Irónicamente hablando, un villano puede ser “bueno” con base en diferentes factores: sus rasgos físicos, su forma de pensar, sus objetivos, su historia de vida, entre otros. Sin embargo, la verdadera etiqueta de villano está en este último punto.
Quien tenga el relato de vida más cínico y retorcido gana la partida. En este juego de maldades, la mamá Isabella de la serie The Promised Neverland encaja a la perfección como una de las villanas de anime más desalmada de todas.
Los mangas y animes más crueles se valen de las fibras más humanas para contar historias desopilantes. Lo que podría ser una simple serie que cuenta cómo en un orfanato tres amigos buscan la forma de seguir unidos para siempre, se termina convirtiendo en un escape room de terror japonés totalmente inesperado.
La producción audiovisual es una adaptación del manga que lleva el mismo nombre, que fue escrito por Kaiu Shira, ilustrado por Posuka Demizu y publicado en la revista Weekly Shonen Jump en 2016. La primera temporada está en Netflix, mientras que la segunda sólo está disponible en plataformas como Crunchyroll y AnimeFLV.
Sobre “The Promised Neverland”
The Promised Neverland tiene como principales personajes a Emma, Norman y Ray, los niños prodigio del orfanato Grace Field House. Tanto ellos como el resto de las infancias están bajo el cuidado de una mujer a la que se refieren como “Mamá”, pero cuyo nombre real es Isabella.
Los niños disfrutan de una vida llena de confort, educación y buenas amistades, pero con la condición de cumplir con dos reglas inquebrantables: ser los mejores estudiantes y no cruzar las rejas que separan el orfanato del bosque que lo rodea.
Un día, Emma y Norman deciden violar esa última regla por motivos válidos, pero descubren que Grace Field es en realidad una especie de granja donde crían niños para luego vendérselos a monstruos como festín gastronómico. Mientras más inteligentes y mayores se vuelvan, más costosos se convierten. Y “Mamá” es quien se encarga de cuidar los productos para luego hacer una buena cosecha.
Isabella se convierte así en la villana más perversa de todas porque es quien se gana el afecto de “sus niños” para conseguir un bien mayor individual. Ella tiene la capacidad de usar la ingenuidad joven para hacerles creer que algún día los adoptarán (aunque nunca conocen con quiénes se irán) y se irán felices a su nuevo hogar, pero en realidad cuando llegan al punto de extracción son vendidos como carne animal para alimentar a las bestias que proveen de recursos a ese y otros orfanatos.
La capacidad de usar la inocencia a su favor convierte a Isabella en un alma retorcida, fría y calculadora, capaz de actuar sus emociones para cumplir con lo pedido. Lo interesante de la historia es cuando se descubre que ella también vivió como los niños que cuida, sólo que su capacidad de inteligencia fue tan grande que en vez de ser devorada se convirtió en la cuidadora y jefa de uno de los tantos orfanatos/granjas que existen en el exterior.
Mamá Isabella es una villana por excelencia
La figura maternal busca ser funcional al sistema para mantener la meritocracia a su favor. “Mamá” es una asesina manipuladora y astuta que se esconde detrás de la careta de una mujer amable y carismática.
Por ejemplo, ella puede decir: “Emma, ¿me ayudás a poner la mesa?”, con la misma dulzura con la que se acerca al oído de su niña y le advierte: “Dejás de hacer ese berrinche o te mato ahora mismo”.
Al ser producto de una granja, Isabella conoce el secreto máximo al pie de la letra, pero aun así opta por trabajar para las bestias. Según ella, resistir al funcionamiento del sistema trae dolor y agonía eterna. En cambio, si uno se entrega a lo normativo, tendrá tranquilidad y felicidad momentánea, lo único que se puede esperar de la vida en un mundo así.
Isabella murió por amor y revivió en una máquina de trueque (la serie es tan recomendada, que podemos guardar la explicación de esto para no espoilear tanto).
Perder la humanidad por elección propia, no importarle los demás, tener a la muerte como aliada, enterrar sus emociones al fondo del alma, entregarse a lo seguro y no a lo correcto para sobrevivir e inclusive traer niños al mundo para entregarlos en bandeja… es lo que la convierte en una villana por excelencia.
