La novela de Roberto Chuit Roganovich que ganó el año pasado el premio Clarín Novela está a la altura de su ambición, que es mucha, y de su título, que puede resultar un poco arrogante antes de comenzar a leer, pero después se sostiene en el texto.
Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores se despliega en cuatro tiempos, cuatro voces narrativas y hasta en cuatro géneros: en 1504, un capellán dedica una extensa carta a la reina Isabel, de España, contándole sucesos increíbles de América. En 1888, Victorino Traverso, diplomático del gobierno de Roca, cuenta en primera persona, en forma de diario, su viaje a Londres, donde conoce a un curioso científico austríaco. En 1945, se narra en tercera persona la investigación del japonés Ishigata en la Patagonia argentina. En 2036, una tal Julia da testimonio poético de un futuro extraño.
Tiempos, lugares y personas están relacionados por una extraña criatura, entre planta y hongo, un “bionte”, que puede llegar a ser el organismo vivo más extenso y singular de la Tierra, reticular y ubicuo como un Dios o como la naturaleza.
Este bicho, flora y fauna, aparece en momentos clave de la historia de la humanidad, tejiendo una red entre la salvaje colonización americana, los asesinatos de Jack el Destripador o la Segunda Guerra Mundial, entre otros momentos de la historia universal (que van de los inventos de Tesla a la Conquista del Desierto).
Cómodo en el new weird (subgénero literario de la ficción especulativa) Chuit Roganovich se mueve con soltura también en tradiciones clásicas del fantástico, del terror y de la novela de detectives.
Con capítulos cortos y párrafos largos, alejada del minimalismo de otros autores contemporáneos y sin temor al adjetivo, la prosa de la novela se vuelve atemporal y universal, unta su pluma en elementos de cada tiempo y espacio narrativo, como si estuviera tipeada en un trance.
Y a partir de elementos de varias herencias crea su propia cosmogonía alucinada (¿como todas las cosmogonías?), asentada en una monstruosidad fungi, una pesadilla botánica.
En el camino, siembra sus propios huevos de pascua (a la manera de los easter eggs de videojuegos o series) para quien quiera encontrarlos: guiños que van desde H.P. Lovecraft, a series como The Last of Us o True detective.
Con soltura y dejando que la lectura comprenda de a poco la compleja arquitectura de la novela, Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores se tira de cabeza al misterio con el que la anterior novela del autor coqueteaba.
Para leer Si sintieras bajo los pies las estructuras mayores
De Roberto Chuit Roganovich.
Alfaguara. 436 páginas.
$39.999.
Ganador del Premio Clarín Novela 2024.