–¿Qué le falta al fútbol argentino como tal?
–Muchas cosas.
–¿Plata?
–Antes que eso, autocrítica. Es difícil enmarcar una situación sin tener un análisis claro. Primero, tenemos que lograr un análisis del fútbol argentino, qué vamos a querer los próximos cinco años, qué vamos a querer los próximos 10, los próximos 15 y, a partir de allí, empezar a tomar decisiones. Tuvimos a Diego Armando Maradona con un potencial entre jugador y entrenador de 30 a 35 años y tenemos todavía a Lionel Messi como mejor jugador del fútbol. Y tenemos la extraordinaria oportunidad de ser campeones del mundo. Eso habla del nivel de talento que el fútbol argentino tiene. Talentos que se han ido muy jóvenes a Europa y que allá tomaron otra dimensión. No solamente explotaron afuera, sino que esa explosión generó recursos muy importantes para los clubes que en su momento terminaron de formarlos o los llevaron. Y el fútbol argentino de todo ese proceso recibe muy poco. ¿Por qué? Porque cuando vendés un jugador de esa naturaleza lo vendés a un valor muchísimo menor a la dimensión que esos jugadores toman definitivamente en el fútbol europeo. Entre eso y el no haber podido todavía vender nuestra liga al extranjero, como sí lo hacen países muy importantes en Europa o incluso en América. Lo hace muy bien Estados Unidos, lo hace muy bien México, lo hace muy bien Brasil. Venden los derechos afuera, pero para eso tenés que tener un torneo estructurado de 20 a 22 equipos, no podés tener un torneo de 30. No podés tener una segunda división de 40 o de 38, 39 equipos.
–Uno habla con los dirigentes de clubes y en voz baja coinciden en que es un desquicio el torneo de 30 equipos. Pero después van a las asambleas y votan todo.
–Sí, sí, es parte de lo que está pasando, eso lamentablemente se da. Nos juntamos cada vez que un equipo viene a visitarnos a Córdoba con los directivos de distintos clubes y todo el mundo opina igual, pero bueno, hay una serie de respeto, de mirada o de miedo a quedar expuesto e ir en contra de quienes conducen hoy la estructura del fútbol.
–Y además después lo pagás en la cancha.
–Claro, ha pasado. Por eso desde Talleres seguimos pensando en que es el momento histórico ideal para que el fútbol argentino pueda despegar. Sigue estando Messi, sos campeón del mundo. ¿Qué pido? Pido que nos juntemos toda la familia del fútbol, los dirigentes de los equipos, los dirigentes de AFA, de la Liga, todos aquellos que quieren estar involucrados en el mundo de los contenidos, todos los empresarios y las empresas que quieren estar en la industria del fútbol, los directores técnicos, exdirectores técnicos, jugadores, exjugadores, exdirigentes: toda la familia del fútbol durante dos días en un cónclave. Para que durante 10 horas podamos debatir: ¿cómo hacemos para que aquí el fútbol argentino, en lugar de repartir 100-120 millones, o 130, reparta 600-700 millones de dólares? ¿Por qué España reparte 4.000 millones? ¿Por qué Inglaterra reparte 5.000 millones? ¿Por qué Italia, Francia, Holanda, reparten 1.200, 1.300, 1.500 millones? ¿Por qué Brasil reparte 700-800 millones? ¿Y por qué Argentina reparte 100?

–Amamos el “pobrismo” en todos los ámbitos.
–Los clubes terminan recibiendo estas dádivas que realmente hacen que sean clubes muy pobres. Boca y River no tienen la preocupación, tienen 300 a 340 mil socios cada uno. Tienen una situación económica resuelta de por vida, como la tiene el Real Madrid, como la tiene el Barcelona, muchos equipos en el mundo. Dos o tres de cada liga nada más, ¿eh? Los demás equipos sí tenemos que trabajar. El 95% de los equipos tenemos que trabajar cómo hacemos para que nuestros clubes empiecen a recibir un nivel de ingreso que nos permita infraestructura, trabajo en inferiores, mejores recursos humanos, mejores jugadores.
–Pero el camino del cónclave no se va a dar. Significaría torcerle el brazo al “Chiqui” Tapia, tendría que admitir que esto no funciona.
–Es el momento ideal para que él se dé cuenta. Somos campeones del mundo. Gracias a Dios, ya aparecen estos personajes que se llaman Netflix, Amazon, que quieren estar dentro del contenido del fútbol. Es lo mejor que le puede haber pasado al fútbol. Ya Inglaterra dice: “No, yo ya no te necesito a vos televisora, no te necesito más, ya los derechos no se los vendo a Fox, no se los vendo a ESPN, voy a crear mi propia ODT, para yo mismo empezar a manejar con mis aliados estratégicos, mis patrocinadores y las empresas que le ponen al fútbol”. Es increíble la gama de posibilidades que se está abriendo. Entonces, ¿por qué seguimos privando al fútbol argentino de todas esas posibilidades?
