El chef francés Christophe Krywonis pasó del anonimato al estrellato, como muchas otras figuras, gracias a la TV. Primero con sus incursiones en el canal El Gourmet en la década de 2000 y, más acá en el tiempo, por su participación en envíos como Masterchef y Bake Off.
Antes de eso, claro, triunfó en su propio restaurante, Christophe, en Palermo Hollywood. En 1997, Palermo era una zona donde todo era bodegones, y Christophe abrió un bistró sobrio y elegante donde mostró y sintetizó todo su talento en la cocina.
Lo cierto es que, este fin de semana, el jurado más famoso del país visitará Córdoba para ofrecer, el sábado, un taller de cocina vinculado a la comida saludable con técnicas innovadoras, desde las 10 de la mañana.
El encuentro será en la Posada del Qenti, el centro de bienestar médico ubicado en Icho Cruz. Pero ¿qué hace un chef francés en Argentina vendiendo pollos a las brasas y siendo jurado en uno de los programas de cocina más famosos de la TV? Bueno, sin dudas se adaptó al país más hermoso y extraño del mundo.
“Yo llegué a la Argentina en 1989 –arranca Christophe–. Llegué a trabajar a la cocina de Las Leñas con Francis Mallmann gracias a un amigo uruguayo en común que conocí en el Caribe; hablo de Martín Pitaluga, el creador del restaurante La Huella en José Ignacio, y que me trajo a Las Leñas a trabajar a un restaurante de Francis”.
–¿Cómo fueron los primeros días?
–No sabía hablar español y no conocía la cultura argentina. Tenía mucha gente a cargo y no me daban pelota. Fue difícil adaptarme, pero fue una gran experiencia. Aprendí.
Cambio de vida
El estrés, los eventos, la exposición y la vida gourmet llevaron a Christophe a replantearse la forma de vida. Es en ese contexto en que se transformó en una celebridad difundiendo comida saludable y rica y abriendo una rotisería con pollos a las brasas como plato estrella.
“En el curso que voy a dar, hablaré de mi experiencia de cambio de vida. Por qué me operé para adelgazar y cómo la Posada del Qenti fue importante para esta parte previa de mi operación y de mi preparación tanto psicológica como física”, explica.
–¿Qué vas a enseñar a cocinar?
–En cocina saludable, se cuidan las calorías y el uso de la materia grasa. Hay una ensalada en frasco, por ejemplo, que hago primero porque me pareció algo divertido para que la gente se llevara a la oficina o tuviera en su casa lista para la noche. Después vamos a conocer varias formas de cocción del pollo, de la suprema, para que quede como un jamón. De la remolacha al horno envuelta en aluminio, de la preparación de las vinagretas, del equilibrio entre las semillas como la quinoa o la castañas de cajú, en cantidades mínimas, y con vegetales.
–¿Postres también hay saludables?
–Sí, claro. Preparando las comidas de una manera especial, se puede comer rico y cuidar la salud, por ejemplo con una isla flotante hecha en microondas en cinco minutos. Es buena para la gente que vive apurada. Ellos también pueden comer algo divertido.
–¿Qué es lo primero que le decís a una persona que quiere seguir comiendo bien pero de manera saludable?
–Que coma equilibrado. Que, si come entrada, plato y postre, está bien, pero que no coma doble porción. Que haya un equilibrio entre la entrada y el plato principal, que por ejemplo no sea todo a base de queso, que incluya vegetales, incluso más vegetales que proteínas.
Pollo a las brasas
–Tu nuevo restaurante se llama Mon Poulet. ¿Nos contás cómo surgió el plan y cuál es su filosofía?
–No es un restaurante, es una rotisería donde se hacen pollos de tamaño más chico y que son sin inyección de agua, ni de antibióticos. Son pollitos a las brasas en un espiedo, algo que es furor en Buenos Aires. Estoy muy contento. Esa carne es parte de una tradición francesa por excelencia; y le sumé las brasas, que es tradición argentina. Abrimos en marzo y en breve abrimos el segundo. Es una idea de comida accesible, popular y rica. Bueno y barato, digo, porque por $ 12 mil una persona come mejor que en una cadena de fast food, con su pollito con una guarnición más bebida. Me encanta el concepto y además servimos otros platos como tartas, curries, sándwiches, tartas dulces, entre otros.
–No tiene buena prensa el pollo. ¿Te da la misma sensación?
–La mala prensa del pollo es porque siempre hay que hablar de algo; podemos hablar mal de la carne, de los huevos, de las verduras no orgánicas, de los azúcares, del maíz, de tantas cosas. En el caso del pollo que yo trabajo desde hace rato, uso un pollo que elijo y está en cada uno qué escoger. Yo elijo un pollo de exportación que va también a Medio Oriente y a países asiáticos, y la producción y la faena son de última generación. Vengan y prueben, les va a encantar.
Para ir
Este sábado 18 de enero desde las 10 de la mañana, el chef Christophe Krywonis ofrecerá una clase de cocina saludable en la Posada del Qenti, de Villa Icho Cruz (Valle de Punilla). La entrada cuesta $ 80 mil e incluye un brunch de la mano del equipo de nutricionistas y cocineros de la Posada del Qenti para cerrar la jornada. Reservas, al (0351) 155-493036 o al 153-255080.
