos, 4 rebotes y 4 asistencias.
“Es increíble, supera todas nuestras expectativas”, confesó Gilgeous-Alexander tras la conquista.
Shai, el talentoso base canadiense de 26 años fue premiado como el Jugador Más Valioso (MVP) de las finales. También fue el MVP de la temporada regular y se consagró el goleador de la campaña.
El partido decisivo de la NBA tuvo un hecho saliente y determinante: la lesión del base Tyrese Haliburton, que jugó sólo siete minutos. Pisó mal y salió. El jugador más relevante de los visitantes quedó al margen.

La dinámica de trabajo en equipo mantuvo en partido a los Pacers. Sin embargo, esa baja le quitó chances de disputarle a los locales la chance del triunfo.
El Thunder tuvo varios actores en alto nivel ofensivo y, así, gestionó mejor la presión y resolvió un cotejo “pesado” en materia de nervios.
Oklahoma City Thunder llegó a la final de la NBA después de ser el mejor de la fase regular, con 68 triunfos y apenas 14 derrotas. En la primera ronda de los playoffs, aplastó 4-0 a Memphis Grizzlies. Después sí batalló en siete juegos para quitarse de encima a Denver Nuggets. Y en la final de conferencia, no tuvo mayores problemas en batir a Minnesota Timberwolwes con un claro 4-1.
Indiana Pacers había llegado a la final haciendo ruido. El equipo de Indianápolis tuvo un registro de 50 victorias y 32 derrotas, lo que los dejó cuarto en la Conferencia Este. Desde ese lugar fue haciendo “imposibles”. Sacó a Milwaukee Bucks con un 4-1. Dio la nota al eliminar al mejor de la fase regular, Cleveland Cavaliers (que había ganado 64 de 82 partidos en la fase regular) por un contundente 4-1. Después batió a New York Knicks, el otro candidato que quedaba en carrera, por 4-2.
El triunfo de los dirigidos por Mark Daigneault es también el éxito de un plantel repleta de recursos y escandalosamente joven empezando por los imprescindibles Jalen Williams y Chet Holmgren, que completan el big three con Shai, y sin olvidar a Lu Dort, Isaiah Hartenstein, Alex Caruso, Aaron Wiggins, Cason Wallace. El anillo culminó un ambicioso proceso de reconstrucción de Sam Presti, mánager general de la franquicia y que además del título atesora un botín descomunal de elecciones del Draft. El presente y el futuro parecen brillantes en Oklahoma, que aspira a iniciar una nueva dinastía en la NBA.
La temporada de la NBA llegó a su fin sin presencia de jugadores argentinos.