Hasta hace apenas cinco años, Christian Montagner se dedicaba a trabajar en pozos petroleros de Mendoza y Neuquén, como técnico de control geológico, pero algunos viajes por el mundo le hicieron cambiar el rumbo y descubrir su verdadera pasión: la cocina tailandesa.
Deslumbrado por el color y los paisajes, los aromas y los sabores, y buscando un nicho donde su pasión pueda fluir, encontró en la cocina thai su razón de ser. Y en junio de 2020, plena pandemia, junto a un socio abrió Khaosan Thai Food, en pleno barrio Güemes.
“Abrimos sólo con delivery y por suerte el público reaccionó muy bien, con una muy buena aceptación. A pesar de ser una cocina exótica, tiene materias primas conocidas como pollo, tofu, ternera, cerdo, langostinos o mariscos en general, lo cual no nos encasilla tanto”.
–¿Son picantes los platos?
–Algunos sí, pero la mayoría no, pero si alguien quiere sumar, se puede agregar. Hasta tenemos una entraña que viene adobada con especias, no es ni picante ni agridulce y sale con papas fritas o con ensalada y arroz. Es un plato que sale bastante tanto en Córdoba como en la franquicia mendocina. Digamos que hay platos para todos los gustos.
Cocina “thai”
La carta de Khaosan tiene la particularidad de ser extensa, con lo cual siempre hay una excusa para regresar. “Hay platos agridulces, salteados, curries, hay platos especiales, a veces hay ranas, a veces tiburón, continuamente estamos moviéndonos buscando qué hacer y qué ofrecer, y por suerte viene mucha gente recomendada”, destaca Christian.
–¿Es parecida la comida? ¿Qué dice la gente?
–Nos dice que los sabores les hacen acordar a sus viajes, a su luna de miel, a un viaje con amigos, o hay personas que acaban de volver de Tailandia y vienen medio escépticos y se van felices. Tenemos hasta cervezas tailandesas en el local.
Antes de dedicarse al restaurante Chris trabajaba en pozos de petróleo en Mendoza y Neuquén, y viajó de vacaciones tanto por Sudamérica como por Europa, África, Estados Unidos y Asia. Tiene tatuados todos sus viajes.
Y en esas aventuras fue que empezó a hacer cursos de cocina hasta que descubrió en los sabores thai un nuevo amor, más allá de la primavera.
“Desde la primera vez que fui, quedé fascinado con sus sabores, con los platos, con la gastronomía, los niveles de picante, también sus frutas, fue todo realmente descubrir un mundo nuevo de sabores, de texturas, de combinaciones, realmente no se parecían a ninguna otra gastronomía que haya probado. Y me cautivó, sobre todo los curries con leche de coco. Amo las especias, la cantidad que usan, antes de abrir Khaosan le cocinaba a mis amigos y ellos estaban encantados. Tenía un presentimiento.
–Y entonces te decidiste…
–Sí, en la búsqueda de un negocio, de un nicho, pude identificar que justamente había algo que yo sabía hacer y que no existía en el mercado. Y me puse a desarrollarlo. Volví a viajar a Tailandia otras dos veces para especializarme mucho más profundamente en el tema, con cursos de cocina mucho más avanzados. Cursos de cocina en lugares con una estrella Michelin pero también en el medio de la selva cocinando con un señor que vivía ahí y trabajaba sólo con un cuchillo que había hecho él.

–¿Cuáles creés que fueron los hitos del restaurante?
–Primero, haber abierto en pandemia, sin experiencia gastronómica. Luego, haber sido reconocidos por el Gobierno de Tailandia en el certificado Thai Select, que certifica auténticos sabores thai. En la Argentina, somos el único restaurante con ese título. Trabajamos con productos importados: leche de coco, arroz, pastas de curry, salsas de pescado, salsas de ostras y otros ingredientes. Por ahí a veces conseguimos también algunas albahacas al aceite, albahacas dulces tailandesas que tienen un sabor muy particular, muy especial. Y las recetas de nuestros platos son recetas tradicionales, tanto de Tailandia como de otros países del sudeste asiático. Tercero, ese certificado nos acercó mucho a la Embajada de Tailandia. La apertura de la franquicia en Mendoza también fue otro hito, y ahora vamos a largar cursos de cocina y ofrecer eventos al aire libre. No paramos nunca.
Nueva cocinera
Se acaba de sumar al equipo del restaurante Nutchayada Simachai. “Le decimos Ani”, cuenta Chris. Y sigue: “Es de la ciudad de Chiang Mai, al norte de Tailandia. Tiene 41 años, es mamá de tres nenes que también están con ella acá en Córdoba. Vino con un cordobés. Tengo entendido que es la única tailandesa en Córdoba, no he conocido a otro la verdad”.
–Vino a buscar trabajo y vimos una oportunidad muy grande de seguir creciendo con ella realmente, tener personal tailandés con experiencia en gastronomía no es menos que un lujo. Aporta su conocimiento en nuestras recetas y en breve se larga sola, vamos a sacar tanto en Córdoba como en Mendoza una ensalada de su creación, de fideos cristal de arroz cristal importados con vegetales y langostinos. Es una ensalada fría, un poco agridulce, muy interesante. Estamos muy felices con su llegada al equipo.
























