Soledad Laciar es cordobesa y tenía 42 años cuando su hijo Valentino Blas, de 17, fue víctima de “gatillo fácil” por parte de la Policía cordobesa, en agosto de 2020, en el marco de un control vehicular frente al Complejo Pablo Pizzurno, al sur de la Capital.
Desde entonces, esta mujer lleva adelante una batalla incansable en reclamo de justicia por su hijo y, a la vez, contra la violencia institucional en toda su dimensión.
Su lucha la llevó a encolumnarse con otras luchas en reclamo de justicia, como la de las víctimas de la tragedia de la Circunvalación o la de las madres de bebés del hospital Neonatal de Córdoba.
Es hija del exfutbolista Miguel Laciar (77) y fanática del Club Atlético Belgrano. Esta empleada bancaria es pilar en la acusación contra los policías juzgados por el crimen de Blas. “Acepto su pésame, pero llega tarde”, le dijo en al gobernador Juan Schiaretti cuando este la recibió más de un año después.
En aquel 2020, semanas después de haber enterrado a su hijo asesinado, se enteró de que iba a volver a ser mamá. Soledad insiste en que fue un mensaje de su “Blasito”.
