Una empresa circular cordobesa firmó un convenio con la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea) para utilizar radiaciones nucleares para mejorar las cualidades del plástico reciclado para crear productos más resistentes.
El acuerdo entre Circularis y la CNEA llevará a la empresa cordobesa a participar de un concurso de ideas y de financiamiento en noviembre, en Filipinas, promovido por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), en el marco del programa Nutec Plastics, que busca aplicar tecnología nuclear al reciclaje de plásticos.
Circularis empezó a investigar con radiaciones para darle más resistencia a su producto estrella: los durmientes de trenes. Pero esta tecnología podría ser útil para reemplazar las tapas de desagües y los postes de alumbrado de hierro a plástico reciclado “reforzado”. “Este es un caso exitoso de asociación público-privada. Circularis es una pyme cordobesa con iniciativa y ganas de hacer algo que, además, sirve al medio ambiente. Este proyecto busca usar plástico reciclado para un fin útil, como es la fabricación de durmientes de ferrocarril. La irradiación permite que ese material tenga las propiedades mecánicas y la resistencia necesarias”, explicó el presidente de la CNEA, Guido Lavalle.

Franco Frola, gerente general de Circularis, dijo: “Este convenio nos permite ampliar nuestro horizonte, escalar muchísimo nuestra producción y desarrollar cosas que hasta hoy no podíamos. Además de utilizarla para nuestros durmientes, también vamos a aplicar esta tecnología para mejorar la resistencia estructural de otros productos que generalmente no se hacían de plástico, como perfilería para casas prefabricadas o elementos de energía eléctrica o de uso en la vía pública, entre ellos, postes de luz y tapas para la calle”.
El vínculo entre Circularis y los investigadores especializados en aplicaciones industriales de la tecnología de las radiaciones de la CNEA, que tienen sus laboratorios en el Centro Atómico Ezeiza, comenzó hace dos años.
“Tuvimos varios encuentros en los que conocimos en profundidad los desarrollos de Circularis, así como las problemáticas vinculadas al procesamiento de plásticos reciclados. El intercambio de ideas y experiencias facilitó la identificación de posibles sinergias, dando lugar a un interés mutuo por colaborar en el desarrollo de productos con potencial de transferencia a la industria”, relató Verónica Vogt, jefa del Departamento de Procesos por Radiación de la Gerencia de Aplicaciones y Tecnología de las Radiaciones de la CNEA.
“El reciclado de plásticos presenta desafíos importantes, especialmente cuando se trata de mezclas de distintos tipos de polímeros, ya que su falta de compatibilidad dificulta la obtención de materiales con buenas propiedades mecánicas. La irradiación es una tecnología que usa energía (como rayos gamma o electrones) para modificar los plásticos a nivel molecular”, explicó Vogt.
“En nuestro caso –continuó Frola–, la usamos para mejorar la compatibilidad entre diferentes tipos de plásticos reciclados. De esta manera, se obtiene un nuevo material más uniforme y de mejor calidad. Gracias a esto, podemos transformar plásticos de bajo valor, como bolsas, etiquetas o envoltorios, en productos útiles y duraderos, como durmientes para vías del tren”.
Los próximos pasos en esta línea de investigación se enfocan en el perfeccionamiento de la formulación y el escalado de un prototipo de durmiente, con el fin de evaluar su desempeño en comparación con los modelos actualmente disponibles.
“De lo que se trata es de agregar valor, pensar productos que no se podían realizar por falta de capacidad de material. Esto puede traccionar mucho el mercado de reciclaje”, se esperanzó Frola.
La tecnología nuclear no significa que haya materiales reactivos, ni nada parecido, involucrados. “No se trabaja con material reactivo, el soporte es eléctrico. El ejemplo no es exacto, pero es como cuando te vas a hacer una radiografía. Se trata de máquinas muy específicas, que ya se utilizan para equipos médicos y salubridad en alimentos. Nosotros venimos trabajando sobre cómo aplicar ese conocimiento en el rubro del reciclaje, para potenciar el plástico de posconsumo de bajo valor, el más difícil de reciclar, para el desarrollo de productos mejorados”, explicó Frola.
Circularis fue noticia de alto impacto cuando ganó una licitación de Ferrocarriles Argentinos para usar por primera vez los durmientes de plástico para reemplazar los de quebracho en las vías más deterioradas. El Estado no cumplió con las previsiones que se habían hecho de compras. Circularis ofreció a privados y a otros estados su tecnología, para no demorar el proyecto. “Hay poca obra pública y poca inversión privada nacional, por poca previsibilidad. Pero seguimos avanzando, con puertas abiertas en otros países”, remarcó Frola.
Un contexto complejo
Frola es, además, director del Clúster de Economía Circular de Córdoba. Desde ese lugar, coincide en un diagnóstico de crisis en el mercado de los materiales de reciclaje, por distintos factores que confluyeron en una baja muy significativa de los precios, que desalientan la recuperación en la base.
“La situación es muy crítica en todos los sectores. Desde el clúster, vemos que hay problemas transversales a muchos sectores, como los plásticos, el papel, la chapa, con muchos precios a la baja, cuotas de ingreso para materiales, que no se está recuperando mucho por la apertura de importaciones y la caída del consumo. Además, el dólar no es muy competitivo, y la relación entre el reciclado versus el producto de importación empieza a ser crítica. A esto hay que agregar que impacta muy fuerte la suba de los costos, la caída de subsidios a la energía y de combustible. En muchos casos, no hay rentabilidad, y eso no se puede sostener, podés bajar el volumen de actividad, pero hay que sostener una estructura”, diagnosticó.
El problema más grave, para Frola, es que “se van rompiendo cadenas de suministro que llevaron muchos años de desarrollo”. Y esto puede llevar a que cuando se dé vuelta el ciclo y las cooperativas ya no estén en el mercado, no se pueda abastecer el mercado de la economía circular.
No hay una sola medida para atacar el problema. “La clave es una multiplicidad de factores: la reactivación de la economía general es el primero, pero también es clave evitar que se importen residuos y materiales vírgenes con subsidios a la producción, como los de China y la reglamentación de una ley Responsabilidad Extendida del Productor (REP). Debemos entender que la sostenibilidad y el consumo de productos de la economía circular son una oportunidad que nos permitirá acceder a nuevos mercados con regulaciones ambientales más avanzadas”, reflexionó Frola.