La Facultad Regional San Francisco de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) vuelve a destacarse entre las casas de altos estudios del interior, con un desarrollo de alto impacto científico que se convirtió en el primer modelo de utilidad registrado institucionalmente.
Se trata de un sistema de sujeción para celdas de Franz, un dispositivo utilizado en la industria farmacéutica y alimentaria, fundamental para realizar ensayos que evalúan tanto la liberación de sustancias desde una fórmula como su permeabilidad a través de membranas que simulan la piel u otros tejidos.
La creación fue impulsada por Alfonsina Andreatta y Carolina Aloisio, investigadoras del Centro InProSus de esta facultad, junto con su par Marcela Longhi, de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
El camino para llegar a esta instancia
Aloisio explicó que al trabajar con productos naturales que tienen un efecto sobre la piel, necesitaban hacer ensayos de liberación a través de membranas los cuales requieren un equipamiento muy costoso que no tenían: “El sistema de cierre propuesto resuelve una dificultad frecuente que es la imposibilidad de fijar adecuadamente la membrana ubicada entre los dos compartimentos que conforman el dispositivo, lo que provocaba filtraciones y errores experimentales”, señaló.

Frente a la falta de soluciones comerciales y la necesidad de adaptar el dispositivo a medidas específicas, las investigadoras diseñaron dos prototipos: uno del tipo “flexible”, fabricado con materiales maleables, y otro del tipo “rígido” que puede construirse en madera, polímero o metal.
El primero de ellos es el que obtuvo recientemente la aprobación del Instituto Nacional de la Propiedad Industrial (INPI) como modelo de utilidad, una figura jurídica que protege innovaciones funcionales sobre objetos ya existentes. Se aguardan los resultados para el dispositivo de cierre del tipo rígido.
Solución con sello local
Las celdas de Franz son dispositivos recomendados por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos para realizar ensayos de liberación y permeación de principios activos desde formulaciones acuosas o semisólidas. Dependiendo del tipo de ensayo, la membrana utilizada puede ser simplemente una barrera física o bien simular tejidos biológicos, como la piel. Suelen fabricarse en vidrio y, por su alto costo, son adquiridas de forma artesanal. Sin embargo, ninguna solución existente en el mercado ofrecía un sistema de sujeción específico para asegurar correctamente la membrana entre los compartimentos del dispositivo.
“La idea surgió de una necesidad concreta de laboratorio. Yo ya venía usando estas celdas, y sabía que se podían mandar a hacer con vidrieros artesanales. Pero no existía un modo eficiente de fijar la membrana. Las pinzas no servían, y eso nos complicaba mucho los ensayos”, detalló Aloisio.
Andreatta agregó: “Tuve una conversación con un vidriero en Córdoba y me dijo que nadie tenía una solución para ese problema. Fue como una señal. Dijimos ‘esto hay que patentarlo’ y aprovechamos que ya veníamos trabajando con la idea de proteger desarrollos desde hacía más de un año”.
El prototipo aprobado es reutilizable, puede fabricarse con materiales reciclados o de descarte y permite adaptar el cierre a distintas dimensiones de celdas, lo que representa una ventaja sobre los sistemas convencionales, mucho más caros y menos flexibles.
Propiedad intelectual con impacto institucional
Este registro no solo representa un avance técnico, sino que también constituye un hito institucional para la Facultad Regional San Francisco de la UTN. Es el primer modelo de utilidad registrado bajo gestión institucional, gracias al acompañamiento de la Unidad de Gestión de la Propiedad Intelectual (UGEPI) de UTN.
“Este tipo de registros otorga derechos tanto a las autoras como a las instituciones que participan del desarrollo. En este caso, la Universidad Tecnológica Nacional, la Universidad Nacional de Córdoba y CONICET. Cualquier uso comercial debe ser autorizado por nosotras y por las instituciones”, explicó Aloisio. También mencionó que, si bien todavía no cuentan con un adoptante comercial, están abiertas a acuerdos con empresas que quieran fabricar y distribuir el sistema.
Qué es un modelo de utilidad y la satisfacción del decano
A diferencia de las patentes de invención —que requieren novedad, actividad inventiva y aplicación industrial— los modelos de utilidad solo deben cumplir con los dos primeros requisitos. Su objetivo es proteger mejoras funcionales sobre dispositivos ya existentes.
El decano de la facultad, Alberto Toloza, valoró el trabajo de las investigadoras: “Esto pone en valor lo que significa la Universidad. No solo se trata de transferir conocimiento, sino de profundizarlo. La investigación científica es lo que diferencia a la universidad de otros niveles de enseñanza. Y este logro demuestra que en San Francisco también se puede innovar”, destacó.