Recién al mediodía de este miércoles, los usuarios de la empresa Ersa contaron con un servicio “normalizado” –valgan las comillas–, luego de que gremialistas de la CTA Autónoma bloquearon la punta de línea más importante que tiene esa prestataria del transporte urbano en el sur de la ciudad de Córdoba.
Recién pasadas las 9, y tras una orden judicial, pudieron salir las unidades que debían recoger pasajeros desde las 5. Como siempre sucede, la regularización del servicio demanda un par de horas.
“Esta vez, no fue responsabilidad de Ersa”, aseguraron en la Municipalidad, al tiempo que lamentaban lo que los usuarios –otra vez– debían soportar.
Usuarios de los corredores 2, 4, 5 y 7, que ven como en el resto del sistema sus pares viajan en ómnibus cero kilómetros o, al menos, en condiciones de limpieza. Mientras que la empresa que les toca, Ersa, es sancionada por el municipio porque 30 unidades no estaban en condiciones higiénicas, como sucedió el fin de semana.
Usuarios que por meses viajaron en coches que no tenían las condiciones técnicas para circular por la calle, expuestos a un peligro que no quedó debidamente medido porque afortunadamente no ocurrió ninguna tragedia. Pero los riesgos existieron.
Del dicho al hecho
Para este marzo, Ersa se había comprometido a reforzar sus servicios. Y los ómnibus cambiaron, pero de color: se les colocó un ploteo blanco con un nuevo logo, aunque los colectivos siguen presentando problemas técnicos para circular, tal como confiaron choferes a La Voz.
Hubo ómnibus que llegaron de otras jurisdicciones a reforzar el servicio sobre la hora, y ni siquiera se alcanzó a colocarles la validadora de la tarjeta, como se mostró en una foto viralizada en redes, días atrás.
Desde Ersa, se informó que se trataba de “un chofer que se hacía el gracioso”. Desde el municipio, explicaron que a esas unidades no se les alcanzó a colocar el cableado. Y encima, varios eran ómnibus con patente comenzada en “J”: la letra que se asignó a vehículos patentados en 2010.
Nueva promesa
Ahora, trascendió que Ersa acaba de adquirir 30 ómnibus modelo 2019, junto con 30 chasis cero kilómetros que vendrán a Córdoba en las próximas semanas para elevar la calidad del servicio.
Todo esto ocurre ante una flota cero kilómetros de 160 ómnibus de Tamse, y los 30 colectivos nuevos que compró Coniferal y que se presentarán en breve. Esa empresa también está a punto de comprar otros 20 coches.
En el municipio aseguran que se está intimando a la empresa para que cumpla como se debe con el servicio. “Pero acá hay un elemento que es clave: no hay ninguna empresa en el país que tenga 300 colectivos para reemplazar a Ersa”, afirman en las altas esferas del Palacio 6 de Julio.
Como una solución intermedia, se analiza la posibilidad de que Tamse compre otras 50 unidades cero kilómetros, con las cuales pueda reforzar las líneas en las que Ersa no cumple con las frecuencias establecidas.
Otra opción es continuar con la quita de corredores. En octubre del año pasado, el intendente Martín Llaryora decidió el traspaso a Tamse de las líneas 31, 32, 33, 35 y 36 del corredor 3; y las seis líneas del corredor 8. En tanto, Coniferal tomó a su cargo las líneas 30 y 34.
Si la firma municipal adquiere esas 50 unidades más, tendría flota suficiente para quedarse con el corredor 7 o con el corredor 4.
Todo dependerá de cómo se comporte Ersa en las próximas semanas y si cumple con la promesa de mejorar el servicio.
El bloqueo de este miércoles
La CTA Autónoma bloqueó este miércoles por la mañana la salida de los ómnibus de los corredores 2, 4, 5, 7 y la línea 600 de la firma Ersa, a raíz de un reclamo por la reincorporación de un trabajador despedido en 2019.
La medida provocó la interrupción del servicio entre las 4 y las 9, pero se normalizó recién cerca del mediodía.
En 2019, siete choferes de Ersa agrupados en Ucra, una gremio de choferes paralelo a UTA, fueron desvinculados a pocas semanas de que se llevaron a cabo las elecciones gremiales.
En febrero pasado, la Justicia falló a favor de Fernando Emanuel González, uno de los choferes, y ordenó su reincorporación.
“Es un despido a todas luces discriminatorio: la Sala Sexta de la Cámara del Trabajo de la Ciudad de Córdoba confirmó la condena de la empresa Ersa, ordenándole reinstalar al compañero Fernando González en su puesto de trabajo, esto es, en sus tareas de chofer. Y nosotros, ni más ni menos que amparados en la ley, venimos en resguardo de la sentencia que condena a Ersa por discriminar, por prohibir la libertad sindical, por combatir a los trabajadores que formamos un sindicato, que luchamos por nuestros derechos”, se quejó Federico Giuliani, secretario de la CTA.
