Cada mañana, con la primera luz del día, Zaira emprende un viaje que va más allá de la rutina escolar. Sobre su caballo, recorre 6 kilómetros por los caminos del departamento Pocho, en Córdoba, para llegar puntual a las aulas de la escuela San Tiburcio. Esta travesía se repite día a día, sin importar las condiciones.
La determinación de Zaira es asombrosa: ni el frío, ni el calor, ni la distancia frenan su deseo de estar en clase. Este compromiso con su educación la impulsa a enfrentar cada jornada, transformando lo que podría ser un impedimento en una muestra de su resiliencia.
Su historia no es solo un relato de distancias, sino de una voluntad férrea por alcanzar sus metas académicas.
Zaira, un espejo de inspiración para todos
La historia de Zaira tocó profundamente a quienes la rodean. En diálogo con Radio Juntos, su docente, René Vengolea, expresó la profunda admiración que siente por la niña. “Su historia nos recuerda por qué amamos lo que hacemos”, compartió Vengolea, subrayando el impacto inspirador de Zaira en la comunidad educativa.
Además, la maestra añadió una reflexión poderosa: “El esfuerzo que hace Zaira por estar presente es un espejo donde todos, grandes y chicos, deberíamos mirarnos alguna vez”. Esto convierte a Zaira en un faro de motivación, incentivando a reflexionar sobre la propia dedicación.
La importancia del viaje de Zaira trasciende lo físico. Ella no solo recorre un camino tangible, sino uno de mayor envergadura: el de su formación, el del futuro que está construyendo con cada paso de su caballo.
Cada kilómetro cabalgado representa un avance no solo hacia la escuela, sino hacia la consolidación de su educación y la edificación de un futuro prometedor.