Una odisea aérea de proporciones poco comunes se vivió este martes, cuando un Boeing 747 de Lufthansa se vio obligado a desviar su ruta en dos ocasiones debido a los densos bancos de niebla que cubrían el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
El vuelo, que había partido el lunes desde Frankfurt, Alemania, con destino a Buenos Aires, terminó aterrizando de emergencia en el aeropuerto de Guarulhos, San Pablo, Brasil.
El inicio de una ruta inesperada
El vuelo LH-510 de Lufthansa, un Boeing 747-8I, había despegado el lunes desde Frankfurt del Meno con lo que se esperaba fuera un trayecto directo y largo hacia Buenos Aires.
Sin embargo, la mañana del martes, alrededor de las 6:20, cuando la aeronave sobrevolaba el área de Buenos Aires y se aprestaba a solicitar autorización para aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, las condiciones climáticas adversas -especialmente la densa neblina- impidieron la habilitación.
Después de 20 minutos sin recibir permiso, los pilotos tomaron la decisión de desviar el avión hacia Asunción del Paraguay para el primer aterrizaje inesperado.
Segundo desvío y alerta “Mayday”
Tras una espera de dos horas en Asunción, el avión de Lufthansa volvió a despegar con el objetivo de llegar a Ezeiza.
No obstante, al sobrevolar nuevamente las inmediaciones de la principal terminal internacional argentina, y después de otros 20 minutos sin recibir autorización de aterrizaje, la situación se volvió crítica.
Ante este panorama y con una escasez de combustible inminente, los pilotos decidieron un segundo desvío, esta vez hacia Brasil.
Una vez en el espacio aéreo brasileño, el avión se dirigió hacia Guarulhos, San Pablo, considerado el segundo aeropuerto más grande de Latinoamérica, y emitió una alerta “mayday”, activando un protocolo de prioridad para el aterrizaje de emergencia.
Al tocar tierra y asegurar la tripulación, la torre de control de Guarulhos consultó a los pilotos sobre el motivo del “mayday”. La respuesta fue contundente: se debía al “cansancio de la tripulación y la escasez de combustible”.
Además, la tripulación a bordo estaba al límite de su tiempo reglamentario de trabajo debido a las prolongadas demoras causadas por las condiciones climáticas.
El impacto general de la niebla en el Amba
La odisea del vuelo de Lufthansa fue solo uno de los múltiples episodios que afectaron la operatividad aérea en el AMBA debido a la niebla. El Aeroparque Jorge Newbery de la Ciudad de Buenos Aires permaneció cerrado durante horas, lo que resultó en la cancelación de 16 vuelos y el desvío de 23 aviones que no pudieron aterrizar en Ezeiza.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) había emitido una advertencia para el 8 de julio que abarcaba no solo el Amba, sino también gran parte del territorio de Buenos Aires, el sur de Entre Ríos, Córdoba, Santa Fe y el noreste de La Pampa.
Las complicaciones persistieron a lo largo de la tarde, culminando con 20 cancelaciones y otros 50 vuelos afectados de Aerolíneas Argentinas al caer la noche.
Otras compañías como JetSmart, Latam y Flybondi también experimentaron cancelaciones y demoras significativas.
Este evento destaca la profunda influencia que las condiciones meteorológicas pueden tener en la logística y seguridad de los vuelos internacionales