El resultado nacional no fue el que auguraban las encuestas (fallaron otra vez). Menos el que imaginaban los principales referentes del peronismo, sobre todo tras la holgada victoria en provincia de Buenos Aires en septiembre pasado.
Sea como sea que se analice, Fuerza Patria y sus aliados quedaron muy rezagados detrás de La Libertad Avanza. Perdieron en la mayoría de las provincias, sacaron menos bancas para el Congreso Nacional y cosecharon menos votos que el oficialismo. Bastantes menos.
De 24 distritos electorales, el peronismo ganó apenas seis: Tucumán, San Juan, Catamarca, La Pampa, Formosa y Santa Cruz. Y perdió en 16, incluidas las provincias más grandes, como Córdoba, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba).
De todos modos, la gran sorpresa de la jornada de este domingo fue la fuerte pérdida del caudal electoral en la todo poderosa provincia de Buenos Aires, donde Jorge Taiana perdió por medio punto contra Diego Santilli, quien reemplazó como cabeza de lista a José Luis Espert.
Hace apenas un mes y medio, Fuerza Patria se había impuesto cómodamente a La Libertad Avanza con una diferencia de 14 puntos porcentuales, que ayer quedaron reducidos a la nada.
Medido en votos, el resultado nacional para el peronismo fue aún peor. En todo el país sacó 7,2 millones de sufragios (31,67%), dos millones menos que los 9,3 millones (40,72%) que cosechó La Libertad Avanza.
Y en términos de bancas, logró 44 diputados contra 64 del mileismo, y nueve senadores versus 13 del oficialismo. En términos de recambio neto, en la Cámara Baja el peronismo perdió cuatro escaños, mientras que en la Cámara Alta cedió seis.
Comprado con las presidenciales de diciembre de 2023, la pérdida de caudal electoral del justicialismo fue abrumadora. En la primera vuelta de hace dos años, Sergio Massa había sumado 9,8 millones de votos, y en el balotaje 11,6 millones, casi el doble que la pobre cosecha que hizo ayer.
Vale aclarar que la participación electoral fue mucho menor este vez (apenas superó el 67%, contra el 77% de hace dos años), pero la debacle de la principal fuerza de la oposición fue ayer inocultable.
Un resultado que seguramente repercutirá puertas adentro de una fuerza política que a nivel nacional todavía es liderada por el kirchnerismo y que no encuentra la manera de concretar un recambio político y generacional que logre tener una expresión mayoritaria en las urnas.
Sin autocrítica
Esta noche, las caras largas en el búnker de Fuerza Patria en Buenos Aires expresaban ese sentimiento de derrota difícil de ocultar. Esperaban ganar las elecciones de medio término y asestar un golpe al gobierno de Javier Milei, ya pensando en las presidenciales de 2027. Pero los resultados no fueron los esperados. La hipótesis de mínima era, si no ganar, empatar. Pero ni siquiera eso.
Pasadas las 11 de la noche, el gobernador bonaerense Axel Kicillof fue el único orador en el escenario que Fuerza Patria había montado en la ciudad de La Plata. Y lejos de realizar un discurso autocrítico, remarcó que el 60% del país votó en contra del Gobierno nacional. “Milei se equivoca si festeja este resultado donde seis de cada 10 argentinos han dicho que no están de acuerdo con el modelo que propone”, disparó.
Kicillof estuvo acompañado por los principales referentes del peronismo, entre los que se contaban Sergio Massa, Juan Grabois, Máximo Kirchner, Jorge Taiana y su vicegobernadora Verónica Magario.

“Es nuestra obligación construir una alternativa que demuestre a la población que hay otro camino. No es el futuro de Javier Milei, sino del pueblo”, aseguró y cuestionó el auxilio financiero que el gobierno libertario viene recibiendo por parte de Estados Unidos.
“Ni el gobierno norteamericano, ni JP Morgan son sociedades de beneficencia. Si vinieron a la Argentina no es para otra cosa que para llevarse un lucro y poner en riesgo nuestros recursos”, consideró.
En su discurso, Kicillof también recordó la situación que atraviesa la jefa nacional del peronismo: “Quiero agradecer especialmente a alguien que debería estar acá, pero está injustamente presa: Cristina Kirchner”.
Minutos antes, y lejos de ese búnker con rostros desahuciados, en el barrio porteño de Constitución, CFK salió al balcón de su departamento de San José 1111 y bailó mientras un grupo de simpatizantes la vitoreaba desde la calle.
























