Otro hecho de abuso sexual que se investiga estremece a Río Tercero y zona. El fiscal Alejandro Carballo confirmó a La Voz que ordenó la detención de un profesor sospechado de abusar de su alumna de 14 años.
La denuncia fue radicada por los padres de la niña, que viven en Río Tercero.
El hombre, de la localidad de Embalse, está imputado por abuso sexual simple agravado por la calidad de guardador.
Los sucesos se habrían registrado en un ámbito donde el sospechado enseñaba e instruía a la víctima, en actividades ligadas a destrezas gauchas y afines.
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El abogado querellante Alejandro Schulga, que representa a la familia, contó a este diario que el imputado ya fue indagado y que el miércoles se realizará la Cámara Gesell con la adolescente.
Detalló que en principio son dos hechos los denunciados. El primero tiene como prueba un audio que la misma víctima grabó con su celular. Y en el segundo hecho, la prueba es un testigo, que vio un presunto manoseo contra la menor.
Si bien son dos hechos denunciados, no se descarta que puedan revelarse más hechos, luego de la realización de la Cámara Gesell. En ese caso, se podría agravar la imputación.
La querella pidió que ese audio, que consta como prueba, sea analizado por los peritos del Poder Judicial.
El letrado mencionó que el imputado conoce a la menor y a su familia desde hace ocho años. El día del supuesto abuso denunciado, la menor se había quedado a dormir en la casa del ahora sospechoso. Eso había sucedido en numerosas oportunidades, porque se relacionaba con la actividad que ligaba a ambas familias.
Por ello, él instruía a la adolescente en el rubro de destrezas tradicionalistas que se realizan en distintos puntos de la provincia.
En el expediente consta que el primer hecho habría ocurrido cuando el imputado se trasladaba con la menor en su camioneta. La noche anterior, la adolescente se había quedado a dormir en la casa de su supuesto victimario, en la localidad de Embalse (departamento Calamuchita).
La opinión del querellante es que sería “injusto”, que se le otorgue la libertad. “Tiene que seguir preso no sólo por el resguardo de la víctima en particular sino de toda la sociedad”, agrega.
“El que ve el video se le revuelve el estómago, de cómo insistía mientras la adolescente le decía que no”, aporta.
