En el corazón de la provincia de Córdoba, un pequeño pueblo consiguió lo que parece un milagro moderno: vivir sin cortes de luz. Su nombre es Ticino, y con apenas 3.000 habitantes, se convirtió en un emblema de la autosuficiencia energética argentina. Mientras las grandes ciudades padecen los apagones masivos que cada tanto afectan al país, Ticino mantiene su red encendida, iluminando sus calles con la fuerza de su propio ingenio.
Ubicada a unos 220 kilómetros de la capital cordobesa y cerca de Villa María, esta localidad fundada en 1911 por los inmigrantes Juan Thiele (suizo) y Ricardo Simonini (italiano) basó su economía en la agricultura y la ganadería.Pero fue su producto más humilde, el maní, el que terminó dándole energía —literalmente— a todo el pueblo.

El secreto de Ticino y su independencia energética
Desde 2016, Ticino cuenta con una planta de bioetanol que procesa maíz y aprovecha los residuos del proceso, como la vinaza y el bagazo, para generar biogás. Ese biogás alimenta un generador que abastece la demanda eléctrica de toda la comunidad. La clave está en la economía circular: nada se desperdicia. Incluso la cáscara de maní, que antes se desechaba, se quema en un sistema de biomasa para producir energía limpia.
El resultado es un modelo que combina tecnología, sostenibilidad y producción local, permitiendo que el pueblo sea completamente autosuficiente. Gracias a este sistema, Ticino fue reconocido como una de las primeras localidades del país en generar y administrar su propia electricidad, sin depender del sistema interconectado nacional.

La eficiencia del sistema quedó demostrada el 16 de junio de 2019, durante el apagón masivo que dejó sin servicio eléctrico a casi toda Argentina, Uruguay y Paraguay.Mientras millones de personas despertaban sin luz, los vecinos de Ticino continuaban con su rutina cotidiana: el alumbrado público seguía encendido, las heladeras funcionaban y las radios locales transmitían con normalidad.
Lo mismo ocurrió en marzo de 2023, cuando un nuevo corte afectó a gran parte del país. Ticino volvió a mantenerse inmune.Su “escudo energético” no solo garantizó electricidad, sino que también consolidó su reputación como la capital cordobesa de la bioenergía.
Hoy, la experiencia de Ticino se estudia como caso de éxito en sustentabilidad energética, y su sistema despertó interés en municipios de todo el país.El pueblo demuestra que los residuos agrícolas pueden convertirse en recursos valiosos, y que las comunidades rurales también pueden liderar la transición hacia una energía más limpia.