Lo primero que sorprende al llegar con el GPS es la hermosa casona donde se ubica, olvidada en barrio General Paz antes de la apertura de este local que se dedica la cocina típica del norte argentino
¡Tremenda casa! Y en la entrada hay bombo y guitarra a disposición; y si alguien quiere empuñarlos y darle rienda, tiene libertad total para fluir.
La decoración completa el concepto: rinde homenaje a los músicos salteños destacados de todos los tiempos. Entonces tenemos música, vinos, cerveza y comidas típicas, con lo cual se propone un concepto redondito para dejarse llevar.
La expectativa es alta, muy alta.

Empanadas
Antes de las empanadas y con bastante demora inicial, la casa invita unos pancitos caseros, calentinos, redondidos, pequeñitos, como para empezar a empatizar. Se acompañan con una mayonesa con huevo y cebolla de verdeo.
La carta de bebidas muestra algunas etiquetas salteñas, tanto en vinos como en cervezas. De entrada, vamos a probar a las reinas del norte, las Empanadas ($ 2.500). Primero, la de queso de cabra; y luego, la criolla típica.
La primera es literalmente deliciosa. La masa sale bien dorada tipo animal print como dicta el manual, y se acompaña con una salsa muy especial: miel de caña. Un toque hasta aquí inaudito en la gastronomía cordobesa.

La segunda, la criolla, tiene también su toque original en el agregado de pimiento rojo y verde en cubitos. Nos aleja del registro, pero cumple. El resto, composición tradicional: carne cortada a cuchillo, papa, cebolla de verdeo y huevo.
Sale con salsa yasgua, y ayuda con sabor y fluidez.
Cazuelas
Entre las principales, elegimos Humita ($ 15 mil) y locro ($ 17.500).
La humita sale con cubos de queso de cabra, cebollita de verdeo y cubitos de pimiento rojo, en uno cuenco que mantiene la temperatura hasta el final. La textura es rústica, con hollejos bien presentes.
El locro en un cuenco similar y con una textura cremosa, pero con presencia de todos los ingredientes bien cortaditos: desde el mondongo hasta la tripa, pasando por pulpa de vaca, el chorizo colorado y los porotos. Todo procesado. Sale con salsita roja al verdeo.
¿El pan? Llamativamente ausente de la mesa. Puede ser una buena medida en algunos contextos, pero estas comidas tradicionales invocan su humeante y dorada presencia.
Baño y postre
El baño se muestra limpio y ordenado, pero sin todos los descartables.
Es miércoles y la sala está llena, el boca en boca corre rápido y por eso los reflejos deben responder al estímulo con un completo servicio, atento a todos los sectores.
Nos despedimos con un postre que tiene un nombre encantador: Turrón Salteño ($ 9.500). Masa de milhojas o rogel, dulce de leche, nuez y el diferencial: miel de caña. La sensación es que necesita más merengue, más miel en el merengue, más humedad. La porción rinde para dos.
En fin, Achalay! es un lugar nuevito, que está arrancando, con un buen concepto y, por ende, con mucho trabajo –y futuro– por delante.
Achalay!
Calificación: Bueno
25 de Mayo 1367, barrio General Paz
Teléfono (0351) 156-311876
Abierto de miércoles a sábados, desde las 21. Domingos, al mediodía.
Efectivo y tarjetas