Sólo se podrán exhibir en línea de cajas de supermercados, hipermercados o farmacias alimentos que no tengan exceso de azúcar, ni de grasas ni sean ultraprocesados, como varios de los snacks salados más vendidos.
La medida ya había sido aprobada por el Concejo Deliberante en mayo de este año y entró en vigencia este viernes por una resolución de la Secretaría de Salud municipal luego de llegar a un consenso en la reglamentación con distintos actores del sector privado, el municipio y expertos, según explicó el concejal oficialista Nicolás Piloni, uno de los autores del proyecto legislativo, junto a su par de Encuentro Vecinal Córdoba, Juan Pablo Quinteros.
El listado de productos alimenticios permitidos quedó delimitado a frutas frescas, frutos secos, productos libres de gluten, dietéticos y similares, todos sin azúcar agregada.
“Es una gran satisfacción que finalmente y luego de un intenso trabajo en equipo, hayamos podido lograr los consensos necesarios y poder tener un detalle de los únicos productos que podrán ser exhibidos en las líneas de caja. Es un paso adelante en defensa de la alimentación saludable y la prevención de flagelos tales como la obesidad -sobre todo la obesidad infantil- y los trastornos alimenticios”, valoró Piloni.
Quinteros, por su parte, dijo que la puesta en vigencia llega en un momento muy oportuno, porque el martes próximo se trataría en Diputados la ley de etiquetado frontal de alimentos. “Esta ordenanza fue ampliamente debatida y atiende una problemática de salud pública que afecta fuertemente a nuestros niños y niñas. Con su reglamentación, y ya en condiciones de aplicarla, la ciudad de Córdoba está mandando un mensaje claro en relación a avanzar sobre estas problemáticas. El momento no podía ser más oportuno ya que hace pocos días vimos fracasar el cuórum en Diputados para tratar la ley de etiquetado frontal, que cierra el círculo que comenzamos a trazar con esta ordenanza. No es la solución definitiva del tema pero hemos dado un paso valioso y necesario”, enfatizó Quinteros.
“El consenso que logramos entre la industria, los especialistas y quienes participamos por el Concejo Deliberante y por el municipio permitió definir claramente un listado con los únicos productos que se podrán exhibir en las líneas de caja, y que incluyen a la fruta fresca, fruta seca, fruta desecada, fruta deshidratada, fruta tiernizada, alimentos libres de gluten, alimentos dietéticos, alimentos naturales no procesados de origen animal o vegetal, alimentos mínimamente procesados, agua envasada y cereales”, especificó el concejal de Hacemos por Córdoba.
Participaron de la reglamentación la Unión Industrial de Córdoba (UIC), Adiac, Fundeps, Colegio de Nutricionistas y la Dirección de Calidad Alimentaria de la Municipalidad de Córdoba.
Puesta en práctica
Ángel Fiore, director de Calidad Alimentaria municipal, confió que las empresas “ya están informadas” de la nueva normativa y que muchas de ellas “ya se adelantaron a la puesta en vigencia de la ordenanza y sacaron los productos no permitidos de la línea de cajas”. De todos modos, en los primeros 60 días de aplicación de la norma se va a informar y pedir el cumplimiento al comercio, antes que multar.
“Esta iniciativa va en línea con un objetivo estratégico que es combatir las enfermedades crónicas no transmisibles como la obesidad, para contribuir a que deje de ser un flagelo la obesidad. Los productos van a seguir estando, pero ya no en la línea de cajas, sino en otro lugar, para evitar la compra compulsiva”, destacó Fiore.
Impacto sanitario
La directora de Nutrición de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Córdoba, Gabriela Reartes, marcó que existe una proporción alta de obesidad y sobrepeso en la población cordobesa, según datos obtenidos en las evaluaciones antropométricas de los operativos territoriales “Nos encontramos en tu barrio”. Y si bien el grueso de esos operativos se hicieron en barrios populares, Reartes marcó que tal como lo observa la Organización Mundial de la Salud (OMS) el problema de la obesidad y el sobrepeso cruza los estratos sociales. “Mientras más dinero, más comida chatarra, consumo de snacks caros y no saludables, por esta idea de que puedo comprarlo y entonces puedo comerlo. En sectores más pobres, se ve más el fenómeno del obeso desnutrido, que es quien consume alimentos ricos en grasas o hidratos de carbono, pero sin proteínas ni vitaminas suficientes”, ejemplificó.
