El Concejo Deliberante de Villa Allende, en la región de Sierras Chicas, aprobó una nueva ordenanza que prohíbe la actividad de los “naranjitas” (cuidacoches) en el ejido municipal.
La norma, identificada como Ordenanza número 27/25, define como “actividad prohibida” el cuidado, vigilancia, limpieza o lavado de vehículos, así como la reserva de espacios de estacionamiento en la vía pública, ya sea de forma onerosa o gratuita, si se realiza sin autorización municipal expresa.
La concejala del PRO, María Soledad Vázquez, una de las impulsoras de la iniciativa, explicó en comunicación con Telefé que la ordenanza incluye un “artículo específico que establece que solo podrán llevar a cabo estas tareas de colaboración en estacionamiento quienes cuenten con la autorización del municipio, de forma expresa”. Vázquez destacó la “sensibilidad” de la ordenanza hacia quienes han realizado esta actividad tradicionalmente, permitiendo una “autorización excepcional” para casos puntuales.
Fundamentos de la prohibición
Los considerandos de la ordenanza justifican la medida en la “necesidad de regular el uso del espacio público y garantizar la seguridad, el orden y la libre circulación” de vecinos y visitantes. Además, se menciona que la actividad de los “naranjitas” ha generado “numerosos y repetidos reclamos de vecinos”, quienes reportan “demandas de dinero, acompañadas de coacciones, amenazas, ya sean explícitas o implícitas”, lo cual se considera “inaceptable en un estado de derecho”.
La normativa también busca “prevenir y desalentar toda forma de apropiación irregular e indebida del espacio público”. Para asegurar su cumplimiento, el artículo 3 establece que las fuerzas de seguridad provinciales podrán ser requeridas para “colaborar en la prevención, disuasión y cese inmediato de las conductas mencionadas”.
Críticas y voces en contra
La medida, sin embargo, no fue aprobada por unanimidad y generó fuertes críticas por parte de la oposición. La concejala Marta Banegas, de Elegí Villa Allende, quien votó en contra, afirmó que la prohibición busca “dar paso a esta empresa de estacionamiento medido”. Desde esta perspectiva, la ordenanza ha sido calificada como un acto de “insensibilidad” por parte del gobierno, ya que “prohíbe esta tarea de muchas personas que muchos de ellos son vecinos honestos de nuestra ciudad y que hace muchos años trabajan o realizan esta tarea que les ayuda en su economía familiar”.
La oposición también cuestionó los argumentos de seguridad, señalando que “por los vecinos que conocemos que llevan esta tarea hace mucho tiempo y que son de Villa Allende nunca hemos visto una situación ni conocemos una situación de estas características”. Se hizo una distinción entre los cuidacoches habituales y algunas personas en situación de calle que ocasionalmente realizan esta tarea, aclarando que “no es lo mismo que ser un cuidacoches”.
Sanciones y aprobación
El incumplimiento de la ordenanza será sancionado con una multa que oscila entre cincuenta (50) y doscientas (200) Unidades Fijas (UF), dependiendo de la gravedad de la infracción y la reincidencia. En una primera instancia, se pedirá a las personas que desistan de la actividad y se retiren, pudiendo requerir la fuerza pública en muchos casos para lograrlo.
La ordenanza fue sancionada con los votos afirmativos de los concejales del PRO: María Teresa Riu Cazaux de Vélez, María Soledad Vázquez, María Alejandra Rodríguez, Máximo Mansilla Yofre, María Eugenia Agostini y Carlos Arias. También votaron a favor Martín Miguel Gómez y Patricia Hamity, de Hacemos Unidos por Villa Allende, aunque estos últimos dos emitieron un voto particular negativo sobre el artículo 6, que refiere a la autorización excepcional. El proyecto fue rechazado por los ediles Marta Liliana Benegas y Julio Loza, de Elegí Villa Allende.
La implementación de esta normativa marca un antes y un después en el uso del espacio público en Villa Allende, buscando un mayor control y orden, mientras que genera preocupación sobre el impacto social y económico en quienes dependían de esta actividad informal.