Este domingo, Tute cierra la Feria del Libro de Córdoba con la presentación de su última novela gráfica, Ensayo para mi muerte. La cita es a las 18.30 en la carpa naranja Leonor Allende, ubicada en la Plaza de la Intendencia.
El humorista gráfico está inmerso en una intensa gira nacional e internacional para compartir su libro, que fue autopublicado bajo Pájaro de Vellón, la editorial de Pilar Vellon, su pareja y madre de sus hijas, Olivia y Dorotea.
“Es una aventura artística y comercial. Al hacer el libro, zafamos de ese bendito 10% que pagan las editoriales, pero también es una aventura amorosa. Con Pilar diseñamos todo y ahora lo presentamos juntos”, explica en diálogo con La Voz.
Pilar Vellon y Tute: del Facebook a las discusiones con vinito
Tute y Pilar se conocieron en 2011 a través de Facebook, una práctica muy común en la actualidad, pero que en aquel entonces ambos ocultaban por cierta vergüenza.
“A nuestros hijos les mentíamos porque nos parecía raro. Hoy es lo más normal. Yo le hablé a ella insistentemente. Finalmente funcionó”, revela.
Tras una separación en el medio, ambos volvieron a apostar al amor a mediados del 2020 (a dos meses de la ruptura del dibujante con la actriz Julieta Díaz) y se lanzaron a trabajar juntos. Aunque muchos pensarían que se trata de un gran desafío, él lo vive con mucha alegría.

“¡Peleamos cada idea! Pero fue divertido porque era una discusión artística (vinculada a) cómo contamos esta historia cuyo personaje central es un hombrecito sin vida. Si bien es una historieta humorística, toca un tema espinoso al que solemos rehuirle. Eran discusiones acaloradas, en sobremesas y con botellas de vino tinto, pero que terminaban bien", asegura.
Una muerte anunciada
En julio de este año, con el objetivo de vender el libro, la pareja planeó una divertida pero controversial campaña publicitaria, donde Tute daba por sentado su fallecimiento. “Me duele en el alma informar que he muerto”, comienza la publicación.
“Obviamente era un paso de humor en el que describía cómo había sido mi propia muerte. Lo gracioso fue que mucha gente le dio el pésame a mi hermana o me preguntaba si realmente estaba muerto”, señala entre risas.
El artista asegura que algunos lectores se rieron, otros se preocuparon, pero también hubo quienes “se enojaron” al darse cuenta de que seguía vivo.
“La otra vez, una señora me dijo: ‘Nosotros te queremos, ¿cómo vas a hacernos esto?’. Estaba indignada. Evidentemente la pieza publicitaria funcionó muy bien“, exclama.
El humor como la tercera dimensión del duelo
Esta no es la primera vez que Tute aborda la muerte en sus libros. Por ejemplo, Diario de un hijo (2019) fue escrito y dibujado tras la muerte de Caloi, su padre.
Hasta hace pocos meses, el artista estaba mecanografiando Volver, un libro que aún no vio la luz porque lo interrumpió para lanzar Ensayo para mi muerte, pero en el que, según detalla en la entrevista, aborda lo que fue la muerte de su mamá María Cristina Marcón y la de su hermano Tomás Loiseau.
“Por ahora estoy acompañando este libro, por lo menos hasta marzo del año que viene. Después retomaré Volver, pero me va a llevar un tiempo largo. Tengo como dos años de trabajo por lo menos”, reconoce.
“No esquivo el bulto. Es un tema que siempre me interesó. Sin embargo, esta novela te arraiga a la vida porque permanentemente habla de la vida. Los que hablan son los vivos que se miran en el espejo de la muerte. Es ese espejo de la muerte el que nos impulsa a pensar cómo estamos viviendo”, añade.
Para Tute, sus duelos tienen tres dimensiones: el tiempo, el análisis y el dibujo. “Nadie puede ahorrarse ese tiempo para duelar y tomar distancia frente al episodio. Cuando entra el humor gráfico (sirve) para sublimar las cuestiones dolorosas y transformarlas en libros”, señala.
–En redes dijiste: “La muerte no es de los muertos, es de los vivos”. ¿Qué creés que es lo más estúpido que tiene el ritual de la muerte?
–Me van a matar con esto que voy a responder, pero es sincero. Los rituales en torno al cuerpo como velatorio, cementerio o cremación me parecen importantes como parte del proceso del duelo, pero no la fantasía de las creencias religiosas en torno al después de la muerte. Las entiendo por la potencia del misterio de la muerte —qué hay después, porque nadie sabe—, pero las certezas que se tejen alrededor del post mortem me parecen absolutamente delirantes y ridículas.
–¿Por qué creés que el ser humano necesita ese tipo de cosas?
–Porque (la muerte) genera mucho temor. Una de las preguntas que hice en el segmento Preguntas dibujadas fue sobre la muerte, y Mercedes Morán me respondió que, cuando llegara el momento, esperaba trocar miedo por intriga. Como genera miedo, nos llenamos de fantasía para hacer más llevadera la existencia. Platón decía que la filosofía era un ejercicio para la muerte porque te preparaba para ese momento. Hay que ver si verdaderamente uno llega mejor preparado o se caga en las patas (ríe). Vivimos como si fuéramos inmortales. Apenas uno habla de la muerte, te dicen “no la llames”. Hay toda una superstición con el tema.
–¿Creés que los vivos cargamos con el peso de los muertos?
–Sí, a veces son cargas pesadas y otras veces, livianas. Tiene que ver con los procesos duelísticos. En el duelo, aprendemos a convivir con la ausencia. No es una herida que se cicatriza definitivamente o se olvida. Uno aprende a convivir con ese agujero y a apaciguar el dolor. Uno se lleva con uno a sus muertos queridos. Yo creo que andan con uno en ese sentido poético y de la memoria. La muerte final la da el olvido.
–¿Qué pensás de la eutanasia?
–Si la persona está en pleno conocimiento de la situación, está perfecto que pueda decidirlo. También hay como una desesperación por permanecer vivo que a veces lleva a decisiones muy terribles. Qué mejor que lo decida la persona, pero es un tema complejo porque una persona presa del terror del momento puede tomar una decisión equivocada. Es complicado, pero en términos generales, estoy a favor.
–El año pasado, me contaste que habías terminado de escribir un largometraje y que estabas viendo si alguna plataforma te lo tomaba. ¿En qué quedó eso?
–Quedó escrito. En estos tiempos, es difícil lograr financiamiento para una película, pero ahí está. Es un largometraje llamado Cenizas, con dos personajes que están duelando cosas distintas. En algún momento espero poder filmarla. También escribí una serie con dos amigos, una comedia de unos cincuentones. Le estamos buscando una casa.

