A raíz de la tragedia en barrio de Güemes cuando parte del revestimiento de un edificio se desprendió y cayó sobre el techo de un bar matando a una persona e hiriendo a otras siete, Sandra Meyer, titular de la fundación Relevando Peligros, alertó sobre la falta de supervisión de riesgos en la ciudad de Córdoba.
“Desde la fundación advertimos la falta de controles de parte de la Municipalidad en todos los rubros, no solamente en el de las obras privadas”, aseguró Meyer en diálogo con La Voz.
Como ejemplo de la falta de acción temprana en este tipo de situaciones, la activista remarcó el caso de un edificio ubicado en Paraná y Rosario de Santa Fe, en barrio General Paz.
La estructura fue denunciada tres veces por la peligrosidad del alero de obra, pero nunca fue intervenida. Tiempo después se produjo un derrumbe.
La caída de múltiples árboles o carteles con cada tormenta o viento fuerte es una constante en la ciudad. Las estructuras antiguas o abandonadas también son un potencial riesgo para la vía pública a medida que avanzan los años y su deterioro.
“En Córdoba estamos totalmente infectados de edificios viejos o abandonados. ¿Cómo podemos advertir esos peligros si los controles de habilitación no se hacen correctamente?“, se preguntó la referente.
Y agregó: “Muchos edificios abandonados son judicializados y quedan atrapados en el sistema judicial sin que nadie pueda intervenir. Son un problema por su peligrosidad, pero al estar atravesados por cuestiones legales, ni la Municipalidad, ni los antiguos dueños, ni nadie puede hacer nada”.

La organización detecta peligros en la vía pública registrados por los vecinos de la ciudad. Puede tratarse de un riesgo eléctrico, edilicio o de otro tipo. Cada caso es presentado ante la Unidad Ejecutora de Riesgo Eléctrico (UERE) y luego el municipio sigue el proceso de la denuncia.
“Tenemos a muchísimos vecinos participativos que constantemente contribuyen en el control de edificios, de obras en construcción y de todas las áreas. Están muy atentos a los peligros de la vía pública para relevarlos y también ayudan en la gestión de los casos”, detalló Meyer.
Las denuncias que más reciben en la fundación tienen que ver con fisuras en edificios, obras en construcción con peligro de derrumbe y sobre todo, aleros de chapa que contienen materiales de obra que caen con riesgos de rotura.
El edificio en Güemes
Respecto del edificio de barrio Güemes, Meyer aseguró que no habían recibido advertencias previas de parte de ningún vecino.
“Fue un incidente muy difícil de advertir porque es una mampostería lateral, una falla que en mi opinión fue constructiva y donde no hubo controles previos o nadie aprobó ese revestimiento defectuoso antes de habilitar la obra. Parece que tampoco hubo controles durante la construcción ni de mantenimiento después”, consideró.
El revestimiento de ladrillo visto en la pared lateral del edificio todavía no ha caído por completo, lo que podría ocurrir en cualquier momento. “De manera urgente debe colocarse una malla de contención, tanto en el lateral del bar como en el de la vereda, ya que se trata de una avenida muy transitada”, sugirió Meyer.
Responsabilidad colectiva
Sobre la multiplicidad de incidentes de este tipo, Meyer lamentó el saldo de víctimas fatales y heridos, y demandó que exista una vigilancia adecuada para evitar tragedias.
“Tiene que estar todo dado para que estas cosas no sucedan. ¿Cuántos ejemplos más tenemos que tener para salir a constatar lo que hacen los profesionales en la ciudad? ¿Cuánta gente más tiene que morir para empezar a tomar recaudos?”, reclamó.
Para trabajar en la prevención en las áreas de construcción, insistió en que debe realizarse todo un circuito de controles: previos a la habilitación de la obra, durante la construcción y los posteriores de mantenimiento.
“Esto no es sólo para la Municipalidad de Córdoba. Se trata de una construcción social de la que todos somos responsables. Si como vecino advertís un riesgo y no avisás, estás negando información muy importante para salvar una vida”, cerró.