–Muy difícil.
–Pero pueden pasar a la historia, es la oportunidad histórica para que “Chiqui” Tapia pase a la historia. Cuando se haya ido el campeonato del mundo, cuando se haya ido Messi –ya se fue Maradona–, no nos arrepintamos de decir, pero cómo, fuimos campeones del mundo, tuvimos a Messi, tuvimos a Maradona, pasaron 30 años en los que podríamos haber hecho todo esto en el fútbol argentino y no lo hicimos.
“Una sociedad anónima en el fútbol argentino requiere un debate muy significativo”
–Ponele que no se da. La vía de la sociedad anónima deportiva como propuesta individual de algunos clubes, ¿podría levantar la vara del fútbol?
–Creo que una sociedad anónima en el fútbol argentino requiere antes un debate muy significativo, un entendimiento de qué es una sociedad anónima dentro de un club. Hoy se manejan como sociedades sin fin de lucro, totalmente encubiertos. ¿De qué sociedad sin fin de lucro me hablás cuando manejamos los valores que todos manejamos en el fútbol? Lo que falta es definitivamente un sinceramiento, entre todos, para que favorezcamos a las instituciones. Siguen pasando dirigentes, siguen pasando instituciones del fútbol y el deterioro de los clubes es cada vez más pronunciado y cada vez hay más crisis.

–Milei lo señaló, pero parece que perdió ímpetu.
–No, yo creo que el presidente Javier Milei tiene muy claro qué es lo que quiere. Pero de repente también tiene prioridades. A él le interesa mucho y sabe que el fútbol definitivamente requiere un cambio de visión, un cambio de timón en la mirada de los ingresos que el fútbol puede generar. Jugamos contra San Pablo de Brasil; Talleres recibe dos millones por derecho de transmisión y San Pablo recibe más de 60 millones. Después, el nivel de exigencia de mi gente o de nuestros hinchas en el fútbol argentino es alto.
–Y en este fútbol “tan chiquito y tan tapiado”, ¿te da el cuero a vos como Talleres como para encarar un camino posible y alternativo para decir: “Por ahí funciona mejor”?
–Mirá, yo busco permanentemente aliados. Es difícil llegar a una asamblea y perder una vez 25 a 1, otra vez 30 a 1. Creo que están, pero lo tendrían que hacer en una situación mucho más transparente y realmente jugarse y decir “vamos por un cambio en el fútbol”. Hay para debatir el tema de seguridad, el tema de público local y visitante, el tema de infraestructura, de estadios, de divisiones inferiores, el rol económico, los derechos de televisión. Démonos la posibilidad de debatir. Vengo con una visión totalmente distinta porque me tocó vivir 30 años fuera del país y veo que el mundo está pasando por una situación totalmente distinta. Los derechos de televisión cambiaron rotundamente el mundo del fútbol y nosotros seguimos cerrados acá a esa pobreza hacia los clubes.
–Pero plata hay, ¿se va por izquierda a alguna parte?
–Hay dos situaciones. Se puede ir para cualquiera que no sean los clubes, pero también puede haber un alto índice de incapacidad para vender los derechos internacionales del fútbol argentino y en generar un fútbol distinto, con menos cantidad de equipos en primera, en segunda y poder generar valor, que te permita tener una liga competitiva. A Brasil hay más de 70 países que le han comprado los derechos internacionales. A España, 122 países le compran y eso le significó el ingreso a la Liga española del 60% de sus ingresos. ¿Y qué está haciendo Argentina? Absolutamente nada. Vos no podés vender tus derechos, hoy no tenés programados los tres partidos de la fecha siguiente. Suspendiste los descensos el año pasado, vas cambiando las reglas. Cuando tengamos una liga totalmente seria y creíble, definitivamente estaremos en proceso de poder crecer.
–Pero hemos cuestionado los gremios, hemos cuestionado los dirigentes empresarios, la industria, los kioscos de cada lado, las organizaciones sociales… pero a la AFA nadie la toca. Hasta Milei reculó.
–Creo que el fútbol tiene una posibilidad histórica y lo ha recalcado el Presidente de la República. Sigo siendo optimista, espero que ese optimismo se cumpla y podamos debatir hacia dónde queremos que vaya el fútbol argentino. Tapia finalmente tiene que entender que él puede ser una persona clave para que realmente los clubes salgan de ese letargo de pobreza en cuanto a ingresos que hoy tenemos.
