A través de un proyecto familiar, y con el apoyo de una empresa local, en San Francisco se construye un monumento que honrará –según el deseo de quienes lo llevan adelante- a quienes lucharon y lo siguen haciendo contra la pandemia del Covid-19. También será un recordatorio para sus víctimas fatales.
Se trata de dos imponentes alas extendidas de poco más de cuatro metros cada una y que para realizarlas se utilizaron cadenas (alrededor de 45 metros) y 160 coronas y piñones, tanto de bicicletas como de motos. Los soportes y las bases para ellas, en tanto, serán de chapas de acero que fueron cortadas y donadas por la empresa local de maquinaria agrícola Akron.
Cuando se encuentre finalizado, el monumento medirá más de seis metros de altura y tendrá un peso de seis toneladas sumándole además una base de concreto. Hasta contará con una rampa de acceso para llegar a la parte superior.
El “Alas Memorial”, como se lo denominó, tiene como fin ocupar un espacio público de la ciudad.
La idea es el Jardín Botánico de San Francisco, donde se encuentra el Superdomo, edificio que se convirtió en el centro de vacunación más importante en el último año. Está ubicado sobre el bulevar céntrico (25 de Mayo), aunque por el momento no existe autorización municipal que avale su instalación en el lugar.
De no ser allí, deberá encontrarse otro sitio.
Proyecto familiar
La idea surgió del proyecto denominado “Arquitectos Sociales”, que lleva adelante una familia sanfrancisqueña.
Ariel Muratore, unos de los impulsores y que lleva adelante los trabajos en su taller de herrería, explicó que estas alas no solo buscan homenajear al personal esencial y a los caídos en pandemia, sino también convertirla en un testimonio para las generaciones futuras.
“Es un monumento para agradecer; a los ángeles uno se los imagina en el cielo pero de pronto ves que muchas veces están a tu lado”, señaló a La Voz Muratore, quien empezó a construirlo en septiembre del año pasado y aclara que esos “ángeles” son de carne y hueso y tuvieron un rol fundamental en la lucha contra el virus Sars-Cov-2.
Lo anecdótico es que la iniciativa surgió hace más de dos años, semanas después del inicio de la cuarentena y previo a las olas de contagios y muertes que luego llegaron.
Para Muratore fue una forma de distraerse ante el encierro: “Estaba con el diseño de un par de cosas y comencé a dibujar un proyecto que es el de las alas en agradecimiento a las personas que estaban trabajando y poniéndole el pecho a esta pandemia, como médicos, enfermeros, transportistas, docentes, fuerzas de seguridad y demás”, dijo.
Un apoyo importante
La empresa Akron se convirtió en un factor importante para la construcción de este “Alas Memorial”. A una de sus titulares, Gabriela Gaviglio, le llegó sobre finales de 2020 una carpeta con un boceto inspirado en el maestro Jorge Miró, de México, de su proyecto Alas.
Muratore sostuvo que sin el acompañamiento de este privado les iba a resultar imposible concretar su ambiciosa idea: “En febrero de 2021, me llamaron para acompañar la ejecución del proyecto. Comenzamos a reunirnos con el equipo de ingenieros de Akron y nuestra gente, a diseñar y a preparar la movida”.
El monumento está avanzado y actualmente se trabaja en el soporte de las alas. Y, además, se convoca a los vecinos de la ciudad para que dejen su marca en las alas: “Invitamos a la gente para que haga su aporte de soldadura, tocando con el electrodo el acero para dejar un efecto de gota o de lágrima. Pueden representar lágrimas de pena para aquellos que han perdido un familiar o amigo cercano por la enfermedad, pero también es una lágrima de agradecimiento a los trabajadores esenciales”, admitió.
La idea de Arquitectos Sociales es poder inaugurarlo en el mes de abril, ya que está casi listo: “Cumplirá una función interactiva con la comunidad como espacio de encuentro y reflexión”, concluyó uno de los impulsores de la idea.
