Se trata de una inversión privada sobre la cual aún no se conocen precisiones, pero que podría ser de las más importantes en la historia de la ciudad de Córdoba, en un sector que hoy está sumamente deteriorado. Y que apunta a posicionarse como un hito turístico único en el país, y con pocas referencias similares en toda América del Sur.
“Lo que tenemos planificado es un parque de nivel internacional”, resume Cristian Martín, el empresario que aparece como una de las caras visibles de Infinito, el proyecto que incluye en una primera etapa la construcción de un parque de agua de nueve hectáreas y media en el este de la ciudad.
Y hay que remarcar “primera etapa”. Parque Infinito Water Park, tal como se llama el emprendimiento turístico, es sólo la punta de lanza del Infinito Open, que incluye además un centro comercial a cielo abierto con un hotel incluido, un estadio cubierto estilo “arena” con capacidad para 15 mil espectadores, un espacio exterior para shows con capacidad para 40 mil espectadores y dos parques más: uno temático y otro de deportes extremo.
Pero volvamos al primero: el parque de agua. Martín cuenta que se presentará en marzo o abril, para cuando esperan que estén las autorizaciones municipales para ejecutar la obra que se emplaza en un enorme predio ubicado en la parte externa de Circunvalación, en la costa sur del río Suquía.
Se trata de un terreno que hasta no hace mucho estaba ocupado por una laguna que había quedado como pasivo ambiental de una cantera de extracción de áridos. Y que hoy no aparece como atractivo, pero que está en condiciones óptimas respecto de la accesibilidad: está a 10 minutos del Centro por Costanera, a 15 minutos por Circunvalación del aeropuerto Taravella, y está a metros de la autopista Córdoba-Rosario.
De ese enorme predio, la primera etapa ocupará 12 hectáreas de las 40 que hay en total: 2,5 se dedicarán a estacionamiento y las 9,5 hectáreas restantes, al parque propiamente dicho. Allí se proyectan piscinas con distintos juegos y atractivos que tienen el agua como protagonista. Desde cuatro torres de distintas alturas con toboganes, piletas temáticas para relajarse o con olas provocadas artificialmente.
Todos los equipos de bombeo para las piletas se traen de España, los fabrica una empresa que se dedica a instalar parques de agua en Europa”, adelantó el empresario. En tanto, las estructuras y los toboganes los está construyendo una firma rosarina con experiencia en el rubro. El predio será totalmente forestado.
También ofrecerán espectáculos artísticos diarios. “Todo con nivel internacional. La idea es que sea como los parques americanos, donde vos vas a pasar todo el día con tu familia, o varios días”, detalla el empresario, que es conocido por Polo 52, un parque industrial que nació en 2016 y que hoy cuenta con más de 30 empresas ya instaladas. Ese emprendimiento está a pocos metros de donde estará el parque, sobre la autopista a Rosario.
La iniciativa, que daría trabajo a 200 personas en temporada –sin contar los 430 locales del centro comercial a cielo abierto o los que se emplearán para el estadio cubierto–, cuenta con un socio inversor “de primera línea”, según adelanta Martín, aunque no quiere darlo todavía a conocer.
La intención es que se presente en marzo o abril, y que esté listo para la próxima temporada estival. Para mediados de año, también se aspira a comenzar la construcción del centro comercial a cielo abierto, que tendrá un hotel de 600 habitaciones en la planta superior, y del estadio cubierto para 15 mil personas, “de máxima calidad técnica”, prometió el empresario.
El objetivo es captar turismo nacional y de los países limítrofes. Que en los meses más cálidos vaya a las atracciones acuáticas, pero que en el resto del año asista a los shows que ofrecerá en el arena.
Martín insiste en que se comenzará cuando tengan todas las habilitaciones municipales y provinciales. Sin embargo, desde hace meses, se vienen realizando tareas de suelos que no requieren autorizaciones. Por ejemplo, ya se tapó la laguna que dominaba el sitio.
El camino en la Municipalidad
Desde la Municipalidad informaron que el proyecto comenzó el trámite de aprobación. No requiere ningún convenio urbanístico, ya que no implica un cambio en la normativa de uso de suelo.
“El desarrollista debe solicitar ahora la factibilidad en Tránsito, Redes y Ambiente. El expediente, luego de pasar por esas reparticiones, se debe presentar con los proyectos definitivos en la Comisión Intramunicipal de Urbanizaciones para la obtención del Certificado de Viabilidad Técnica. Recién ahí pueden empezar la ejecución”, explicaron de manera oficial desde el Palacio 6 de Julio.
Quienes conocen el funcionamiento burocrático del municipio calculan que una aprobación de ese tipo puede durar varios meses, lo cual colisiona contra la intención de arrancar lo antes posible.