“Todos somos lo que hacemos el país”
–Nada se podrá avanzar sin una macro ordenada. No habrá chances de retener jugadores o comprar. ¿Cómo ves ese ordenamiento?
–Soy optimista y entiendo como hombre de gestión que los procesos no son de un día para otro, menos los procesos económicos. Ayer estábamos hablando de un 200 y pico por ciento de inflación anual. Revertir esa situación no se hace ni en dos días ni en dos meses ni en cuatro. Son procesos. Vamos a tener altibajos, situaciones en las que todos nos tenemos que arremangar, donde tenemos que confiar y entender que el país somos todos. A veces cuando hablamos del país le tiramos la responsabilidad a los demás y acá nos tenemos que arremangar todos y interpretar todos. Que todos somos los que hacemos el país, hacemos las reglas de juego y hacemos las instituciones. A veces decimos: “Quiero ver qué hace Milei ahora”. Ojo, Milei es el presidente, pero la Argentina y el país somos nosotros.

–Para 2027 el peronismo tiene candidato, pero el resto de los partidos no. ¿Te interesa?
–Me gustaría seguir toda la vida en el fútbol. Me preparé para el fútbol, tengo pasión por lo que hago, aprendí mucho. Creo que un puesto en la política… salvo una situación exclusivamente de actitud de servicio…
–Siendo gran gestor, ¿no te no te atrae la gobernación?
–Me atrae el fútbol. ¿Si me atrae la política? No. Me atrae el fútbol. Ahora, si me decís ¿descartás totalmente la política? No la descarto por una actitud de servicio que siempre hay que tener en la vida. Como cuando estaba en México, con un estándar de vida y ganando 16 títulos y pensé: “Tengo que hacer algo por Talleres, por Córdoba, por el fútbol argentino”. Y me vine, después de 30 años de haber vivido afuera. Pero lo mío es el fútbol, estoy a punto de cerrar un equipo en España. El fútbol español genera cosas y es una responsabilidad que tenemos los dirigentes del fútbol cuando nos damos cuenta de la cantidad de cosas que podés cambiar a través del fútbol. Ese es el patrimonio más importante que tengo en estos 43 años que he pasado en el fútbol: haberme dado cuenta de lo que podés generar y cambiar a través del fútbol. Va mucho más allá de la alegría de un hincha por ganar un partido o un título. Es darte cuenta de que realmente podés transformar las vidas de mucha gente a través del fútbol, de la educación de los chicos, en las villas, alejándolos de la droga, del alcohol, tomando ese sentimiento de pertenencia y manejando esa pasión. Imaginate nuestro nivel de responsabilidad como dirigentes, manejamos la pasión de la gente. A esa responsabilidad me gustaría llevarla para que el fútbol definitivamente vaya transformando vidas.
–Pero en un deporte tan “resultadista” cuesta mirar el largo plazo.
–Hemos tenido momentos muy bravos, muy difíciles, finales perdidas, que el horizonte no aparece y bueno, hay que buscar esa fortaleza interior porque esto es muy anímico… Perdés una final, perdés un partido, perdés dos, perdés una clasificación y parece que se nos viene la vida encima, ¿no? Y vos tenés que salir porque 517 familias pasan a cobrar el día 5, porque los jugadores pasan a cobrar el día 5, porque Talleres sigue de pie, porque Talleres sigue firme y si no tenés esa fortaleza, se cayó todo. Imaginate lo que termina jugando toda esa gente que son los que te sostienen. Mi señora, mis hijos y ese grupo de gente que tengo en la comisión directiva. Mi familia está muy involucrada, mi hermano, mi sobrino, mi cuñada… han sido un bastión fundamental para todo este crecimiento. Son los que llevan el día a día, son 8, 10, 12 personas y esa comisión directiva que bancan en toda situación.
Ficha picante
A los 15 años, organizó la primera escuela de fútbol del Lasalle. Andrés Fassi quiso ser un buen jugador, pero reconoce que no llegó. Se formó como dirigente y a los seis meses de casado, se mudó con su esposa Fabiana a México. Allá nacieron sus cuatro hijos: Sebastián, Juan Pablo, María y Franco. Estuvo 30 años al frente del grupo Pachuca. En 2014, decidió postularse para presidir el club de sus amores, que estaba en quiebra, con 1.200 socios, jugando el Federal A. Hoy está en Primera, con 75 mil socios, 517 empleados, 48 jugadores propios y seis años consecutivos de superávit. Está construyendo en el predio de 24 hectáreas en zona sur el “Mundo Talleres”.