Que su hermana pudiera vivir y sentir esa sensación de subir a la cima de una montaña en medio de las sierras de Córdoba fue una de las principales motivaciones para que Jesús decidiera intentar su hazaña: cargar a Vanesa en su espalda y llevarla este sábado hasta lo más alto de una de las montañas más conocidas del valle de Calamuchita.
La familia Tioni es de Villa María. Jesús tiene 35 años y su hermana Vanesa cuenta 45 años.
Ella nació con parálisis cerebral, una cuadriplejia espástica, lo que le afectó en gran porcentaje su motricidad y habla. Su enfermedad es contractiva, explicó su hermano, lo que genera que sus músculos y nervios estén en constante contracción, generando que su cuerpo cada vez se encoja más.
“Vane siempre ha estado en silla de ruedas, lo que también hizo que no tuviera tantas oportunidades en la vida”, comentó Jesús.
Y en la decisión de acercarla a una de esas oportunidades, es que hace tres meses se puso a entrenar intensamente para poder llevarla a que viva una experiencia que muchas personas, todas las semanas, disfrutan en Córdoba: subir a una montaña.
En un paseo por las sierras, al pasar por el dique de Embalse, Vanesa preguntó a su hermano qué había escaleras arriba, a lo que Jesús le explicó que era un mirador hacia el lago.
“Qué lindo sería subir”, dijo ella.
Su reacción fue inmediata: “Pisé los frenos y estacioné. Ni siquiera lo pensé, y ni me había preparado”, cuenta el hermano.
Y esa fue la primera vez que la cargó en su espalda para escalar. “Nos matábamos de risa porque no llegaba más hasta arriba. Fue un lindo momento. Estaba muy feliz”, recuerda ahora.
A partir de allí, este villamariense encontró una motivación más para entrenarse. Hace unos tres meses inició junto a su preparador, Luciano Casadei, y su amigo Jeremías Corbalán, una aventura que se convirtió en desafío: llevar a su hermana Vanesa a la cima de una montaña utilizando un arnés para cargarla sobre su espalda.
Al desafío lo llamaron “Cumbre con Vane”, y el objetivo es alcanzar este sábado la cima del cerro del Vía Crucis en la localidad de Santa Rosa de Calamuchita
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“Vengo preparándome con un plan especial para fortalecer tobillos, rodillas, cintura, lumbares, zona media y cervical, con el objetivo de poder soportar el peso de Vane en mi espalda”, contó.
Su entrenador es de Chañar Ladeado, Santa Fe, y se especializa en alto rendimiento deportivo, mientras que Jeremías es su mejor amigo y compañero de trabajo, y se sumó a los entrenamientos para prepararse y acompañarlo.
También Vanesa se ha venido preparando. “Hizo ejercicios para flexibilizar un poco sus piernas y poder ubicarse bien y sin problemas sobre mi espalda. Se trabajó sobre un arnés que fue donado por un gran amigo y cliente, Gustavo Arce, y se modificó para que podamos cargar a Vane”, explicó.
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Jesús contó que en todo esto cuenta con la ayuda de muchas personas, comenzando con su madre, María del Carmen Torres, y amigos y familiares que les dieron remeras, calzado, provisiones y transporte para poder completar la travesía.
“Estamos muy contentos por esto y queremos aprovechar para hacer llegar a la gente un mensaje de amor. Hacerles entender que muchas veces hay que poner el pie en el freno, mirar un poco a los costados, porque hay mucha gente que no tiene las mismas oportunidades que nosotros”, reflexionó Jesús.
“Hay niños y jóvenes con distintos tipos de discapacidad que no van a tener en la vida las oportunidades que nosotros tenemos de disfrutar una vista desde una montaña, o la sensación de meter los pies en el mar y unas cuantas cosas más”, agregó este aventurero.
Dice que a través de esta iniciativa quiere animar a la gente a “hacer por los que no pueden, sabiendo que un simple acto, por más pequeño que sea, puede marcar la vida de una persona con discapacidad”.
Jesús piensa que cada persona con alguna limitación “es un ángel que vino a hacernos mejores personas, a sacar todo nuestro potencial para hacer mejor la vida de alguien más”.
