El historiador, periodista y escritor Daniel Balmaceda visitó La Voz en Vivo para presentar su nuevo libro El crimen de Año Nuevo, una obra policial basada en hechos reales y ambientada en el Buenos Aires de 1880.
Esta es su segunda novela, y que sigue a Los caballeros de la noche, y forma parte de un formato narrativo que Balmaceda descubrió hace unos años y disfruta desarrollar, “después de muchos libros y ensayos de historia pura”.
La historia que inspira El crimen de Año Nuevo apareció en la vida de Balmaceda mientras investigaba para su primera novela.
Leyendo varios expedientes judiciales, descubrió este caso de trabajadores inmigrantes italianos que llegaron a Argentina con “la esperanza en la valija”, pero que, por un desvío en el camino, se vieron involucrados en un crimen de conventillo ocurrido en enero de 1981.
Los italianos de la novela y los de “Homo Argentum”
El autor destaca que este es un caso “muy novedoso”, ya que se desprende de un expediente cerrado para siempre, sin libros ni publicaciones previas al respecto.
Consultado sobre la vinculación semiótica de aquellos italianos de su libro con los que aparecen en la historia “Troppo dolce” de la película Homo Argentum, el escritor sostiene que ambos grupos conservan características similares.
“Es ese estilo. Tengamos en cuenta que este Homo Argentum es producto de esa inmigración. Nosotros nos parecemos mucho más al argentino de 1880/1890 que al de 1810, en la forma de hablar, las tonadas, las comidas y otros aspectos", explica.

–Una de las críticas que recibió la película protagonizada por Guillermo Francella fue que era “muy porteñocentrista”. El recorte que hacés de tu novela es Buenos Aires en 1880. ¿Hay alguna diferenciación con el argentino del interior?
–No, y te explico por qué. Nosotros tenemos una fantasía de que esos 500 o 600 inmigrantes que vinieron en uno de los cinco o seis barcos que llegaban por semana se quedaban en Buenos Aires... y no. Allí solo se quedaba el 10%. Por eso había conventillos en todo el país. Era un aluvión de gente. De esa cantidad, muchos hacían trabajo golondrina en el campo y otros, al no conseguir plantarse porque era difícil, se volvían. Casi un 25% a un 30% se volvía derrotado a Europa.
El conventillo juega un rol central en El crimen de Año Nuevo y en la historia argentina. Balmaceda explica que el lugar común de aquellas casonas laberínticas era el patio central. Allí, se reunían los parientes o vecinos los domingos al mediodía, el único día libre de la semana porque el resto se trabajaba de sol a sol.
Los almuerzos gestaron la llamada “cocina fusión” con influencias españolas, criollas, italianas, francesas, entre otras culturas. Esta costumbre dio lugar a la comida al estilo “Los Campanelli” y a la “sobremesa”, tan asociada al gen argentino.
Investigación histórica y el valor del detalle
Balmaceda escribió la novela en un año. Lo que más tiempo le llevó fue la investigación y su latente curiosidad. “El problema está cuando estás escribiendo y te topás con algún dato que necesitás buscarle bien la vuelta”, advierte.
El historiador menciona un caso curioso en el que tuvo que detener la escritura para averiguar si el tranvía que aparecía en el realto pasaba por una calle u otra, ilustrando así su fascinación por los pequeños detalles. “La investigación sigue mientras escribís. La parte más fascinante es ir encontrando pequeños detalles para sumar a la historia”, añade.

En la charla, reconoce que no usó inteligencia artificial para esta investigación, ya que el caso no tuvo gran tratamiento judicial ni mediático. Sin embargo, admite que es bueno entrenar a la IA para que interprete las 500 fojas de esos manuscritos cuya caligrafía se parece a la de los médicos. “¡No se entiende nada! No son médicos, pero podrían haberlo sido", remarca entre risas.
Por otro lado, el periodista considera que la inteligencia artificial “acerca la historia de otra manera”. “Empezamos a ver que deja de ser una pared en blanco y negro, sino que todo empieza a tener movimiento. Cualquier ventana por la cual se pueda entrar a la historia es bienvenida, ya sea desde el streaming hasta los libros”, dice.
Una historia más humana: adiós al blanco y negro
Como investigador y docente de Historia, Daniel Balmaceda asegura que en la actualidad la juventud identifica al pasado “como un blanco y negro todo junto”, sin diferenciar épocas, contextos ni próceres.
“Para ellos, es lo mismo Sarmiento, Roca, San Martín y Belgrano, pero en realidad son distintos tiempos. Tenemos como una foto en vez de algo con más profundidad”, reclama con preocupación.
No obstante, señala que desde hace un tiempo se busca indagar en los “costados más humanos” de las figuras históricas, generando empatía en aquellas figuras que parecen estar “sobre un pedestal”.
“San Martín tocaba la guitarra, le gustaba jugar al ajedrez y tomaba mate. Por supuesto que tenía claroscuros porque nosotros tenemos claroscuros. Ninguno tenía un manto inmaculado”, detalla.
–Hay una frase histórica que aparece todo el tiempo: “Civilización o Barbarie”. ¿Se mantiene vigente, no?
–Lo que nos ha marcado más que “Civilización o barbarie” es la conjunción o porque pareciera ser que es una cosa o es la otra, ellos o nosotros. Nos estamos comiendo la “y”, porque, en realidad, en Argentina, somos ellos y nosotros, en conjunto. Sarmiento hizo grandes cosas por el país, pero también fue un hombre de mal carácter, confrontativo, mal hablado y con muchas cualidades negativas. En su juventud, tenía esa mirada argentina en la que era una cosa o la otra. Me parece que esa conjunción es la que tenemos que cambiar.
–Al igual que Eduardo Sacheri, optás por capítulos cortos. ¿Es para fomentar la lectura o porque te da la comodidad de escribir de esa manera?
–Con Eduardo tenemos en común un recorrido por el periodismo y eso nos hace saber que necesitamos mantener la atención de nuestro público. Sabemos que con capítulos cortos lo logramos, si hacemos uno de 40 páginas, estamos pidiéndole demasiado esfuerzo al lector actual. Sin embargo, y tomando en cuenta que saqué un libro sobre San Martín para los chicos, me parece que es muy importante inculcarles la lectura clásica y ese amor por el libro. No estoy de acuerdo con los libros infográficos porque les estamos enseñando una cultura de lectura que desemboca en aprender a usar el teléfono. En la vida, no hay que acotar todo a títulos y a copetes.
Para leer
El crimen de Año Nuevo, de Daniel Balmaceda. Editorial Sudamericana. 304 páginas. Precio: $ 34.999.