Luego del polémico corrimiento del quebracho blanco que impedía el ensanchamiento de la avenida Padre Luchesse en Villa Allende, localidad del Gran Córdoba, el ejemplar lleva 20 días en un nuevo lugar, a pocos metros de dónde nació.
El trasplante del árbol generó múltiples tensiones por la carga simbólica que adquirió en medio de un cruce de discursos entre el progreso urbano, la preservación ambiental y la participación ciudadana.
Aún no hay certezas de si sobrevivirá o no. Hay especialistas que afirman que tiene chances, y otros, que ya está muerto desde el momento en que cortaron sus raíces.
Santiago Carmona, director de Ambiente de la Municipalidad de Villa Allende, quien tiene a cargo el cuidado del ejemplar, afirmó que el quebracho tiene posibilidades de sobrevida. “Es mayor de la que esperábamos. Los próximos meses serán clave. A medida que pasa el tiempo vamos a ir viendo su evolución”, indicó a La Voz.
El árbol, que obstruía la continuidad de la obra de Caminos de las Sierras, está sobre la mano sur de la colectora en un espacio público cubierto de relleno, de compost y suelo vegetal que favorecería la adaptación y el enraizamiento.

Aún luce con sus hojas verdes y su gran copa. El tronco es sostenido por cuatro lingas que serán sacadas una vez que el cepellón (masa de tierra que se adhiere a las raíces al momento de ser trasplantada) se estabilice. Se estima que será dentro de un año.
“En todo trasplante, el cepellón siempre se achica. En este caso, el 80% de las raíces quedaron dentro del pan”, remarcó Carmona.
Además aclaró que la raíz central tiene cuatro metros, y no 50 metros de profundidad como presumían los defensores del árbol.
“Hicimos una excavación grande y agregamos el compost. A medida que vaya cediendo se continuará con esta acción”, indicó sobre la continuidad del cuidado para la sobrevida del árbol.
En buen estado de salud
El director de Ambiente también confirmó cada 15 días nutren las raíces con fertilizantes, y el árbol está en buen estado de salud.
Además le realizan curaciones por “cochinilla” con fitosanitario. “El árbol es un ser vivo, puede prosperar y rebrotar. No puedo estimar un tiempo porque no hay estadísticas sobre eso”, afirmó.
En la zona donde antes estuvo el quebracho blanco, por el que se discute también su edad, las maquinas de Caminos de las Sierras rellenaron el pozo que quedó de la excavación y continúan con la obra del ensanchamiento.
Bosque con hijos del quebracho
El quebracho formará parte de un pequeño bosque con pequeños quebrachos nacidos de las semillas recolectadas del ejemplar desde noviembre de 2024 que serán ubicados alrededor del ejemplar. Es una forma de garantizar su conservación genética.
Junto al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta), el municipio reprodujo 36 ejemplares que se conservan en el vivero municipal para luego ser trasplantados.
“Comenzamos un año antes del arranque de la obra. Solicitamos a Caminos de las Sierras que esquive al quebracho y cuando nos dijeron que no se podía, analizamos las opciones”, aseguró.

Después, “contestaron que era inviable y la única opción fue el transplante. Tengo que confiar en los técnicos, y se tomó esa decisión por seguridad vial”, remarcó.
Carmona apuntó contra los vecinos y ambientalistas que se manifestaron en contra de la decisión de la extracción: “¿Por qué no lo hicieron con otros árboles?”
Además, reflejó el cuidado de especies nativas y antiguas que existe en la ciudad. “Declaramos árbol histórico a un algarrobo de 400 años que se encuentra en el predio privado La Querencia”, ejemplificó.
Y agregó que la ciudad tiene una ordenanza sobre arbolado, pero los vecinos no la utilizaron para proteger a los árboles “que se sacaron y se sacan para urbanizar”.
Permisos para extracción
El director de Ambiente subrayó que dentro del ejido de Villa Allende realizan 10 permisos de poda o extracción por semana. “Y siempre se requirió permisos para extraer un ejemplar tanto en espacios públicos como privados”, añadió.
Agregó que salvaron árboles con alto valor de conservación y entre ellos, en varios housing. “En este caso se busca una solución y se modifican las construcciones”, aseguró.
En el caso de los barrios cerrados o countries, son los mismos intendentes que dan aviso, incluso con denuncias. “La ordenanza indica que cualquier vecino puede denunciar incluso exigir que quien extrajo un árbol exhiba el permiso”, manifestó.
Aseguró que se hacen las consideraciones y se envía a los inspectores para respetar la normativa. Quienes extraen sin permiso reciben una multa y dan una compensación ambiental por cantidad de ejemplar retirado.
“Villa Allende tiene una particularidad que tiene poca vereda y es muy difícil coordinar los arbolados con las construcciones”, remarcó.
El quebracho, un símbolo de lucha
Joaquín Elgueta es un vecino autoconvocado que pugnó para que el árbol no sea removido.
A pesar de los amparos, reuniones, acciones y acampe en el lugar, finalmente no lograron impedir que las máquinas lo trasladen a su nuevo emplazamiento.
“Lo que vemos es que el árbol está muerto. Aniquilaron las raíces y lo trasladaron. No tiene un sistema reticular que lo sostenga. Esta sostenido por lingas porque no puede hacerlo por si mismo”, afirmó.
Y valoró la lucha que llevaron adelante por más de nueve meses, junto a vecinos y ambientalistas, para que el ejemplar nativo se mantenga donde nació.
“En la zona era el único que quedaba, los demás son exóticos”, planteó.
Además, agregó que el árbol se transformó en un despertador social “para decir basta a la prepotencia de los municipios con respecto al ambiente”.
“Ponen al progreso en contraposición del ambiente, y eso es un error conceptual que el quebracho vino a develar”, acotó.