Aldous Huxley. Célebre por la distopía optimista Un mundo feliz y el experimento lisérgico de Las puertas de la percepción, el prolífico Aldous Huxley (1894-1963) no fue siempre apreciado por su fino estilismo, que destella en su ambiciosa novela Contrapunto así como en estos reveladores Cuentos selectos.
Este “curioso serial”, en palabras del prologuista y traductor Matías Serra Bradford, conjugó en estas narraciones tempranas atravesadas por el desgarro de la Primera Guerra Mundial las escurridizas tensiones de un siglo contrabandeando su afición por la antigüedad, el esoterismo o el debate educativo.
El diletantismo aristocrático del británico se palpa en visitas furtivas a librerías cenicientas, la recurrencia de Italia como paradisíaco contraste latino y un escepticismo algo irónico que redondea las fábulas, en las que modernidad y tradición se debaten en grácil duelo.
La idea de una verdad subyacente y drásticamente refutada regresa una y otra vez en los relatos, ya sea en torno al arte, el amor, la religión o el comercio, en anécdotas que a menudo surgen de diálogos o de chismes circunstanciales.
Así, en “Eupompo le dio esplendor al arte con los números” un pintor sucumbe a su obsesión por las armonías numéricas; “Monjas a la mesa” reconstruye la patética caída en desgracia de una religiosa enamorada; y en “La librería”, “El pequeño mexicano” y “El retrato”, el arte elevado se convierte en deslucido señuelo de intercambios equívocos.
La formación dramática de niños y talentos prodigios prevalece en la última porción del volumen, en donde el ojo satírico de Huxley expone brechas sociales y morales sin sacrificar una ambigüedad ejemplar.

Para leer Cuentos selectos
Aldous Huxley.
Edhasa.
276 páginas.
$ 25 mil.