Los turistas buscan en Río Ceballos lo mismo que los habitantes de la ciudad de Córdoba que deciden mudarse a esa localidad de las Sierras Chicas: la tranquilidad.
Raúl y su familia saben de qué se trata. Son de Hurlingham, provincia de Buenos Aires, y hace siete años eligen ese destino para pasar sus días de ocio.
Recién terminan de comer un asado en "El Embarcadero", una bajada del dique La Quebrada (donde, por la sequía, apenas llega el agua); una costillita y dos morcillas que sobraron aún están en la parrilla y ahora descansan y charlan sin apuro a la orilla del río Colanchanga que tiene caudal de arroyo.
Para pasar el día hay que pagar 10 pesos por auto y también se pueden alquilar Kayaks y botes a 30 pesos la hora.
"Andá a Buenos Aires, quedate un mes y me vas a decir si no te gusta este lugar lleno de verde y con poca gente", cuenta Raúl. Está sentado en una ronda, bajo la sombra de un árbol, junto a su esposa Angélica, su hija Karina y su yerno Carlos.
Mientras tanto, en el río juegan su otra hija, Florencia, y sus nietos Nahiana, Luciano y Magalí. Más apartados, hay un grupo de adolescentes tranquilos. Y eso es todo.
"En Buenos Aires, estamos todo el tiempo alterados, por eso elegimos este lugar, nos gusta estar tranquilos, venimos acá todos los días", dice Carlos.
Todos los eneros, se suben todos a la Mercedes Benz 180 para descansar 15 días en la localidad serrana. Cuando alguno comienza a hablar de cuánto les gusta venir a las sierras cordobesas, a todo el resto de la familia se le dibuja una sonrisa.
En enero, Río Ceballos es una mezcla de ciudad para vivir y de lugar turístico –lejos de los flashes de Carlos Paz, pero también cerca de la capital provincial– y conserva el espíritu de pueblo con un dique a la vuelta de la esquina.
A pocas cuadras del centro de la ciudad, comienza el camino de tierra que lleva a la Reserva Hídrica Natural Parque La Quebrada. Allí se encuentra el dique, pero la reserva incluye mucho más que el espejo de agua: es un área de 4.200 hectáreas.
Al inicio del camino de tierra, una posta con empleados de la Secretaría de Medioambiente municipal y la Cooperativa de Agua local paran los autos para contarles –o recordarles– a los visitantes que están por acceder a una reserva y que hay que ser especialmente cuidadosos.
Junto a la explicación, entregan un folleto con una bolsita de residuos. "Por favor, que la bolsita vuelva porque arriba no hay recolección de basura", cuenta una de las cinco personas que están ahí para educar a los turistas.
También cuenta que está prohibido bañarse cerca del paredón y que no se puede cazar, pero sí pescar.
A unos 200 metros, el camino se divide: a la izquierda se cruza el dique y si se continúa por la derecha, a pocos metros, está la primera bajada al lago: el parador Summer (ojo que no hay cartel que indique la bajada, sólo una piedra pintada con el nombre del balneario), que está unos metros antes de la bajada de "El Embarcadero".
En Summer el agua abunda, hay mucha más gente que en el lugar elegido por Raúl y su familia, pero igual es tranquilo, al menos el martes de la visita. Grupos de amigos, parejas y familias conviven en armonía, toman mate, hacen kayak, se bañan, los chicos juegan, los más grandes charlan y miran la belleza de un lago rodeado de montañas bajas y verdes.
"Somos de Rosario, paramos en Salsipuedes. Es la primera vez que venimos y todos los días vamos a un lugar distinto, ayer fuimos a unas cascadas muy bellas. Hacemos un turismo gasolero, pero hermoso", cuenta Roberto Rodríguez, que está ahí con su esposa Mónica, sus hijos Lautaro y Alejo y su hermanita Lola. Más adelante, está el camping El Ombú, con una pequeña pileta que cuesta 15 pesos por día, luego se llega a H.W Hecveresna (ver aparte) y desde ahí se puede tomar el Camino del Cuadrado, que une en sus 35 kilómetros a Río Ceballos y La Falda. Si anda con tiempo, vale la pena hacerlo: el paisaje es un espectáculo. A la noche, la diversión por excelencia de la localidad es el casino ubicado en el hotel Howard Johnson.
Desde la oficina de turismo de Río Ceballos también recomiendan, con folletos y mapas incluidos, otros circuitos y atractivos para hacer por la zona. Por ejemplo, la visita a Agua del Peñón.
Río Ceballos, elegida como terapia contra el estrés
Los turistas que visitan el principal centro turístico de las sierras chicas rescatan, entre otros beneficios, la tranquilidad para descansar y el verde de sus cerros.
21 de enero de 2011,
