En una era en que la sostenibilidad y la reutilización están en auge, muchas personas eligen dar una segunda vida a diversos recipientes, entre ellos, los de las velas, transformándolos en elegantes vasos para beber.
Sin embargo, lo que parece una práctica inofensiva y ecológica esconde un riesgo significativo para la salud, según advierte el químico Vladimir Sánchez. Su explicación desmiente mitos virales y pone el foco en la composición del propio material de los contenedores.
El mito de la cera y la verdad científica
Durante un tiempo, una explicación viral desaconsejaba usar estos recipientes debido a la supuesta retención de cera en los “poros del vidrio”. Sánchez, en su rol divulgativo, aclara que este argumento no es del todo correcto. El químico enfatiza que:
- El vidrio no es un material poroso. Y, en caso de que existieran poros, serían de un tamaño tan minúsculo que las moléculas de cera no podrían penetrar.
- La cera se puede lavar perfectamente con agua caliente y jabón, eliminando cualquier residuo.
Por lo tanto, el peligro no está relacionado con los restos de cera, sino en una amenaza que pasa mucho más desapercibida.

El verdadero peligro: compuestos tóxicos en el vidrio
Según Sánchez, la verdadera preocupación se encuentra en la fabricación de estos envases. Los vasos de vela no están diseñados para un uso alimentario. Esto implica que no cumplen con los estándares de seguridad necesarios para entrar en contacto con bebidas y alimentos.
El experto señala que estos recipientes pueden contener compuestos no aptos para el consumo, incluyendo metales tóxicos como plomo, cadmio o cromo. Estos metales cumplen funciones técnicas específicas en el tipo de vidrio utilizado para las velas. Sin embargo, su ingestión resulta altamente perjudicial.
La reacción con líquidos ácidos y sus consecuencias
El peligro se intensifica cuando estos recipientes entran en contacto con líquidos. Vladimir Sánchez advierte explícitamente que, al contacto con líquidos, especialmente ácidos como una gaseosa, estos metales tóxicos podrían pasar fácilmente a la disolución.
Una vez disueltos, los metales podrían ingresar fácilmente a tu organismo si ingieres la bebida. Este proceso representa una vía directa para la introducción de sustancias nocivas en el cuerpo.
La recomendación
Ante estos riesgos latentes, la recomendación del profesional es clara y contundente: No deben usarse los recipientes de velas como vasos para beber, por muy atractivos o prácticos que parezcan.
La seguridad radica en utilizar solo envases diseñados específicamente para uso alimentario, ya que estos son los únicos que cumplen con las garantías de seguridad necesarias para el contacto con bebidas y alimentos.