El pato Juan, el popular ave que durante meses fue un emblema de la esquina de San Martín y Garibaldi de la ciudad de Mendoza, en el kilómetro cero, no regresará al centro de la capital.
En un acuerdo alcanzado el viernes entre la Municipalidad de Mendoza y Margarita Flores, su cuidadora y propietaria del puesto de flores, se decidió que el pato permanecerá en Maipú, en la residencia de la familia.
La resolución se concretó en una reunión en dependencias municipales, donde se priorizó el bienestar del animal. No estuvo presente el abogado Oscar Alfredo Mellado, especialista en animales que había presentado un recurso de revocatoria.
Aunque existía expectativa de un regreso al centro, la decisión tomó otro rumbo.

Mejores condiciones de vida para el pato Juan
El intendente de Mendoza, Ulpiano Suarez, confirmó la noticia a través de un video en Instagram, donde compartió imágenes junto a Margarita.
Suarez indicó que la dueña del ave manifestó que el Pato Juan “está muy bien en su casa” desde que fue retirado de la florería.
Como parte del acuerdo, se construirán nuevas y mejoradas instalaciones para Juan.
Se levantará un corral de más de diez metros de largo, que incluirá una fuente para que el pato pueda bañarse, sumándose a la pileta que ya tiene disponible.
La Municipalidad se comprometió a colaborar con el mantenimiento del lugar y brindará acompañamiento veterinario, asegurando que el Pato Juan y los demás animales que allí residen cuenten con las mejores condiciones.
Margarita Flores reiteró su compromiso con el cuidado del ave, afirmando que “Va a estar bien cuidado por nuestra familia”.
La situación había generado una fuerte repercusión pública, y la Municipalidad busca garantizar tanto la tranquilidad de la mujer como el bienestar del animal.
El caso del pato Juan
Juan, un pato criollo de plumaje blanco y pico naranja, se había convertido en una figura querida por quienes transitan a diario por el centro de Mendoza desde enero, acompañando a Margarita en su puesto de flores.
Sin embargo, semanas atrás, una denuncia anónima alertó a la Municipalidad sobre su presencia en la vía pública.
Aunque no se oficializó la causa, usuarios de redes sociales sugirieron que el pato atacó a un perro, lo que lo habría señalado como un peligro para otros animales en la zona.
La dueña de Juan fue notificada con una orden estricta: tenía 48 horas para mudar a Juan de la peatonal.
La decisión municipal desencadenó una inmediata reacción social: vecinos y transeúntes iniciaron una junta de firmas, que superó las 7 mil adhesiones, reclamando el regreso del pato al centro mendocino. Además, en un acto de solidaridad y homenaje, montaron un pequeño santuario en el kilómetro cero, decorado con flores, fotos y dibujos en honor a Juan.
El reclamo llegó este viernes a su fin, luego del acuerdo sellado entre la cuidadora y las autoridades municipales.