Si hay algo que nunca se negoció en la casa de los Biagioli es la entrega, el trabajo y el nunca bajar los brazos. Y Romina, la menor de tres hermanos, lo mamó desde pequeña y hoy tiene su recompensa, aunque no se anima a celebrar “hasta no ver” su “nombre escrito en el listado”: la triatleta cordobesa obtuvo la plaza por continente para representar a Argentina en los Juegos Olímpicos de Tokio; algo que todavía no es oficial pero sí es un hecho.
Tenía apenas 11 años Romina Biagioli cuando su hermana Cecilia, con 15, participaba en Sídney de sus primeros Juegos Olímpicos. Y hoy a los 32, mientras espera que se haga oficial su clasificación, anhela que también “la Negra” la consiga en las aguas abiertas el fin de semana en Setúbal (Portugal) y así poder compartir la experiencia los tres hermanos (Claudio, el mayor, es el entrenador de la nadadora).
En ellos se apoyó esta semana Romina cuando se enteró de un “cambio en la interpretación” del ranking internacional del triatlón que la dejaba afuera de los Juegos, justo sobre el límite del plazo clasificatorio. Sumaba el estrés y la angustia al dolor que le generó haberse fracturado la séptima costilla izquierda hace tres semanas, situación que le impidió sumar puntos en las dos últimas Copa del Mundo en Portugal e Italia y que, probablemente, la condicionaría para el cierre en México.
Con el pecho oprimido por la angustia, llamó a sus hermanos y no pudo contener el llanto. Es que la ecuatoriana Elizabeth Bravo se estaba quedando por entonces con la plaza continental y sólo una actuación descollante de Bravo en la última fecha del circuito clasificatorio olímpico, el fin de semana en México, podría darle a la cordobesa su anhelada clasificación olímpica.
En la Copa del Mundo disputada en las playas mejicanas de Huatulco, Bravo se ubicó cuarta, logró su clasificación a Tokio por ranking y le dejó a Biagioli la plaza por continente.
La cordobesa acabó 20ª sobre 42 competidoras, a 2m11s de la ganadora, la danesa Alberte Kjaer Pedersen. La segunda colocación correspondió a la estadounidense Kirsten Karper, mientras que la austríaca Lisa Perterer completó el podio.
Siempre para adelante
Biagioli se repuso del golpe anímico de ver que se estaba quedando afuera de Tokio y completó con parciales de 10m06s en el agua, 32m51s en la bicicleta y 18m06s en el pedestrismo su última chance de clasificarse a los Juegos. De lo que no se pudo reponer aún es de la fractura costal que sufrió en Portugal cuando se cayó con su bicicleta sobre una valla. En México volvió a caerse sobre el costado izquierdo, pero se levantó y siguió en pos de su gran objetivo.
“Nadie dijo que iba a ser fácil”, posteó Romina en su Instagram mientras transitaba este camino lleno de altibajos físicos y anímicos.
Nadie dijo que iba a ser fácil pero ella siguió adelante en busca de concretar su sueño. Y, aunque no se anime a celebrar aún, el triatlón argentino la tendrá como representante en los Juegos Olímpicos de Tokio.