–Entrando en política, pero aun así vinculándolo con tu libro, ¿qué sentís que se murió en el contexto actual?
–Están muriendo unas cuantas cosas. Por un lado, una política cultural a la que estábamos más o menos acostumbrados y que pensábamos que había un mínimo sostenible, pero este tipo (Javier Milei) vino a decir no. Así como en la política se está mostrando algo inédito, en el peor de los sentidos, también ocurre en la vida cultural del país. De a poco se pierde eso que creíamos conquistado y sobre lo que restaba construir. Espero que no se esté perdiendo la esperanza. Ahora se vienen las elecciones legislativas para demostrar que la esperanza no está perdida. Es inviable un país en estos términos. Tengo esperanza de que reaccionemos con un mensaje contundente y de que el 2027 cambie el signo político. Que vuelva el peronismo.
–¿Cómo ves el movimiento hoy?
–Siempre está vivo. Nunca muere. Es una especie de ave fénix que resucita y se vuelve fuerte cuando tiene que hacerlo. Necesita de inteligencia política, estrategia y un programa sólido en lo político, lo económico y lo cultural.
–¿Qué te pasó cuando anunciaron la condena a Cristina Fernández de Kirchner?
–Me entristeció, me indignó y, por supuesto, lo considero parte de una persecución política que empezó hace años y que se aceleró oportunamente para que no tuviera ninguna chance de postularse a nada en estas elecciones. La Corte Suprema, además de llevar adelante un juicio absolutamente viciado, aceleró como nunca la causa para sacarla del juego.
–¿Creés que su presencia con audios o desde el balcón ayuda al renacimiento del peronismo? ¿Estaría bueno que se corra o no?
–Por supuesto que no. Es una figura central de la política y seguramente la más interesante de las últimas décadas. Prefiero que siga teniendo la centralidad que tiene. Cuando la estaban por meter presa, yo la dibujé gigante en una ciudad pequeña y decía: “Cristina ya era grande, ahora es gigante”. Estas cosas no hacen más que engrandecerla. Una mujer con esa inteligencia tiene que aportarla. No quiero que la callen ni que se calle, ni que la corran, ni que se corra. Quiero que ocupe la centralidad, piense la política argentina y ofrezca soluciones desde donde esté porque demostró que puede estar encerrada o en un balconcito y seguir haciendo política.

–Venís a Córdoba a presentar tu libro, Milei hizo lo suyo en el Movistar Arena. ¿Qué te pasó cuando viste ese acto?
–Mi presentación va a ser menos ruidosa y espero que menos ridícula también. Este tipo me dio vergüenza ajena. Si yo me olvido de que está haciendo lo que está haciendo, hasta podría tomarlo con cierto humor. Es verdaderamente inédito esto, una rareza, pero cuando uno se acuerda del daño que está causando, lo que podría resultar en algún punto simpático, rápidamente pasa a ser abominable, deleznable y no deseable.

Para ver
Este domingo 19, a las 18.30, Tute presenta su libro Ensayo para mi muerte y cierra así la carpa Leonor Allende de la Feria del Libro de Córdoba 2025 en compañía de Pilar Vellon.
Para comprar
Ensayo para mi muerte. Tute. Pájaro de Vellón Ediciones. 120 páginas. Disponible solo en la página web del humorista gráfico. Precio: $ 26 mil.